Rebeli¨®n en la aulas contra la escasez de ferrocarriles
Pol¨¦mica en Holanda por la petici¨®n de que se atrasen las clases ante la falta de trenes
La retirada de los 41 trenes m¨¢s antiguos de su flota, en uso desde 1961, ha puesto en un compromiso a los Ferrocarriles Nacionales Holandeses (NS). Los 58 modelos nuevos que deben sustituirlos han sido ya encargados al fabricante suizo Stadler, pero no estar¨¢n listos hasta 2016. Dos a?os despu¨¦s, llegar¨¢n 118 modelos Civity de la empresa espa?ola CAF. En el intervalo, el servicio deb¨ªan cubrirlo vagones propios de dos pisos, con su correspondiente locomotora, que los t¨¦cnicos holandeses tampoco servir¨¢n a tiempo. Como la falta de asientos, sobre todo en hora punta, est¨¢ garantizada, NS ha pedido ayuda¡ a las universidades y polit¨¦cnicas nacionales. Con escaso ¨¦xito, por cierto.
Dado que el Gobierno ha decidido mantener el abono de transporte para estudiantes, y la mayor¨ªa viaja temprano, los directivos del ferrocarril apuntan que si las clases empezaran m¨¢s tarde se evitar¨ªan aglomeraciones. La verdad es que las carreras en busca de una silla ya se notan, y los pasillos rebosan de mochilas llenas, porque el abono forma parte de las ayudas oficiales para alumnos mayores de 18 a?os. No es un regalo: su cuant¨ªa completa debe reembolsarse a plazos en cuanto se logra un empleo con salario m¨ªnimo (a partir de 23 a?os, 1.501 euros). Pero s¨ª es utilizado de forma general, porque las universidades y escuelas superiores aparecen repartidas por el pa¨ªs. Y no todo el mundo reside en la ciudad donde estudia. La crisis se nota, y cada vez hay m¨¢s j¨®venes que van y vienen desde la casa familiar porque otra resulta muy gravosa.
Conscientes del esfuerzo viajero de sus matriculados, los responsables universitarios han rechazado de plano la propuesta de la directiva de los ferrocarriles. La soluci¨®n, aseguran, no consiste en modificar unos horarios lectivos siempre dif¨ªciles de cuadrar. Si los directivos de NS no han organizado bien su pol¨ªtica de compras, el arreglo solo puede salir de dentro. Del propio servicio. No de los rectorados, han a?adido, con gran educaci¨®n e igual enfado.
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