Rusia y la amenaza terrorista
Para minimizar el riesgo islamista, Mosc¨² tiene que integrar eficazmente el C¨¢ucaso del Norte
?Al incorporarse al conflicto armado en Siria, Mosc¨² vuelve a la ¡°primera divisi¨®n¡± de la pol¨ªtica mundial, pero Rusia tiene muchas razones ¡ªrelacionadas en gran parte con el C¨¢ucaso del Norte¡ª para interesarse por los asuntos sirios. Ya antes de que Rusia declarara la guerra al Estado Isl¨¢mico (ISIS), esta estructura terrorista design¨® a nuestro pa¨ªs como blanco y especialmente la regi¨®n del C¨¢ucaso. En noviembre-diciembre de 2014, grupos que se proclamaron leales al nuevo califato aparecieron en el C¨¢ucaso del Norte. En el ISIS lucha ya una importante parte de los insurgentes del C¨¢ucaso del Norte as¨ª como de oriundos de Georgia y Azerbaiy¨¢n. Entre los allegados m¨¢s pr¨®ximos a Ab¨² Bak¨² al Bagdad¨ª est¨¢ Tarj¨¢n Batirashvili (Omar ash-Shishani) procedente del Pankisi, en Georgia.
Tras la serie de notables derrotas en v¨ªsperas de la Olimpiada de Sochi, el Emirato del C¨¢ucaso se convirti¨® para sus partidarios (activos y potenciales) en un ejemplo peculiar y en una fuente de ayuda ideol¨®gica, propagand¨ªstica, militar y de otros tipos. Rusia pod¨ªa seguir de forma pasiva los acontecimientos sin intervenci¨®n militar directa, pero con la amenaza de que el islamismo radical se extendiera hacia sus fronteras, o bien pod¨ªa intentar una acci¨®n preventiva. Al incorporarse a la lucha en Siria, ?acaso Mosc¨² no se arriesga a un auge del terrorismo en el interior del pa¨ªs?
En el C¨¢ucaso del Norte la difusi¨®n de ideas islamistas radicales o la mengua del inter¨¦s por ellas tiene su propia din¨¢mica no siempre vinculada directamente con el ISIS y sus propagandistas. Los problemas de desarrollo del C¨¢ucaso del Norte no desaparecer¨¢n ni siquiera si la operaci¨®n militar rusa triunfa, es apoyada por Occidente y no provoca la enconada resistencia de las monarqu¨ªas del Golfo P¨¦rsico. Entre los problemas del C¨¢ucaso destacan la pol¨ªtica estatal en materia religiosa, la gesti¨®n municipal adecuada a las condiciones locales, los procesos migratorios, la regulaci¨®n sobre la tierra y la representaci¨®n de las comunidades ¨¦tnicas en la Administraci¨®n. Adem¨¢s, est¨¢ la aplicaci¨®n de una pol¨ªtica orientada a formar la identidad de ciudadano de Rusia leal a este Estado.
Al sumarse al juego en Siria, Putin sube el list¨®n de su responsabilidad por las decisiones pol¨ªticas internas; los seguidores de las tendencias radicales pueden aumentar
Al sumarse al juego en Siria, Rusia sube el list¨®n de su responsabilidad por las decisiones pol¨ªticas internas, especialmente sobre el C¨¢ucaso del Norte. Los seguidores de las tendencias radicales pueden aumentar si las discusiones sobre el papel social y pol¨ªtico del islam se limitan a respaldar las instituciones regionales de direcci¨®n espiritual de los musulmanes (estructuras intermediarias entre Administraci¨®n y fieles) y si el concepto de ¡°extremista¡± se interpreta de forma ampliada. Y lo mismo puede suceder si las instituciones administrativas laicas (los jueces de diversas instancias y cuerpos policiales) no trabajan eficazmente y si se deja que ¡°autoridades¡± religiosas (a veces bastante dudosas) resuelvan los conflictos entre ciudadanos. Tampoco ser¨¢ eficaz la construcci¨®n de una ¡°vertical isl¨¢mica¡± asociada a un ¡°pol¨ªtico dirigente¡± responsable de las relaciones entre los musulmanes y la Administraci¨®n, como Ramz¨¢n Kad¨ªrov en Chechenia. La reproducci¨®n autom¨¢tica de la experiencia chechena en los territorios cauc¨¢sicos de Daguest¨¢n o Ingushetia no puede tener ¨¦xito, sobre todo si se trata de una subordinaci¨®n a un pol¨ªtico presentado como ¡°patriota isl¨¢mico de Rusia¡±. A los radicales y su destrucci¨®n ideol¨®gica no se les contiene con una unificaci¨®n simplista, sino con una diferenciaci¨®n de las pr¨¢cticas de gesti¨®n basadas en la lealtad al proyecto de Estado ruso (unidad en la diversidad).
El a?o pasado, en el Ej¨¦rcito ruso aument¨® el n¨²mero de soldados de reemplazo procedentes del C¨¢ucaso del Norte, lo que fue un ¨¦xito para integrar a la juventud en el espacio social ruso. Pero la pol¨ªtica de integraci¨®n no puede limitarse s¨®lo a lo militar; debe seguir otras estrategias para involucrar a los oriundos del C¨¢ucaso en los procesos del Estado (migraci¨®n interna, peque?as y medianas empresas, educaci¨®n). Rusia ya tiene una fama negativa entre los dzhijadistas, desde la guerra en Tayikist¨¢n a principio de la d¨¦cada de los noventa y las campa?as en Chechenia y en el C¨¢ucaso del Norte. El caso sirio no alterar¨¢ radicalmente esta percepci¨®n.
La pol¨ªtica de Mosc¨² en Siria tiene partidarios en el fragmentado mundo musulm¨¢n, y no solo chi¨ªtas. Al pensar en la pol¨ªtica exterior, Rusia no debe olvidar los riesgos internos. Solo resolviendo de forma eficaz los problemas de la integraci¨®n del C¨¢ucaso del Norte Mosc¨² podr¨¢ minimizar la amenaza terrorista.
Sergu¨¦i Marked¨®nov es historiador, profesor de pol¨ªtica exterior y asuntos regionales en la Universidad Humanitaria Estatal de Rusia
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