La espa?olada
El landismo y Lina Morgan fueron fen¨®menos sociol¨®gicos, pero al menos no pretend¨ªan pasar por cine ni por cultura
La peor veta de la literatura y el arte espa?oles es el costumbrismo, ese estilo que se caracteriza, al decir del Diccionario de la RAE, por la especial atenci¨®n que se presta en ¨¦l al retrato de las costumbres y t¨®picos de una regi¨®n o un pa¨ªs y que, siendo caracter¨ªstico del XIX, se niega a desaparecer, sobre todo en algunas manifestaciones art¨ªsticas. Zarzuelas ya no se escriben, pero en el cine espa?ol el costumbrismo sobrevivi¨® todo el siglo XX hasta el punto de haber dado lugar a un subg¨¦nero, la espa?olada, que llen¨® las pantallas en los sesenta y setenta y que, actualizado, a¨²n se sigue cultivando hoy. ?O que son las pel¨ªculas de Torrente, la llamada comedia madrile?a, incluso algunas pel¨ªculas de Almod¨®var de sus inicios, que espa?oladas adaptadas a los nuevos tiempos? ?En qu¨¦ se diferencian las ¨²ltimas producciones de Emilio Mart¨ªnez-L¨¢zaro de las de Antonio Ozores, salvadas las distancias ideol¨®gicas y la Espa?a que reflejan?
Como a Carlos Boyero, el cr¨ªtico de este peri¨®dico, me pas¨® con Ocho apellidos vascos, pel¨ªcula que vi tiempo despu¨¦s de ser estrenada y movido por su desmedido ¨¦xito m¨¢s que por las recomendaciones de esas personas que insisten en ponderar que algo es ¡°muy divertido¡± como un valor, que no solo me pareci¨® una pel¨ªcula aborrecible, sino que no entend¨ª de que se re¨ªa la gente. Excepci¨®n hecha de la interpretaci¨®n de un Karra Elejalde soberbio, lo dem¨¢s me pareci¨® todo de serie de televisi¨®n, tipo Aqu¨ª no hay quien viva o La que se avecina, es decir, costumbrismo rancio y tradicional, y los chistes que tanto re¨ªa la gente me recordaron a los de Fernando Esteso, eso s¨ª, pasados por el tamiz de la contemporaneidad. La conversi¨®n de la pel¨ªcula en un fen¨®meno sociol¨®gico adem¨¢s de en un petardazo econ¨®mico no hizo m¨¢s que afirmarme en mi pensamiento: el landismo y Lina Morgan tambi¨¦n lo fueron en su momento, pero al menos no pretend¨ªan pasar por cine ni por cultura.
Como era de imaginar, el ¨¦xito de esa primera pel¨ªcula ha dado paso a una segunda en la que los apellidos vascos son ahora catalanes que en su primer fin de semana ha visto ya m¨¢s de un mill¨®n de espa?oles y es de pensar que detr¨¢s vendr¨¢n otros apellidos. Que les aprovechen a sus creadores. Yo, entre tanto, volver¨¦ a recordar, como despu¨¦s de ver Ocho apellidos vascos, aquella obra de Gogol escrita ya hace dos siglos pero sobre un tema muy actual: la complicidad del espectador con la corrupci¨®n, en la que uno de los personajes se vuelve al p¨²blico en un momento y le reconviene: ¡°?De qu¨¦ os re¨ªs? ?Si os est¨¢is riendo de vosotros mismos!¡±.
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