Fronteras europeas

Los ministros de Interior de la UE se disponen a discutir hoy una medida ¡ªc¨®mo asegurar las fronteras exteriores de la Uni¨®n¡ª que puede cambiar la concepci¨®n que Europa tiene de s¨ª misma. Aunque, en la estela de la tradicional lentitud de Bruselas, no haya que esperar en esta jornada avances espectaculares, es necesario subrayar la extrema importancia del asunto.

Si se quiere seguir manteniendo uno de los principios fundamentales en los que se basa el proyecto europeo ¡ªla libre circulaci¨®n de personas entre los pa¨ªses miembros¡ª es inevitable que se produzca el refuerzo de una frontera exterior com¨²n en la que no puede haber puntos vulnerables. Es una medida que quiz¨¢ deber¨ªa haberse tomado hace tiempo, pero que los sangrientos atentados de Par¨ªs hacen ahora urgente.

Este reforzamiento en ning¨²n caso debe significar que esa frontera sea infranqueable. En un mundo cada vez m¨¢s globalizado es absurdo pensar que Europa puede aislarse e ignorar lo que ocurre a su alrededor, m¨¢xime cuando tiene que hacer frente a una gran crisis humanitaria como es la de los refugiados y a una masiva y constante llegada de inmigrantes por diversos puntos ¡ªentre ellos, Espa?a¡ª desde hace a?os. Pero hay que entender que el refuerzo del control de las personas que entran y salen de la UE, sean ciudadanos de ella o no, es fundamental precisamente para salvaguardar la libertad de movimientos de la que millones de europeos disfrutan desde hace veinte a?os. Y adem¨¢s, ayudar¨¢ a dar pasos concretos en el proceso de construcci¨®n europea si a esta decisi¨®n siguen otras derivadas l¨®gicas, como la creaci¨®n de un cuerpo europeo de polic¨ªas de fronteras y la unificaci¨®n total de ficheros policiales.

Esta posibilidad no puede quedar reducida a una mera especulaci¨®n sobre un futuro a medio o largo plazo. Los l¨ªderes de la UE deben entender que los ritmos han cambiado, que no pueden permitirse demoras inacabables, como suele suceder en la toma de decisiones que afectan a todos los ciudadanos europeos. La amenaza terrorista ¡ªy la crisis de la inmigraci¨®n¡ª exigen tanto una firme determinaci¨®n como un exquisito cuidado en el equilibrio entre seguridad y libertad. Como advirti¨® ayer un diputado en la Asamblea Nacional Francesa, no podemos permitir que las emociones nos lleven siempre a opciones que ¨²nicamente refuercen la seguridad.

En ese equilibrio precisamente quiso moverse ayer Francia, cuando, en una nueva demostraci¨®n de unidad, el Parlamento aprob¨® por abrumadora mayor¨ªa la pr¨®rroga del estado de emergencia durante tres meses, con voces que, en esa casi unanimidad, recordaron que los ciudadanos est¨¢n dispuestos a aceptar ciertas restricciones en aras de la seguridad a condici¨®n de que queden bajo el imperio de la ley y tengan una delimitaci¨®n clara en el tiempo. Siempre dentro de los cauces democr¨¢ticos, y ante una amenaza real, la sociedad europea tiene la madurez suficiente como para que sus gobernantes adopten decisiones dif¨ªciles, algo que deber¨ªan tener en cuenta hoy los ministros de Interior de la UE.