Suerte, mi general
Cuando un general de la inteligencia de Julio Rodr¨ªguez decide bajar a la arena pol¨ªtica en una formaci¨®n con limitadas expectativas electorales, lo hace para servir a su pa¨ªs
Los medios de comunicaci¨®n se han hecho eco, con gran despliegue de titulares y fotograf¨ªas, del nuevo fichaje de Podemos. Nada menos que el general, ex JEMAD, Julio Rodr¨ªguez. La noticia, sin embargo, nos la ha proporcionado el Gobierno. En vez de aceptar su solicitud de pase al retiro, decidieron, por ¡°p¨¦rdida de confianza y falta de idoneidad¡±, destituirlo previamente como vocal de la Orden de San Hermenegildo, sin tener competencias para ello, ya que ostentaba este cargo por su condici¨®n de ex Jefe de Estado Mayor, y con la ¨²nica finalidad de intentar ¡°manchar¡± su brillante hoja de servicios.
Otros art¨ªculos del autor
Se ha criticado, por activa y por pasiva, como un aviso a navegantes, su posici¨®n partidista, cuando los partidos son, seg¨²n la constituci¨®n, el cauce natural de la participaci¨®n pol¨ªtica; se le ha tachado de incoherente (Catal¨¢) por incorporarse al proyecto de Podemos, y se ha recordado que en su toma de posesi¨®n como JEMAD (Jefe del Estado Mayor de la Defensa) prometi¨® en vez de jurar. Esto del juramento remite a pa¨ªses y periodos confesionales, y de manera m¨¢s directa al Antiguo R¨¦gimen, en el que Dios junto a la Corona encarnaban la soberan¨ªa (jurar es poner a Dios por testigo). En la mayor¨ªa de los pa¨ªses civilizados, que saben que para una saludable convivencia social la religi¨®n debe limitarse al ¨¢mbito privado, la f¨®rmula habitual viene siendo el ¡°prometo¡±.
Lo ocurrido en un programa de TVE en el que un solo contertulio (y sin dar opci¨®n a r¨¦plica por ninguno de los presentes) coment¨® la noticia de su fichaje por Podemos con argumentos infamantes que s¨®lo emplean los mercenarios, roza lo nauseabundo. Solo a alguien instalado en la paranoia se le puede ocurrir situar a Julio Rodr¨ªguez en la ¨®rbita de ETA.
Con lo sencillo que ser¨ªa pensar que cuando un general de su inteligencia y competencia profesional decide, en estos tiempos convulsos, bajar a la arena pol¨ªtica en una formaci¨®n con limitadas expectativas electorales, lo ¨²nico que pueda moverle sea simplemente el af¨¢n de servir a su pa¨ªs, es decir, el patriotismo. Menos mal que siempre le quedar¨¢, mi general, el reconocimiento de los militares dem¨®cratas, plasmado en el Primer Premio Bernardo Vidal de valores constitucionales, y revalidado al elegirle para presidir el Foro Milicia y Democracia.
Solo a alguien instalado en la paranoia se le puede ocurrir situarle en la ¨®rbita de ETA
Los que pertenecimos a la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica (UMD), y tuvimos que sufrir la ristra de insultos que se vert¨ªan contra nosotros en las ¡°Notas Informativas¡±del ministerio del Ej¨¦rcito, y los m¨¢s directos del Consejo de Guerra de Hoyo de Manzanares en 1976 (¡°traidores¡±, ¡°que le arranquen las estrellas¡±, ¡°que le peguen cuatro tiros¡±), sabemos lo que duelen este tipo de agresiones. Lo que hoy nos sorprende es que sigan perdurando algunas descalificaciones que ten¨ªamos encuadradas en la ideolog¨ªa y l¨¦xico del bunker. A pesar de la reca¨ªda del 23-F, hab¨ªamos llegado a creer que con la aprobaci¨®n en refer¨¦ndum de la Constituci¨®n del 78 se pon¨ªa una losa, similar a la del Valle de los Ca¨ªdos, sobre los 40 a?os de franquismo.
La constituci¨®n no s¨®lo restablec¨ªa un amplio marco de libertades sino que, en disposici¨®n transitoria, derogaba todas las leyes franquistas. Quiz¨¢ por eso los militares dem¨®cratas celebramos con tanto entusiasmo aquellas cenas constitucionales, convocadas por Bernardo Vidal (¡°La UMD ha muerto,? Viva la Constituci¨®n!¡±).
Todos sab¨ªamos que en el seno del PP anidaba emboscado el viejo franquismo. De ah¨ª esos tics tan sorprendentes sobre ciertas libertades, sobre la memoria hist¨®rica y especialmente sobre los temas militares. Tanto es as¨ª que setenta a?os despu¨¦s del final de la Guerra Civil el Partido Popular fue incapaz de sumarse al resto de los grupos parlamentarios cuando acordaron ¡°rendir homenaje¡± a los militares dem¨®cratas que hab¨ªan contribuido decisivamente a la Transici¨®n Pol¨ªtica.
Lo m¨¢s deprimente e inquietante es que algunos de estos tics afecten tambi¨¦n a otros partidos, y a la propia interpretaci¨®n de la Constituci¨®n, utilizada a veces como arma arrojadiza, cuando no es m¨¢s que un marco de convivencia que conviene adaptar al esp¨ªritu de los tiempos y a las demandas sociales. En ocasiones uno se pregunta si puede seguir teniendo vigencia aquella frase lapidaria de The¨®filo Gautier (Voyage en Espagne, 1843) , al ver en todas las plazas de los pueblos un monolito con el letrero de plaza de la Constituci¨®n: ¡°En Espa?a la Constituci¨®n es un revoco de yeso sobre granito¡±.
Si puedes aportar tu experiencia para encontrar salida al problema catal¨¢n , adaptar la constituci¨®n a las demandas del presente, y contribuir a articular una Espa?a m¨¢s justa e igualitaria habr¨¢ valido la pena.
Xos¨¦ Fortes es Coronel de Infanter¨ªa y miembro fundador de la UMD
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.