¡®Inside Out¡¯

¡°El socialismo es sobre todo un sentimiento, y no es y no debe ser una construcci¨®n ideol¨®gica. Para liderar el cambio es imprescindible hacerse cargo del estado de ¨¢nimo de los otros¡±. La frase primero hay que despiezarla como a un insecto, separando levemente las alas, y al saber que el autor es Felipe Gonz¨¢lez hay que juntarlo todo de cualquier manera y salir corriendo. La dijo en 1997 y parte de un sobrecogimiento: el socialismo patrimonializa las emociones, y el Gobierno debe gestionarlas al modo de aquella promesa loca de Rajoy en 2011, cuando incluy¨® la devoluci¨®n de la felicidad, y no del IRPF, en el programa.

La fuerza de Podemos en Vistalegre fue la euforia. Hab¨ªa un l¨ªder, tres escuderos y una muchedumbre que les segu¨ªa a ciegas. Pero sobre todo hab¨ªa un enemigo: una oscura fuerza a la que Pablo Iglesias se dirig¨ªa en tercera persona del plural, dot¨¢ndola de una ambig¨¹edad tan tenebrosa que cualquiera, si no se pon¨ªa manos a la obra, estaba dentro. Podemos no ten¨ªa que administrar estados de ¨¢nimo: era el estado de ¨¢nimo. Lo cop¨® de tal manera que se llen¨® de votantes ajenos a su ideolog¨ªa dispuestos a arrimar el hombro en la lucha de los de abajo.

Lleg¨® entonces el sprint ideol¨®gico: hubo que moldear el partido a la clientela. Como aquella historia en la que Woody Allen alquila una tienda de galletas para robar el banco de al lado y empieza a forrarse con los pasteles. Una profesi¨®n menos prestigiosa que la de atracador de la casta, pero m¨¢s rentable. Se rebajaron las emociones por respeto a la gente que, aun en paro, no estaba para muchos asaltos, y se atisbaron gestos reflejos que abarcaron hasta el Banco Santander, se?alado como casta buena de emprendedores y necesaria para el bienestar social. Ese votante del cambio y de las emociones a flor de piel, necesitado de est¨ªmulos, se fue con el primero que apareci¨® afeitado: Ciudadanos.

Podemos ha regresado a la esencia. Que por ser un a?o vieja muestra tics de cansancio. El lunes, en un acto en Getafe, Errej¨®n ley¨® una carta a una amiga emigrante, Echenique a su mujer y Bescansa a su hija. A Bescansa se le rompi¨® la voz e Iglesias record¨® que sus adversarios les hab¨ªan copiado muchas cosas, pero nunca podr¨ªan copiarles la libertad, perd¨®n, las l¨¢grimas. Nadie, llegado el momento, empatizar¨ªa como Podemos. ¡°?Emoci¨®n, l¨¢grimas, anotad! Buena suerte, expertos en m¨¢rketing¡±, dijo. En lugar de gestionar el estado de ¨¢nimo de los votantes, a un mes de las elecciones hay que seguir gestionando el de los candidatos.