Neutralidad
Los pol¨ªticos espa?oles se dividen en dos clases. Los que sienten que este pa¨ªs es suyo porque lo heredaron de sus abuelos, y los desaprensivos que tienen la osad¨ªa de aspirar a disput¨¢rselo
El Gobierno ha destituido al general Julio Rodr¨ªguez por considerar que ha faltado a la neutralidad pol¨ªtica a la que est¨¢n obligados los miembros de las Fuerzas Armadas. Como titular, pocas horas despu¨¦s de que el militar anunciara su intenci¨®n de presentarse como candidato a las generales en las listas de Podemos, parece un bombazo. Pero aunque Rodr¨ªguez fue, hace s¨®lo tres a?os, jefe del Estado Mayor de Defensa, su destituci¨®n se limita al cargo de vocal de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, una especie de comit¨¦ de honor encargado de asignar condecoraciones. Teniendo en cuenta que estaba en la reserva y ya hab¨ªa pedido el retiro, el presunto bombazo encoge hasta situarse entre la pataleta y el en¨¦simo gui?o de complicidad del PP con la caverna inmortal. Sa¨¦nz de Santamar¨ªa ha insistido con mucho ¨¦nfasis en la p¨¦rdida de confianza que la decisi¨®n del general ha inspirado al Gobierno. Sus declaraciones sugieren que la pol¨ªtica ensucia, desacredita, deteriora, pero no a todo el mundo y, desde luego, no en cualquier partido. La palabra clave en este caso es Podemos, porque nadie exige neutralidad, por ejemplo, al ministro de Defensa, que favorece con contratos millonarios a empresas de cuya direcci¨®n form¨® parte antes de aceptar el cargo. Este caso ejemplar de puerta giratoria no inspira al Gobierno desconfianza alguna, aunque el ministro no se haya dignado a informar de si adjudic¨® esos contratos a dedo o a trav¨¦s de un concurso p¨²blico. Los pol¨ªticos espa?oles, ya se sabe, se dividen en dos clases. Los que sienten que este pa¨ªs es suyo porque lo heredaron de sus abuelos, y los desaprensivos, advenedizos, muertos de hambre, que tienen la osad¨ªa de aspirar a disput¨¢rselo. En fin, nada nuevo bajo el sol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.