Las empresas dejan seca a la cooperaci¨®n espa?ola
Ingenier¨ªa sin Fronteras abandona el ¨®rgano consultivo del Fondo espa?ol de Cooperaci¨®n en Agua y Saneamiento pues considera que defiende intereses privados y no el derecho al agua
Diciembre de 2007, Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile. Zapatero anuncia de forma sorpresiva el Fondo de Cooperaci¨®n en Agua y Saneamiento (FCAS): 1.500 millones de d¨®lares para contribuir a resolver el problema del acceso al agua y al saneamiento en Am¨¦rica Latina y el Caribe. Probablemente, el instrumento de cooperaci¨®n m¨¢s potente manejado nunca por la cooperaci¨®n espa?ola.
El sector empresarial percibe r¨¢pidamente la oportunidad. De hecho, el contexto le beneficia. Ante el inminente recorte de fondos de cooperaci¨®n oficial, desde la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional al Desarrollo (AECID) se empieza a abanicar un nuevo mantra: las alianzas p¨²blico-privadas.
Explicado brevemente: el sector empresarial deber¨ªa aportar recursos a la cooperaci¨®n internacional. Sin embargo, sucede justo al rev¨¦s: el sector empresarial se lleva fondos p¨²blicos de cooperaci¨®n. Sin duda, uno de los casos m¨¢s llamativos fue cuando la AECID otorga 150.000 euros a (la Fundaci¨®n) Repsol-YPF para realizar proyectos en comunidades amaz¨®nicas ecuatorianas ubicadas en su ¨¢rea de explotaci¨®n.
Regresemos al FCAS. Ante la crisis econ¨®mica que afrontan las empresas espa?olas, desde los ministerios de Econom¨ªa, y de Industria y Comercio, se insiste en la necesidad de apoyar su internacionalizaci¨®n. Y el FCAS tambi¨¦n debe ir en esa l¨ªnea. Hasta diez empresas espa?olas participan de diferentes ¨®rganos consultivos del FCAS.
El sector empresarial deber¨ªa aportar recursos a la cooperaci¨®n internacional. Sin embargo, sucede justo al rev¨¦s
A partir de ese momento, se multiplican los eventos y actos donde la oficina del FCAS re¨²ne y explica a las empresas espa?olas asistentes c¨®mo participar de la ejecuci¨®n, acabando en un ruego m¨¢s o menos velado para que se presenten a las licitaciones, concursos y adjudicaciones directas. Conviene no olvidar que, en todo momento, se trata de fondos p¨²blicos de cooperaci¨®n. Las ONGD espa?olas, muchas de ellas con amplia experiencia en el sector del agua, no reciben un euro del FCAS.
El brazo operativo del FCAS en Am¨¦rica Latina es el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Un organismo que b¨¢sicamente da cr¨¦ditos, y que sabe para qu¨¦ los quiere dar. De hecho, en la d¨¦cada dorada de la privatizaci¨®n del agua, a partir de mediados de los 90, el BID condicion¨® el 66% de sus cr¨¦ditos en el sector agua, a la incorporaci¨®n del sector privado. Adem¨¢s, al BID le resulta sumamente interesante operar el FCAS, ya que constituye una herramienta fundamental para colocar sus cr¨¦ditos en la regi¨®n, aumentando as¨ª la deuda externa. El FCAS act¨²a de tramo no reembolsable para cr¨¦ditos concedidos por el BID. As¨ª, a mitad de ejecuci¨®n del FCAS, por cada euro que aporta el mismo al BID, ¨¦ste viabiliza 59 c¨¦ntimos en cr¨¦ditos. En definitiva, a pesar de la supuesta vocaci¨®n p¨²blica del fondo, ¨¦ste se rodea de actores m¨¢s propensos a la gesti¨®n privada.
Por otra parte, la ejecuci¨®n del FCAS es bastante desigual, seg¨²n los pa¨ªses. En algunos, como Bolivia o Nicaragua, las administraciones p¨²blicas muestran un rol relevante, velando para que el fondo se mantenga en la ¨®rbita de la gesti¨®n p¨²blica. Pero ello no impide que las empresas espa?olas se lleven importantes contratos. As¨ª, IMESAPI, filial de la constructora ACS, consigue 20 millones de d¨®lares para la construcci¨®n de alcantarillado en Bolivia.
En Colombia, la filial de AgBar en Cartagena de Indias, Aguas de Cartagena (ACUACAR), recibe del FCAS 18 millones de d¨®lares de fondos p¨²blicos de cooperaci¨®n (aunque se devuelven cerca de siete por no haberlos ejecutado), dirigidos a ampliar plantas de tratamiento y aumentar la continuidad del servicio y el abastecimiento en varios barrios. Es decir, para mejorar la rentabilidad de la privatizaci¨®n del servicio, financiarle el aumento de producci¨®n y usuarios, y por tanto, mejorar su cuenta de resultados. Y el operador privatizado de Sta. Marta, MetroAgua, filial del Canal Isabel II, obtiene ocho millones de euros.
Luego est¨¢ Hait¨ª. Aunque los objetivos del FCAS apuntan a que se "favorezca una gesti¨®n p¨²blica" del agua, los recursos delegados al BID en Hait¨ª tienen otro objetivo: introducir "lo privado en la gesti¨®n operativa del sector". Lyonnaise des Eaux y AgBar, ambas controladas por la multinacional francesa Suez, obtienen cerca de 13 millones de d¨®lares para reformar el sector. Adem¨¢s, all¨ª se reparten tambi¨¦n muchos m¨¢s recursos a empresas espa?olas: hasta 22 millones de d¨®lares entregados a diferentes consorcios de ingenier¨ªas con sede en el Estado. Y es que, m¨¢s all¨¢ de la pertinencia y calidad de sus trabajos, lo que es indiscutible es que el FCAS se ha convertido en una estupenda herramienta de internacionalizaci¨®n de la empresa espa?ola, de algo que no se puede considerar Ayuda Oficial al Desarrollo, y de promoci¨®n del BID.
Lejos quedan las expectativas que nacieron ese diciembre de 2007 y con las que desde Ingenier¨ªa sin Fronteras, y hasta el d¨ªa de hoy, hemos venido colaborando en su decorativo Consejo Asesor. En estos d¨ªas hemos decidido rendirnos a la evidencia, y abandonar cualquier ¨®rgano consultivo. Ojal¨¢ el FCAS vuelva a servir para defender el derecho humano al agua.
Llu¨ªs Basteiro es voluntario de ISF, est¨¢ en la campa?a de Agua, un derecho y no una mercanc¨ªa.
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