Europa y el miedo
La respuesta m¨¢s eficaz a los retos del presente, como son el ¨¦xodo hacia Europa y el terrorismo, tiene como premisa la recuperaci¨®n de la confianza de los europeos en nuestro futuro
Antes de los atentados de Par¨ªs del 13 de noviembre, las alarmas ya sonaban a lo largo del continente europeo. Los d¨ªas 11 y 12 de esa semana se hab¨ªa celebrado en La Valetta la cumbre sobre migraci¨®n, que reuni¨® a los l¨ªderes de la Uni¨®n Europea con los de ?frica. La dif¨ªcil gesti¨®n de las oleadas de refugiados confundidos con inmigrantes - o de inmigrantes confundidos con refugiados-, antes de convertirse en ¡°indigesti¨®n¡±, produjo inmediatamente en las sociedades europeas el miedo de invasi¨®n. El rechazo de muchos europeos al coste econ¨®mico y social (por no decir cultural) de acoger centenares de miles de personas es un sentir popular sintonizado por gobernantes electos y exacerbado por demagogos en liza.
Es cierto que la solidaridad y el humanitarismo europeos tambi¨¦n tienen su espacio. Valores con los cuales ha procurado ser coherente la acci¨®n exterior europea, que de haber logrado movilizar m¨¢s voluntades y recursos hubiera invertido mayores medios en financiar la adecuada y duradera acogida de refugiados sirios en pa¨ªses como L¨ªbano, Jordania o Turqu¨ªa, antes de que se pusieran en movimiento hacia las fronteras sur-orientales de Europa. Ojal¨¢ tambi¨¦n hubiera facilitado la resoluci¨®n de los conflictos en esa regi¨®n, aunque ello no depende s¨®lo de Europa. A falta de una prevenci¨®n eficaz, nos encontramos en un escenario reactivo, y en ¨¦ste el impulso m¨¢s potente es el miedo.
No puede sorprendernos, pues ya era el dominante en la Europa m¨¢s castigada por la crisis financiera y econ¨®mica iniciada en 2008. El miedo a perder aquello que socialmente hemos alcanzado y hemos disfrutado a escala individual: un estado de bienestar m¨¢s o menos amplio, de pol¨ªticas p¨²blicas efectivas en educaci¨®n y salud, pensiones fiables, mecanismos medianamente eficientes en la resoluci¨®n de conflictos laborales, sociales y culturales, hasta cierta garant¨ªa de ocio para todas las edades. Con las recetas econ¨®micas para solventar la crisis, casi todo ello sufre recortes y es patente el temor al aumento o consolidaci¨®n de estas p¨¦rdidas.
Por ello, provoca alarma la perspectiva de que para atender a los reci¨¦n llegados se reduzcan a¨²n m¨¢s los servicios p¨²blicos y las prestaciones sociales. Incluso all¨¢ donde la crisis menos ha impactado, como en Alemania, se produjeron reacciones xen¨®fobas y violentas en los estados orientales, donde hay un mayor ¨ªndice de desempleo. Los gobiernos europeos parecen encontrarse sin margen de maniobra, dadas las limitaciones al gasto p¨²blico. Se traslada a las calles, carreteras y fronteras europeas la confrontaci¨®n entre los ¡°perdedores¡± europeos y las v¨ªctimas de las guerras civiles y de la pobreza mundiales.
Las sociedades
con miedo son las sociedades d¨¦biles
Hoy, la guerra contra el terror yihadista es la prioridad m¨¢s urgente. Pero la presi¨®n migratoria sigue en aumento, menos destacada por los medios y confundida con el terrorismo, lo que incrementa la xenofobia.
Las sociedades con miedo son las sociedades d¨¦biles. Los pa¨ªses que se saben fuertes y manejan eficazmente sus recursos no se dejan llevar por el miedo. Desde este punto de vista, Europa tiene un problema de p¨¦rdida de poder. Debilitamiento interno y p¨¦rdida de peso en una comunidad internacional en la que juegan nuevos actores con mayor decisi¨®n y liquidez financiera.
La respuesta m¨¢s eficaz a los retos del presente, como son el ¨¦xodo hacia Europa y el terrorismo, tiene como premisa la recuperaci¨®n de la confianza de los europeos en nuestro futuro. Es decir, en la superaci¨®n de la crisis econ¨®mica. Francia ya ha anunciado que el incremento del gasto en seguridad le impedir¨¢ cumplir el l¨ªmite establecido para su d¨¦ficit p¨²blico, pues no va a reducir m¨¢s las otras partidas del gasto. Pero eso no ser¨¢ suficiente.
La zona euro deber¨ªa adoptar medidas m¨¢s eficaces para lograr, progresivamente, la recuperaci¨®n sostenible del bienestar. Los gobiernos de la UE deber¨¢n recomponer, coordinadamente, sus energ¨ªas nacionales e indudables capacidades para impulsar la acci¨®n exterior europea requerida por los nuevos tiempos. Si no es as¨ª, la crisis migratoria combinada con el terrorismo puede pasar a ser el detonante de la implosi¨®n de Europa. Ese s¨ª es un escenario aterrador.
Alberto Virella Gomes es diplom¨¢tico.
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