La inclusi¨®n de las mujeres, una batalla pendiente

Grace Obado se sienta en un banco de madera del patio de Casa ?frica, una vez concluido el I Encuentro de Think Tanks ?frica-Espa?a. Es una mujer elegante y joven, presidenta de la secci¨®n espa?ola de Africa 2.0, un think and do tank presente en m¨¢s de la mitad de los pa¨ªses africanos, Estados Unidos, Europa y Asia. Acababa de moderar una mesa sobre juventud y oportunidades econ¨®micas en la que rese?¨® que se siente optimista, que se dan avances positivos en el continente. Se sabe una privilegiada, que influye en pol¨ªticas y en la toma de decisiones con su trabajo y presente en una esfera en la que las mujeres todav¨ªa son minor¨ªa.

¡°Hace falta tener m¨¢s mujeres en puestos de decisi¨®n¡±, subraya con serenidad. ¡°No puedo quejarme porque en mi junta somos 14 miembros y hay ocho mujeres. Estamos dando ejemplo para incluirnos y pensar en otra forma de hacer las cosas. Me gusta repetir algo que dijo Obama en julio pasado y que comparto. Es imposible que un equipo que tiene la mitad de los jugadores fuera del campo gane el partido. En ?frica somos mayor¨ªa y las mujeres tienen que involucrarse en todas las ¨¢reas, luchar para conseguir ese objetivo¡±.

Grace lleva 25 a?os en Espa?a y habla un espa?ol perfecto. Es keniana. Explica que ?frica2.0 surgi¨® de la falta de un plan o una agenda para el continente y de la comprensi¨®n de que todos los dem¨¢s ¡ªChina, Estados Unidos, Francia, Turqu¨ªa¡ª s¨ª que tienen ese plan para ?frica. Uno de sus primeros trabajos fue crear una visi¨®n de ?frica por y para los africanos a trav¨¦s de la reflexi¨®n y el intercambio de ideas de una red de l¨ªderes desperdigados por el mundo.

¡°Desde el a?o 2010, cuando se fund¨® ?frica2.0, nos pusimos a trabajar y en 2012 ten¨ªamos nuestro plan. La Uni¨®n Africana nos invit¨® para ayudar a articular la visi¨®n de ?frica de la Agenda 2063 y cuando cumpli¨® 50 a?os, celebramos un encuentro muy grande en Addis Abeba para el plan de negocios para el continente¡±.

Grace expresa una queja general en el mundo de la pol¨ªtica y la toma de decisiones: hay mujeres en sitios estrat¨¦gicos para cambiar las cosas, pero son pocas. Afirma que hacen falta programas de empoderamiento de la mujer, porque hombres y mujeres partimos de bases diferentes. ¡°Hay que reconocerlo y potenciar a la mujer¡±, explica con firmeza. ¡°En ?frica somos de donde vienen nuestros padres, no necesariamente de donde hemos nacido. Mi padre es de un pueblo de Kenia que est¨¢ en medio de la nada, olvidado, hasta hace poco sin electricidad. Desde que era peque?a y hasta ahora veo c¨®mo las ni?as caminan horas para ir a buscar agua. Si no se hace nada, es algo que va a continuar pasando durante m¨¢s generaciones. Hay que pararse y reconocer que estamos en puestos de desventaja y hay que potenciar a las mujeres. En Espa?a tengo reuniones en las que, si entra una mujer, es para traer el caf¨¦ o el agua. En ?frica quiz¨¢s se note un poquito m¨¢s. Pero cuando se llega a un cierto nivel de decisi¨®n, no hay tantas como deber¨ªa haber¡±.

Grace es una de las africanas que trabajan en el mundo de los think tank presente en el encuentro de la semana pasada. En las mesas de debate abiertas al p¨²blico participaron otras tres, todas angl¨®fonas y con cargos de responsabilidad en materia de seguridad, construcci¨®n de la paz y juventud.

La keniana Hannah Wambui Kihiu fue una de ellas. Una mujer alta, de aspecto severo y espiritual y cabeza rapada, con gafas y poco pr¨®diga en sonrisas, casi permanentemente inclinada sobre su port¨¢til. Kihiu representaba al Foro C¨ªvico Nacional, creado por un grupo de intelectuales y profesionales somal¨ªes en 2004 en Nairobi. Explica que el Foro trabaja para influir en pol¨ªtica y procesos, desde las conferencias de paz, la redacci¨®n de la Constituci¨®n provisional y el enlace del trabajo de la sociedad civil con la administraci¨®n a la construcci¨®n de la paz y la reconciliaci¨®n. Su papel es el de involucrar a los somal¨ªes en el debate de ideas sobre lo que pasa en el pa¨ªs e influir en su devenir.

¡°Las mujeres forman la mayor¨ªa de la poblaci¨®n¡±, comienza. ¡°Est¨¢n en el centro de nuestras comunidades, de nuestras familias. Desafortunadamente, no est¨¢n en el centro de la toma de decisiones. Tampoco en pol¨ªtica. Cuando ves las medidas que se toman, no se convierten en n¨²meros visibles sobre el terreno. En el caso de Kenia, que no puedes comparar con Somalia, hemos logrado avances. Pero no como Ruanda, que ha hecho grandes progresos en la representaci¨®n de las mujeres. Hemos garantizado esa representaci¨®n en la Constituci¨®n, pero no la hemos garantizado en la pr¨¢ctica. El que haya mujeres ah¨ª es importante porque llevan a cabo pol¨ªticas que tienen en cuenta la cuesti¨®n del g¨¦nero y que cuidan a todos, no son ego¨ªstas. En el caso de Somalia, hay avances, pasos de beb¨¦, pero se est¨¢n moviendo. Tambi¨¦n su Constituci¨®n provisional garantiza esta representaci¨®n, pero queda mucho por hacer. El Gobierno actual no ha hecho lo suficiente. Hablamos de las esposas, hijas, hermanas y madres de combatientes que mantuvieron el pa¨ªs unido cuando sus familiares fueron a la guerra. Necesitan m¨¢s representaci¨®n en el Ejecutivo. Las voces de las mujeres han sido m¨ªnimas en la construcci¨®n, el mantenimiento y en las negociaciones de paz. Y creo que es el momento de ver lo que hacen y escuchar lo que tienen que decir¡±.

La ONU reconoci¨® que hay que dar un empuje a la implicaci¨®n femenina en temas de paz y seguridad con una nueva resoluci¨®n que se aprob¨® en octubre. Wambui Kihiu record¨® que las mujeres y los ni?os son los que m¨¢s sufren en situaciones de conflicto, a pesar de la existencia del derecho humanitario internacional, la ley de la guerra. Principales v¨ªctimas de cr¨ªmenes de guerra, contra la humanidad o violaciones, tambi¨¦n nutren las estad¨ªsticas de la poblaci¨®n desplazada por la guerra y sufren el problema de los ni?os soldado desde diferentes ¨¢ngulos. ¡°Creo que ¨¦sa es la raz¨®n fundamental para que se involucre a las mujeres en la prevenci¨®n de conflictos y en su resoluci¨®n, en la construcci¨®n de paz. Para que se escuche su voz y que no s¨®lo sea o¨ªda, si no que se tome realmente en cuenta¡±.

¡°Las mujeres hemos dejado en manos de los hombres la soluci¨®n de los conflictos, pensando que quiz¨¢s iba a funcionar¡±, razona Natacha Kunama, coordinadora de la Unidad por la Paz del Centro Africano para la Resoluci¨®n Constructiva de las Disputas (ACCORD) ¡°Pero, de hecho, incluso tras la firma de acuerdos de paz, las mujeres siguen sometidas a mucha violencia. As¨ª que algunas de esas mujeres han dicho que ya basta¡±.

Natacha recuerda que hay asociaciones que han trabajado en temas de mujeres en ?frica durante 30 a?os. Admite que, quiz¨¢s, antes sus voces no se escuchaban tanto como hoy. Y recuerda que incluso fuera de ?frica las cuestiones de g¨¦nero no son tan viejas. ¡°La resoluci¨®n 1325 no tiene m¨¢s de 15 a?os. Se ha dejado a la mujer fuera de los procesos de paz en Oriente Medio y otras partes del mundo. Pero en ?frica hay grupos de mujeres fuertes, que pelean su presencia en las mesas de negociaci¨®n y claman que son parte de sus sociedades. Tambi¨¦n tenemos a ONU Mujeres, La aplicaci¨®n pr¨¢ctica de todo esto sigue siendo dif¨ªcil, pero hay una creciente parte de las sociedades y de los think tank que reconocen que las mujeres tienen que estar al frente de todos estos procesos y al mismo nivel que los hombres¡±.

Natacha precisa que se ha visto a mujeres forzar su entrada en las habitaciones donde se producen las negociaciones de paz, como sucedi¨® en Liberia. Lograron estatus de observadoras, pero ella considera que hay que exigir m¨¢s, que no es suficiente. ¡°Ahora hay equipos de mediaci¨®n que buscan incluir a m¨¢s expertos en g¨¦nero. Los procesos son cada vez m¨¢s inclusivos. En Sud¨¢n del Sur, por ejemplo, un grupo de mujeres form¨® parte de la negociaci¨®n y puso sobre la mesa cuestiones relativas a la mujer. Nos enfrentamos a una doble batalla: en t¨¦rminos de n¨²meros, porque no hay suficientes mujeres todav¨ªa en las mesas de negociaci¨®n y tambi¨¦n de los temas que se deben tratar en esas negociaciones. La mayor¨ªa de los think tanks intenta dar un empuje a los temas de mujeres, para que se conviertan en parte de los debates y los procesos de mediaci¨®n y negociaci¨®n, para que est¨¦n en el centro de ellos. No podemos tener conversaciones de paz s¨®lo con l¨ªderes rebeldes, tenemos que tenerlas con todos los afectados por la guerra. Y el 50% de la poblaci¨®n, que son mujeres, tiene que ser incluido tambi¨¦n en esas conversaciones. Las mujeres en think tank y ¨¦stos en general est¨¢n intentando conseguir estas metas¡±.