Martha Stewart, la reina del hogar
La gur¨² del estilo de vida se confiesa en Madrid: ¡°El ¨¦xito de cualquier negocio est¨¢ en evolucionar¡±
Cada ¨¦poca tiene su propia diosa del lifestyle. Los sesenta tuvieron a Julia Child, la sofisticada chef que acerc¨® la gastronom¨ªa francesa a miles de espectadores, y los noventa a Martha Stewart (Nueva Jersey, 1941), la mujer que logr¨® convertir el perfeccionismo en el hogar en un imperio del estilo de vida.
Hoy muchas famosas como Gwyneth Paltrow, Reese Witherspoon, Jessica Alba o Blake Lively intentan copiar su f¨®rmula, sin embargo, hasta el momento ninguna le ha podido arrebatar la corona. Stewart pas¨® de ser una destacada trabajadora a una sobresaliente ama del hogar. Una mujer que en los setenta abandon¨® su trabajo como agente de Bolsa en Wall Street, para empezar un peque?o negocio de catering, en Connecticut, que luego convirti¨® en un negocio millonario.
Fue emprendedora antes de que la palabra se pusiera de moda. Tiene su propio programa de televisi¨®n; revistas dedicadas al estilo de vida, que van desde c¨®mo poner una mesa o preparar una cena hasta c¨®mo organizar una boda de ensue?o; su propia l¨ªnea de muebles y utensilios para el hogar y aplicaciones para los smartphones y tabletas. La presentadora icono de la televisi¨®n estadounidense ha visitado esta semana Madrid, invitada por Marca Espa?a y la Embajada de EE UU. Y, c¨®mo no, ha hablado de emprendimiento.
¡°Fui emprendedora antes de saber que lo era¡±, dice entre risas, mientras da una charla a unas 80 personas en Casa de Am¨¦rica. Y es que la historia del gran imperio que esta millonaria, empresaria escritora, autora y presentadora ha logrado se remonta a su infancia. Hija de una t¨ªpica familia de clase media estadounidense, desde peque?a Stewart mostr¨® inter¨¦s por la cocina, la jardiner¨ªa y la decoraci¨®n. Pero no fue hasta despu¨¦s de que finalizara sus estudios en Historia de la Arquitectura en Barnard (Nueva York) y dejara su trabajo en Wall Street que descubri¨® que ella ten¨ªa la capacidad de vender un producto que es dif¨ªcil de cuantificar: el estilo y buen gusto. Tras el ¨¦xito en su empresa de catering, vino su gran oportunidad: publicar su primer libro, Entertaining, su primer ejemplar de cocina, que en 1982 se convirti¨® en un New York Times Best Seller. A esta publicaci¨®n le siguieron otras 84. Cuando por fin se gan¨® un nombre, Martha apost¨® por crear una revista. En 1990 sali¨® a la luz Martha Stewart Living Magazine ¡ªeste a?o cumple su 25? aniversario¡ª. Con el p¨²blico rendido a sus pies, volvi¨® a arriesgarse. En 1993 comenz¨® su propio programa de televisi¨®n y para 1997 ya hab¨ªa creado su imperio: Martha Stewart Living Omnimedia. Una empresa de medios segmentada en publicaciones, Internet, plataformas de medios de radiodifusi¨®n y l¨ªneas de productos. Dos a?os despu¨¦s su negocio ya se cotizaba en la Bolsa y ten¨ªa un valor de 1.800 millones de d¨®lares (unos 1.600 millones de euros). Este a?o la diosa de la decoraci¨®n del hogar vendi¨® su compa?¨ªa por 317 millones a Sequential Brands. Ella, sin embargo, sigue siendo una de las mayores accionistas, adem¨¢s de gerente creativa. ?Su ¨¦xito? Arriesgarse. ¡°Debes de ser capaz de levantarte de cada fracaso. Debes estar seguro de tu negocio y sobre todo evolucionar¡±, asegura desde el sal¨®n Embajadores en Casa de Am¨¦rica.
Y ella sabe muy bien lo que dice. Su c¨¦lebre trayectoria tambi¨¦n ha tenido baches. En julio de 2004 fue condenada a cinco meses de prisi¨®n, cinco meses de detenci¨®n domiciliaria y dos a?os de libertad condicional, adem¨¢s del pago de 30.000 d¨®lares de multa, por su participaci¨®n en la venta de 4.000 acciones de la empresa de biotecnolog¨ªa ImClone, en diciembre de 2001, poco antes de que su valor cayera en picada en la Bolsa de Nueva York. Aunque no fue acusada del uso de informaci¨®n privilegiada, Stewart fue encontrada culpable de tratar de encubrir el delito y de mentir a las autoridades. A pesar de la sentencia, la reina de la decoraci¨®n demostr¨® una vez m¨¢s su poder, durante ese tiempo las acciones de su compa?¨ªa aumentaron de 8,64 d¨®lares cada una, a 11,81. Finalizada su condena y con la misma agilidad que pas¨® de ama de casa a magnate, Stewart volvi¨® a los negocios. Pero en 2011 la gur¨² volvi¨® a enfrentarse a otro esc¨¢ndalo. Su ¨²nica hija, Alexis, la acusaba de ser excesivamente perfeccionista y no prepararle comida cuando era una ni?a. Esta y otras revelaciones salieron publicadas en el libro Whateverland: Learning to live here. ¡°Crec¨ª con una pistola de silicona apuntando mi cabeza¡±, confesaba.
Stewart se tom¨® el testimonio con gracia y no quiso entrar en la batalla familiar. Hoy continua siendo la presentadora con m¨¢s credibilidad de los Estados Unidos, con una fortuna valorada en m¨¢s de 573 millones de euros, seg¨²n Forbes. Por ello y m¨¢s no le han faltado cumplidos. ¡°Steven Spielberg es vecino m¨ªo. Un d¨ªa me dijo: ¡®Has elevado el cuidado de la casa a un arte¡±, se vanaglori¨® en su visita a Madrid.
Panecillos de suero de leche (Buttermilk)
Durante su visita a Madrid, Stewart comparti¨® la cocina de la casa del embajador estadounidense, James Costos, con siete j¨®venes de la fundaci¨®n Pinardi.
Los cocineros que participan en el proyecto Primer experiencia profesional realizaron unos panecillos de mantequilla.
La receta:
- 2 tazas de harina
- 2 cucharaditas de polvo de hornear
- 1/4 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 1 cucharadita de sal gruesa
- 1/2 taza de mantequilla (1 barra ) fr¨ªa sin sal y cortada en peque?os pedazos
-1/2 taza de suero de leche baja en grasa (Buttermilk)
-1/2 taza de nata de leche
Elaboraci¨®n:
Precaliente el horno a 375 grados. Mezcle la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato y la sal en un taz¨®n mediano. Luego a?adir la mantequilla hasta que la mezcla parezca harina gruesa. A?adir poco a poco el suero de leche y la nata; revuelva hasta crear una masa. Gire la masa sobre una superficie ligeramente enharinada, y pase el rodillo hasta que tenga unos tres cent¨ªmetros de espesor. Usando un molde corte en rondas. Traslade los panecillos a una bandeja para hornear forrada con papel pergamino. Con un cepillo barnice con suero de leche los panecillos. Hornear de 20 a 25 minutos hasta que luzcan dorados. Sirva con mermelada o nata.
El secreto: Cocinar con los ingredientes muy fr¨ªos y tener el horno caliente.
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