Los escribientes de la nueva subjetividad
Por Marcelo Eckhardt
En una vieja canci¨®n de Arco Iris, Gustavo Santaolalla cantaba: ¡°Hermanos, no basta con cambiar¡±; lo curioso es que lo dec¨ªa en plenos a?os setenta. Esta frase siempre me hizo pensar en una paradoja notable y sin respuesta posible, porque en aquella era que estaba pariendo un coraz¨®n -al nuevo sujeto latinoamericano, al nuevo hombre pol¨ªtico-, el viejo grupo de rock colocaba esa gran acci¨®n revolucionaria (el cambio) como un paso previo a algo superior. Imbuidos en la m¨ªstica, el siguiente escal¨®n de la potencialidad subjetiva para el rockero hippie, era la espiritualidad.
Pero para el materialismo hist¨®rico, la respuesta quiz¨¢s est¨¦ llegando reci¨¦n en esta ¨¦poca, con alguien que vivi¨® intensa y dram¨¢ticamente esos a?os: Pepe Mujica. ?l dijo en su conferencia magistral ante m¨¢s de cinco mil j¨®venes en el pabell¨®n amarillo de Plaza Mayor: ¡°Mi generaci¨®n se comi¨® la pastillita del cambio de las relaciones de producci¨®n como condici¨®n necesaria para el surgimiento de un nuevo hombre¡±. Y luego remat¨®: ¡°Con los cambios materiales no alcanza si no cambia la mentalidad¡±.
El cambio, entonces, estar¨ªa en el interior de cada uno, y espec¨ªficamente, en la mente, en la conciencia. Al final, en apariencia, no estaba tan lejos aquel verso enigm¨¢tico del m¨²sico argentino. Lo cierto es que la cuesti¨®n del sujeto social y pol¨ªtico emergente en Am¨¦rica Latina es algo bien complejo y suscit¨® el desarrollo de uno de los ejes del congreso de CLACSO 2015, Comunicaci¨®n, cultura y subjetividad, con paneles donde se discuti¨® y se analiz¨® a los ¡°sujetos contempor¨¢neos y procesos de subjetivaci¨®n¡±, a ¡°la socializaci¨®n pol¨ªtica y la construcci¨®n de subjetividades¡±, a ¡°las subjetivaciones pol¨ªticas¡±.
Es algo complejo pero Pepe Mujica lo volvi¨® muy simple (tal vez, sea s¨ªntesis de su gran experiencia como luchador social, como dirigente pol¨ªtico) o de otra manera: ?c¨®mo alguien con ideas y convicciones sencillas, claras, precisas, llega con tanta empat¨ªa a los ¡°nuevos sujetos sociales¡± y sus complejas formas de manifestarse e irrumpir en la escena pol¨ªtica actual?
Existen en Medell¨ªn los escribientes (Jorge Fornet, el director de Casa de las Am¨¦ricas, me dijo que ¨¦l tambi¨¦n los vio en M¨¦xico hace a?os, antes de la aparici¨®n de la tecnolog¨ªa inform¨¢tica). Son hombres sentados en la vereda, en un peque?o escritorio, con una m¨¢quina de escribir, oficinistas callejeros e independientes, donde transcriben cartas y tr¨¢mites a personas analfabetas.
Este oficio que resiste el paso del tiempo y a las innovaciones tecnol¨®gicas, se parece a la tarea de los intelectuales con los nuevos sujetos sociales y sus inenarrables experiencias. Tal vez el intelectual curioso de estos nuevos sujetos sea el que transcriba la historia y vuelva inteligible su secuencia. Y quiz¨¢s sea tambi¨¦n al rev¨¦s: los nuevos sujetos son los que escriben la historia en una m¨¢quina, para que los intelectuales puedan comprender y reflexionar.
En esta ida y vuelta, en este inversi¨®n de roles en la escena callejera, los acad¨¦micos reunidos en Medell¨ªn, en la Conferencia de CLACSO 2015, debatieron desde ¡°los buscadores de alteridad¡±, ese grupo social que intenta consumir ¡°diversidades culturales¡± y que Jean Paul Sarraz¨ªn denomina idealista y conservadora, la ¡°diversofilia¡±, hasta una explicaci¨®n notable a cargo de Carlos Ruiz, de la Universidad de Chile sobre la irrupci¨®n de las nuevas subjetividades pol¨ªticas en Chile. Espec¨ªficamente, c¨®mo la dicotom¨ªa entre Estado versus Mercado, que domin¨® la escena pol¨ªtica chilena desde los setenta, troc¨® en los noventa en una supuesta armon¨ªa entre ambos (Ruiz entiende que se enaltece el Estado para que subvencione al Mercado) y la privatizaci¨®n de los servicios sociales (algo muy avanzado y quiz¨¢s particular de Chile, pero que recorre a toda Latinoam¨¦rica).
Estos nuevos sujetos sociales, inestables, impredecibles y ¡°enigm¨¢ticos¡± para la vieja forma de hacer pol¨ªtica, piden ¡°desmercantilizar¡± la vida cotidiana y se manifiestan por fuera de los marcos pol¨ªticos tradicionales.
Entre la lectura de ponencias y explicaciones en pantalla con power point en los salones y en las comisiones de Plaza Mayor, y los miles de j¨®venes que asistieron a la Conferencia, est¨¢ la figura del intelectual que es, adem¨¢s, activista pol¨ªtico. Es el caso de Juan Carlos Monedero, el polit¨®logo y docente que lidera el movimiento pol¨ªtico alternativo espa?ol Podemos. Monedero habla como si fuera una arenga en la calle pero en el marco de un congreso multitudinario. Cientos de j¨®venes estudiantes se acercaron al gran sal¨®n hasta colmarlo, para escuchar su aceitado discurso, pleno de chistes, ejemplos y consignas simples (como si estuviera produciendo ¡°tuits¡± todo el tiempo).
Monedero, a diferencia de la izquierda tradicional, sostiene que el proceso hist¨®rico moderno no tiene telos, es pura tensi¨®n e inestabilidad entre opuestos en constante pugna. Y exhort¨® a la audiencia a reconstruir lo com¨²n (lo que nos afecta) de un modo nuevo.
La figura del escribiente que transcribe lo que le dictan para volverlo inteligible y poder comunicarlo, se traslada tambi¨¦n al evento de la Conferencia de CLACSO 2015. All¨ª se ensambl¨® lo acad¨¦mico y lo pol¨ªtico de una forma notablemente din¨¢mica y atractiva. Y miles de j¨®venes, con una enorme potencia para participar y para movilizarse produjeron un hecho in¨¦dito. En este caso, Pepe Mujica oficia como escribiente: ¡°Algo nuevo est¨¢ pasando, una germinaci¨®n de gente joven que busca su rumbo, y en todos lados, no solamente en nuestra regi¨®n. La Conferencia CLACSO, m¨¢s que un evento acad¨¦mico, se ha convertido en un movimiento de masas que piensa y que sue?a¡±.
Estos miles de j¨®venes de toda Colombia y de varias zonas de la regi¨®n, no solo poseen una movilidad y una participaci¨®n socio-pol¨ªticas notable (pues convirtieron algo acad¨¦mico en algo pol¨ªtico y viceversa), sino que adem¨¢s, necesitan hablar, tienen su relato pol¨ªtico e intelectual para decir, para dialogar, para debatir. Ocurri¨® en diversos paneles y seminarios: tomaban el micr¨®fono y en vez de preguntar o acotar algo de lo dicho, se explayaban en consideraciones, hip¨®tesis y propuestas.
Complejos y simples, entonces, estos nuevos sujetos sociales que irrumpen en la escena convulsionada y en cambio hacia el futuro (aunque no se sepa a ciencia cierta hacia d¨®nde se est¨¢ yendo) quedan fascinados y energizados al escuchar a l¨ªderes como Pepe Mujica. Este viejo dirigente de izquierda, que atraves¨® varias ¨¦pocas para ahora dialogar con los j¨®venes, vuelve a repensar el cambio, en qu¨¦ consiste, luego de tantas vueltas y tantas racionalizaciones y les dice en tono confesional: ¡°Hay que ser feliz con poco; la felicidad est¨¢ en uno, junto a lo m¨¢s elemental de la vida: el amor, los hijos, los amigos. Y un tiempo para hacer lo que realmente nos gusta. Eso es la libertad¡±. Los miles y miles de j¨®venes lo ovacionan y cantan.
Tal vez ten¨ªa raz¨®n Santaolalla, no basta con cambiar. ¡°Las decisiones importantes no son econ¨®micas¡±, dice Mujica. El cambio es la ¡°aventura humana¡±, compleja y simple, y nunca basta. Siempre contin¨²a. La vieja canci¨®n de Arco Iris, misteriosamente, suena actual. Los escribientes sabr¨¢n transcribir esta nueva escena.
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