Un museo con 86.000 millones de obras de arte
El neurocient¨ªfico Javier de Felipe desvela la insospechada belleza natural del cerebro
Si pudi¨¦ramos abrir nuestro cr¨¢neo con una sierra mec¨¢nica y extraer nuestro cerebro, tendr¨ªamos sobre la mesa un ¨®rgano de kilo y medio y consistencia parecida al tofu. Si cogi¨¦ramos con una pinza un solo mil¨ªmetro c¨²bico de nuestra corteza cerebral y lo observ¨¢ramos al microscopio, podr¨ªamos contar 27.000 neuronas y 1.000 millones de conexiones. Todo eso en un solo mil¨ªmetro c¨²bico de esa corteza exterior, en la que supuestamente se sit¨²a nuestro pensamiento y nuestra imaginaci¨®n. Pero, adem¨¢s del cableado cerebral, tambi¨¦n ver¨ªamos arte, seg¨²n subraya en su laboratorio el neurocient¨ªfico Javier de Felipe, del Instituto Cajal (CSIC), en Madrid.
¡°No solamente el cerebro humano es bello, sino que el cerebro de todas las especies contiene una belleza intr¨ªnseca que es alucinante, es como ir a un museo¡±, explica De Felipe, que este mes ha presentado en sociedad su libro El jard¨ªn de la Neurolog¨ªa. Sobre lo bello, el arte y el cerebro (editado por el BOE y el CSIC).
El volumen, may¨²sculo, repasa la vanguardia de la neurociencia actual. Un cerebro humano contiene 86.000 millones de neuronas, con billones de conexiones entre ellas. Es una m¨¢quina perfecta que se convierte en humilde a la hora de entenderse a s¨ª misma. El cerebro humano todav¨ªa no comprende c¨®mo funciona un cerebro humano, pero empieza a reconocer su propia belleza.
El cerebro en s¨ª mismo es tan bello que, de forma metaf¨®rica, se podr¨ªa decir que el pintor pinta su interior¡±, afirma Javier de Felipe
¡°El arte y la ciencia van de la mano. El cerebro en s¨ª mismo es tan bello que muchas veces, de forma metaf¨®rica, se podr¨ªa decir que el pintor pinta su interior¡±, proclama De Felipe, uno de los directores del Proyecto Cerebro Humano, apoyado por la Comisi¨®n Europea con 1.000 millones de euros en 10 a?os para estudiar el ¨®rgano del pensamiento. El neurocient¨ªfico espa?ol compara extasiado el cielo del cuadro La noche estrellada, la obra maestra de Vincent Van Gogh, con las placas que se observan en el cerebro de los pacientes con alzh¨¦imer.
El jard¨ªn de la Neurolog¨ªa combina im¨¢genes al microscopio de cerebros humanos con obras de arte, descubriendo escalofriantes semejanzas con obras de maestros como C¨¦zanne, Mir¨®, Monet y Klimt. El libro, de 540 p¨¢ginas y gran formato, recupera tambi¨¦n los dibujos pioneros de Santiago Ram¨®n y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906 por haber sido el primero en ver el cerebro como todos lo vemos ahora: como un tejido compuesto por unidades interconectadas, las neuronas. En una ¨¦poca de rudimentarias c¨¢maras fotogr¨¢ficas, el investigador espa?ol tuvo que esmerarse con sus pinceles para explicar a sus colegas la revoluci¨®n que percib¨ªa a trav¨¦s del microscopio.
M¨²sica hecha con neuronas
¡°Qu¨¦ duda cabe, a la ciencia no van m¨¢s que los artistas¡ Yo comprend¨ª que para adquirir nombre con los pinceles es preciso convertir la mano en un instrumento de precisi¨®n. A mis aficiones art¨ªsticas de ni?o ¡ªa las que mi padre se opuso intensamente¡ª debo lo que soy ahora. Hasta la fecha habr¨¦ hecho m¨¢s de 12.000 dibujos. Para un profano son dibujos extra?os, cuyos detalles se miden por mil¨¦simas de mil¨ªmetro, pero que descubren mundos misteriosos de la arquitectura del cerebro¡±, cont¨® Ram¨®n y Cajal en una entrevista en el a?o 1900.
El equipo de De Felipe intenta convertir esos detalles invisibles de las neuronas en reglas matem¨¢ticas. Con microscopios de precisi¨®n, las c¨¦lulas del cerebro aparecen como tortuosos rosales, con alargadas ramas plagadas de espinas distribuidas de forma aparentemente ca¨®tica. Los neurocient¨ªficos han transformado estas espinas en notas musicales, en funci¨®n de su localizaci¨®n, y han descubierto que la m¨²sica de cada neurona es diferente. Las de las personas con alzh¨¦imer suenan de manera lenta, con menos notas. ¡°Hemos descubierto nuevos aspectos de la organizaci¨®n de las neuronas que de forma visual no se pueden descubrir¡±, celebra De Felipe.
¡°El cerebro humano tiene 200.000 a?os y, sin embargo, el arte aparece mucho m¨¢s tarde; la m¨²sica; much¨ªsimo m¨¢s tarde; la escritura, hace nada m¨¢s que unos 5.000 a?os. Por lo tanto, nuestros antepasados prehist¨®ricos no pudieron disfrutar nunca de la m¨²sica, ni de la poes¨ªa, ni de la escritura, puesto que no se hab¨ªan inventado. Pero su cerebro era exactamente el mismo¡±, se sorprende De Felipe. ¡°Y esa es una de las grandes preguntas de la neurociencia actual: todav¨ªa no sabemos por qu¨¦ somos humanos¡±.
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