Parar la xenofobia

La prolongada y dif¨ªcil crisis de los refugiados est¨¢ sirviendo de combustible para el crecimiento de los movimientos xen¨®fobos y los populismos de extrema derecha en Europa. As¨ª se ha constatado en elecciones celebradas en pa¨ªses como Suiza y Austria, y la misma tendencia se?alan las encuestas de pa¨ªses como Polonia y Suecia.

Hay que hacer frente a estos movimientos antes de que sea demasiado tarde. Mientras el r¨ªo humano de los refugiados se dispersa penosamente por rutas alternativas a medida que se le cierran las fronteras, la sensaci¨®n de desbordamiento va calando en la opini¨®n p¨²blica europea.

La ciudad alemana de Dresde se convirti¨® el domingo en el escenario de dos manifestaciones antag¨®nicas. Por un lado, el movimiento Pegida ¡ªacr¨®nimo de Europeos patri¨®ticos contra la islamizaci¨®n de Occidente¡ª, crecido en su primer aniversario, reun¨ªa a 20.000 seguidores en defensa de la deportaci¨®n masiva e inmediata de los refugiados acogidos. Enfrente, organizaciones humanitarias y fuerzas democr¨¢ticas se manifestaban a favor de mantener una pol¨ªtica de acogida solidaria y respetuosa con los derechos humanos.

Y mientras en Suiza ganaba las elecciones, mejorando sus resultados anteriores, un partido xen¨®fobo, la ciudad de Colonia respond¨ªa de forma contundente a la violencia dando la mayor¨ªa absoluta a la candidata a la alcald¨ªa agredida por su pol¨ªtica favorable a los refugiados, poniendo de manifiesto una respuesta clara a la intransigencia y la xenofobia.

La canciller Angela Merkel aparece como diana de estos movimientos xen¨®fobos. La resistencia a asumir una pol¨ªtica com¨²n para afrontar la crisis de los refugiados hace recaer sobre Alemania el peso mayor del problema y est¨¢ prolongando de forma peligrosa una crisis que comienza a erosionar la popularidad de Merkel en su propio pa¨ªs. Ser¨ªa muy preocupante que esta tendencia continuara. La pol¨ªtica que defiende y aplica la canciller es la ¨²nica que puede permitir superar esta crisis sin da?ar el proyecto de construcci¨®n de una Uni¨®n Europea fuerte y cohesionada. No hay que olvidar que las proclamas xen¨®fobas contra emigrantes y refugiados van habitualmente acompa?adas de mensajes contrarios a la UE.

Estos movimientos cuestionan la esencia misma de Europa, basada en valores de tolerancia y en la superaci¨®n de los conflictos por la v¨ªa del di¨¢logo y la concertaci¨®n. Ahora quieren sacar provecho de una coyuntura inflamable y extremadamente complicada, con un odio al extranjero que sus elementos m¨¢s extremistas convierten en violencia, como el atentado contra la candidata de Colonia o los ataques que sufren los centros de refugiados. En las ¨²ltimas semanas, alcaldes de ciudades que se han mostrado dispuestas a acoger refugiados han sido tambi¨¦n amenazados.

Ni Europa puede inhibirse, ni este es un problema interno de Alemania. Lo es de toda Europa, y la mejor forma de parar a los intransigentes pasa ahora por ayudar a Angela Merkel en su pol¨ªtica de acogida y colaborar con ella para encontrar una salida conjunta y solidaria a la crisis de refugiados.