El desatascador federal
Es preciso recobrar en Catalu?a el sentido de cohesi¨®n y negociar una salida al ¡®impasse¡¯
Las elecciones catalanas del 27S han dado argumentos a quienes defienden que Catalu?a se halla dividida en dos bloques bien diferentes:
Por un lado est¨¢n los independentistas, un grupo muy motivado, que pisa fuerte, que se siente decidido a todo. Se han querido contar, han echado un ¨®rdago dos veces, el 9N y el 27S y en ambos casos el resultado ha sido parecido: consiguen movilizar a todos sus votantes, son muchos y hay que tenerlos en cuenta, pero est¨¢n muy lejos de ser la mayor¨ªa del censo electoral o una mayor¨ªa cualificada de los votantes reales. Tienen una mayor¨ªa de diputados solo sumando dos grupos muy distintos. Lo m¨ªnimo que se puede decir es que quieren independencias muy distintas, por ejemplo unos dentro y otros fuera de la UE. Al final se han puesto de acuerdo en una declaraci¨®n de independencia (pero no en un gobierno que Catalunya necesita con urgencia) salt¨¢ndose lo que dijo la CUP en su primera comparecencia y situ¨¢ndose fuera de la UE contra de lo que defend¨ªa Junts pel si.
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Por el otro estar¨ªan se supone los ¡°no independentistas¡±, un bloque todav¨ªa m¨¢s heterog¨¦neo que no se ve en la calle, que no tiene unas se?as de identidad como los independentistas ni van pisando fuerte y que conforman un conglomerado con muy diversas opciones. Hay los inmovilistas de siempre (PP) y los que proponen un cambio de las reglas de juego, unas nuevas relaciones entre Catalu?a y Espa?a (PSC, Catalunya s¨ª que es Pot y UDC, esta ¨²ltima sin representaci¨®n parlamentaria de momento). Ciudadanos, como en muchas otras cosas, deber¨¢ aclarar su postura.
La hegemon¨ªa social del primer bloque (a pesar de sus incoherencias) es evidente. A pesar de la declaraci¨®n aprobada sabe que no tiene fuerza suficiente para construir un pa¨ªs independiente, pero s¨ª para tener el poder en la sociedad catalana, dada la extracci¨®n social media-alta de sus l¨ªderes, que le da el poder del tejido asociativo, y el sistema que prima el voto de las zonas rurales nacionalistas.
A las izquierdas les corresponder¨¢ liderar este proceso para
encontrar soluciones
En contraste con el clima de divisi¨®n y a veces intimidaci¨®n que se vive hoy, en la transici¨®n todos los partidos defendieron como una cosa muy importante la cohesi¨®n de la sociedad catalana. Hab¨ªa un temor a que la Catalu?a que hab¨ªa tenido en los a?os sesenta una fuerte inmigraci¨®n de otros territorios de Espa?a se dividiera en dos bloques y se apost¨® por hablar de un s¨®lo pueblo y luchar por su cohesi¨®n social. De ah¨ª aquella idea, ahora debilitada, de que ning¨²n partido representaba tan bien la diversidad de la sociedad catalana como el PSUC, primero, y el PSC, despu¨¦s. Gobernaron durante muchos a?os a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n catalana desde los ayuntamientos de las grandes ciudades contribuyendo a la cohesi¨®n social pero no consiguieron consolidar esta mayor¨ªa en el gobierno de la Generalitat.
Ahora, pese al momento de tensi¨®n que vivimos, necesitar¨ªamos recobrar cierto sentido de cohesi¨®n y negociar una salida a la situaci¨®n de impasse en que nos encontramos. Y les corresponder¨¢ a las izquierdas liderar este proceso (invitando a otros) para encontrar soluciones. Apuntamos una idea: y si los socialistas y los del conglomerado de Catalunya s¨ª que es Pot se pusieran de acuerdo en unos contenidos m¨ªnimos (reconocimiento de la singularidad nacional catalana sin que ello implique privilegios; mayor claridad y simplificaci¨®n competencial, basada en criterios de rendici¨®n de cuentas y subsidiariedad; oficialidad y promoci¨®n del catal¨¢n en las instituciones del Estado y de la Uni¨®n Europea; acuerdo de financiaci¨®n e inversiones fijando criterios claros y transparentes; senado federal y quiz¨¢s alg¨²n otro aspecto como la dispersi¨®n de las sedes de capitalidad) a negociar con el Estado, en el marco de una profunda reforma federal de nuestras estructuras, en la perspectiva de una Europa tambi¨¦n m¨¢s federal y democr¨¢tica, con mucha flexibilidad por debajo pero sin rupturas traum¨¢ticas. Ello significar¨ªa formar en la pr¨¢ctica un grupo de 27 diputados en el Parlament de Catalunya que obligar¨ªa a todos los dem¨¢s a definirse al respecto. Quiz¨¢s el 21 de diciembre ser¨¢ la soluci¨®n m¨¢s clara, siempre que aceptemos que la ret¨®rica sobre el sujeto pol¨ªtico y la soberan¨ªa nacional est¨¢ vac¨ªa de contenido en la Europa del siglo XXI. La alternativa no es la m¨ªtica ¡°desconexi¨®n¡± (que choca con la realidad), sino la par¨¢lisis; y no la divisi¨®n coyuntural, sino la fractura irreversible de la sociedad catalana.
Francesc Esteva y Francesc Trillas son acad¨¦micos del CSIC y de la UAB, respectivamente, y miembros de Federalistes d'Esquerres.
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