De Rajoy bailando a Village People a Jes¨²s de Zerolo
Algunos lamentamos que la derecha no haya adelantado su fiesta eurovisiva, a ABBA e incluso el 'La, la, la' de la Masielona
No hay nada como una boda gay para soltar los demonios. Un para¨ªso habitado por la alegr¨ªa de camisa abierta y caderas excitadas. Es asombrosa esa iconograf¨ªa festiva con la que rinden tributo a lo hortera consiguiendo revertirlo. Porque ante todo prevalece el amor universal que descorchan cuando est¨¢n en su salsa, borrando siglos de crueles persecuciones, de estigmas, de bullying, de baladas de la c¨¢rcel de Reading¡ De hipocres¨ªa y silencio. Por supuesto que persiste un sambenito del gay divertido, igual que les ocurre a los andaluces: como si se levantaran de la cama con la guitarra y los lunares puestos. Homosexuales taciturnos, melanc¨®licos o aburridos los ha habido y los habr¨¢ siempre, como sevillanos deprimidos. Pero la gozosa desinhibici¨®n gay a menudo rompe muros de contenci¨®n, y se contagia.
Bien lo sab¨ªa Miquel Iceta cuando protagoniz¨® el momento m¨¢s Priscilla, reina del desierto de la campa?a catalana haciendo temblar el entarimado con Don?t stop me now, de Queen. Me confes¨® que le entr¨® el subid¨®n. Que se dej¨® ir, con la rumba suficiente en el cuerpo para no poder dejar de moverse, sorprendiendo a un Pedro S¨¢nchez cuya transgresi¨®n frente a las c¨¢maras incluye alg¨²n gin-tonic y poco m¨¢s. ¡°El list¨®n est¨¢ tan bajo que te sacan bailando en un mitin y haces el momento estelar de lacampa?a¡±, comentaban en las redes.
Nadie discute que el matrimonio gay, gracias al gobierno de Zapatero, es una realidad consumada, y un modelo de ¨¦xito que est¨¢ siendo copiado en todo el mundo, barriendo un espantoso rid¨ªculo que ha confundido el amor con los pantalones y la dignidad humana con la identidad sexual. Hace unos d¨ªas me encontr¨¦ con Jes¨²s, el viudo de Pedro Zerolo, y lo recordamos de la manera que se hace con aquellos que pasaron cerca de nosotros como un ¨¢ngel. Al despedirnos me dio su tel¨¦fono: ¡°Jes¨²s de Zerolo¡±, me dijo. As¨ª se escribe la historia en min¨²sculas.
Por supuesto que persiste un sambenito del gay divertido, igual que les ocurre a los andaluces: como si se levantaran de la cama con la guitarra y los lunares puestos. Homosexuales taciturnos, melanc¨®licos o aburridos los ha habido y los habr¨¢ siempre, como sevillanos deprimidos
Y luego est¨¢n las escenificaciones. Que a veces resultan imprescindibles para exorcizar fantasmas recalcitrantes. Como el alegato de la historia del movimiento gay que por fin ha hecho suyo el PP, y su presidente, Mariano Rajoy, en la boda de Javier Maroto. Una nueva etapa. Un callar bocas. Un pu?ado de votos. Muchos hemos sido los ciudadanos que no hemos dejado de lamentar cu¨¢ntas fatigas nos hubi¨¦ramos ahorrado si Javier Maroto y su ya marido se hubieran casado antes. Si hubieran anticipado unos a?os su fiesta eurovisiva, enfebrecida con el Building bridges, de Conchita Wurst, los cl¨¢sicos de ABBA, e incluso el La, la, la, de la Masielona; la demostraci¨®n de una realidad por fin aceptada por la derecha mainstream.
Que en los medios sigan apareciendo listados de pol¨ªticos gays, indica que a¨²n hablamos de excepci¨®n. Pero su visibilidad, la tan manida salida del armario, ha conseguido su efecto benefactor. El ¨²ltimo es Eric Fanning, homosexual declarado que ha sido nombrado por Obama como jefe del Ej¨¦rcito de Tierra de los EEUU; ah¨ª es nada. La pol¨ªtica no deber¨ªa dimitir de estos compromisos pendientes con la sociedad. Aunque en el caso de las lesbianas los armarios siguen llenos. ¡°Cada cual debe manifestarse como es. Y si est¨¢ normalizado que, directa o indirectamente, las mujeres y hombres que se dedican a la pol¨ªtica se manifiesten como heterosexuales, igual derecho tenemos los homosexuales, transexuales y bisexuales¡±, sosten¨ªa Zerolo.
La ovaci¨®n cerrada al matrimonio, y a la realidad homosexual, en la Espa?a de hoy se debe al activismo de hombres y mujeres resistentes a los prejuicios y a favor de la igualdad en todas sus variantes. Como Pedro Zerolo, pionero en la lucha, que sonreir¨ªa con su bondad universal al ver a Rajoy bailando la conga con el YMCA, de Village People.
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