Un 20-D con ¡®D¡¯ de Defensa

Las agendas electorales en Espa?a suelen pasar de puntillas por las cuestiones de Defensa, pero en las pr¨®ximas elecciones generales del 20-D, los responsables de campa?a tendr¨¢n que proponer algo, y distinto de lo habitual, sobre la pol¨ªtica de Defensa. Existen varias razones. Primero, porque el pr¨®ximo Gobierno se va a encontrar un problema de seguridad que no ha tenido ninguno en democracia. La acumulaci¨®n de factores de riesgo al Sur: estados d¨¦biles, insurgencia, tr¨¢ficos il¨ªcitos, radicalizaci¨®n, migraciones o la proliferaci¨®n de grupos yihadistas leales al autodenominado Estado Isl¨¢mico (Daesh/ISIS) constituye una amenaza a los intereses vitales espa?oles, tal y como reconoce la Estrategia de Seguridad Nacional de 2013. A lo del Sur, hay que a?adir la preocupaci¨®n por la situaci¨®n en el Este de Europa y Oriente Medio.

El Gobierno tendr¨¢ que elaborar un plan contra el yihadismo que integre todos sus instrumentos, incluidos los militares. Para ello, y tambi¨¦n por primera vez, el pr¨®ximo Gobierno dispone de una Ley y de un Sistema de Seguridad Nacional que le permite al Presidente del Gobierno subordinar la pol¨ªtica de Defensa a una de Seguridad Nacional. Si el Presidente lo desea, podr¨¢ definir el marco estrat¨¦gico de la Defensa desde la Estrategia y el Consejo Nacional de Seguridad, en lugar de recurrir a las Directivas y al Consejo de Defensa Nacional como hasta ahora.

En la pr¨®xima Legislatura, el Gobierno tendr¨¢ que estabilizar el presupuesto de Defensa mediante un modelo de financiaci¨®n plurianual que fije el objetivo final de gasto y flexibilice su disposici¨®n anual, porque la incertidumbre perjudica el planeamiento militar y el de su base industrial. Deber¨¢ mejorar la trasparencia presupuestaria evitando el recurso a los cr¨¦ditos extraordinarios, incluyendo en el presupuesto inicial un c¨¢lculo m¨¢s riguroso de los cr¨¦ditos para operaciones y pagos de equipos que se realizar¨¢n durante todo el a?o. Para reforzar el control parlamentario, se deber¨ªa facilitar el seguimiento del planeamiento por capacidades, para verificar las inversiones y avances que se realizan, as¨ª como el escrutinio de documentos hasta ahora reservados como el Objetivo de Capacidades Militares y los informes de Alistamiento de la Fuerza Conjunta. En la pr¨®xima Legislatura se deber¨ªa discutir menos sobre cu¨¢nto se invierte y m¨¢s sobre c¨®mo se invierte, lo que contribuir¨ªa a elevar el conocimiento, corresponsabilidad y cultura estrat¨¦gica de los supervisores parlamentarios.

Ya que los recursos son limitados, el Gobierno tendr¨¢ que establecer prioridades, primando la operatividad y el sostenimiento de la fuerza militar, penalizando los equipos y unidades de la estructura operativa que no se puedan operar o mantener y evitando criterios corporativos de reparto de recursos. Precisamente por la necesidad de adecuar la estructura de fuerzas a la disponibilidad presupuestaria y a las futuras necesidades operativas, habr¨¢ que modificar el sistema de planeamiento para alinear estrategias, capacidades y presupuestos. De esta forma, el planeamiento permitir¨ªa conocer qu¨¦ niveles de seguridad y defensa se pueden atender y cu¨¢les no en funci¨®n del presupuesto disponible. S¨®lo sobre este planeamiento conjunto y sostenible ser¨ªa posible individualizar la rendici¨®n de cuentas de los responsables pol¨ªticos y militares de la Defensa. Y para impulsar la trasformaci¨®n, habr¨¢ que consolidar el concepto de Fuerza Conjunta y reforzar el liderazgo del Jefe del Estado Mayor de la Defensa, superando esquemas caducos en los que cada Ej¨¦rcito trata de mantener la autonom¨ªa en la concepci¨®n operativa.

Finalmente, hay que integrar la industria de Defensa dentro de la pol¨ªtica industrial y tecnol¨®gica nacional, restringiendo la excepcionalidad para aquellos aspectos que afecten de forma inequ¨ªvoca a la Seguridad Nacional. La industria de Defensa no debe seguir siendo s¨®lo estrat¨¦gica para el Ministerio de Defensa, sino para todo el Gobierno porque contribuye a la econom¨ªa real no s¨®lo con empleos, exportaci¨®n e impuestos sino con tecnolog¨ªa e innovaci¨®n de uso civil y militar. Sindicatos y patronal coinciden en reclamar una Ley de Financiaci¨®n plurianual que estabilice la inversi¨®n, en reforzar el control parlamentario de las propuestas y ejecuci¨®n de los programas de armamento y, tambi¨¦n, en que si no llegan fondos nacionales y/o europeos de I+D no llegan pronto, el sector industrial ¨Cy especialmente las PYME- perder¨¢n en muy pocos a?os el capital tecnol¨®gico actual y el tejido industrial dejar¨¢ de ser competitivo.

F¨¦lix Arteaga es investigador principal de seguridad y defensa del Real Instituto Elcano y autor de las Orientaciones sobre pol¨ªtica de Defensa para la pr¨®xima Legislatura.