El mal llamado Estado Isl¨¢mico
Todo tipo de manipulaci¨®n del lenguaje es efectiva durante un tiempo. Despu¨¦s el concepto escondido resurge con fuerza
Las organizaciones terroristas manipulan las palabras de sus propios nombres. Por ejemplo, los ya desaparecidos GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) se apoderaron del adjetivo ¡°antifascista¡±, y al usurparlo llamaban ¡°fascista¡± a la democracia espa?ola a la cual atacaban. Por su parte, las siglas ETA corresponden a las palabras ¡°Euskadi y Libertad¡± (Euskadi ta Askatasuna), y ello nos oblig¨® a convivir con esa profanaci¨®n de los dos sustantivos.
Otras organizaciones terroristas nos han arrebatado tambi¨¦n el sentido que d¨¢bamos a vocablos como ¡°ej¨¦rcito¡± (por ejemplo, el IRA o el ELN) o ¡°fuerzas armadas¡± (FARC).
Lo mismo sucede con el ¡°Estado Isl¨¢mico¡±, que, seg¨²n ha escrito Llu¨ªs Bassets, ¡°est¨¢ venciendo en el combate de las palabras¡±: nos roba la primera para arrogarse lo que no es; y la segunda, para destruir con ella a quienes siguen las ense?anzas del Cor¨¢n y no han matado ni matar¨¢n a nadie.
Ahora bien, no parece f¨¢cil cambiar el nombre a un grupo terrorista.
En junio de 2014 acort¨® su nombre a solamente "Estado Isl¨¢mico", al que corresponden las iniciales en espa?ol EI (y en ingl¨¦s, IS). Las dem¨¢s siglas son ya inadecuadas
El ¡°Estado Isl¨¢mico¡± se autodenominaba al principio ¡°Estado Isl¨¢mico de Irak y el Levante¡±; y no ¡°Estado Isl¨¢mico de Irak y Siria¡±, que dio en ingl¨¦s las err¨®neas siglas ISIS (Islamic State of Irak and Syria). En junio de 2014 acort¨® su nombre a solamente ¡°Estado Isl¨¢mico¡±, al que corresponden las iniciales en espa?ol EI (y en ingl¨¦s, IS). Las dem¨¢s siglas manejadas con insistencia por la prensa hispana y anglosajona son ya inadecuadas: EIIL, DAESH o DAISH, tomadas estas dos ¨²ltimas de sendas transliteraciones de su nombre original en ¨¢rabe: ad-Dawlah al-Islamiyah fi ¡®l-¡¯Iraq wa-sh-Sham. ¡°DAESH¡± no les gusta a los propios terroristas por su parecido fon¨¦tico con otras expresiones de aquel idioma (equivaldr¨ªa a algo as¨ª como ¡°el pisoteante¡±; es decir, el que pisotea, el que destruye); y por eso las usan muchos pol¨ªticos occidentales. En cualquier caso, los t¨¦rminos ¡°Isl¨¢mico¡± y ¡°Estado¡± se incluyen en cada una de esas denominaciones.
?Qu¨¦ debemos hacer con este problema?
A mi juicio, las manipulaciones del lenguaje son efectivas durante un tiempo, pero luego el concepto que se pretende esconder resurge con fuerza para comerse al significado supuestamente objetivo y realmente encubridor. (Por ejemplo, ¡°ajuste¡± y ¡°recortes¡± fueron en su d¨ªa eufemismos que hoy ya no ocultan una reducci¨®n, sino que la designan).
As¨ª, la asociaci¨®n reiterada en nuestra mente del ¡°Estado Isl¨¢mico¡± y sus barbaridades har¨¢ que el concepto ¡°grupo terrorista¡± se imponga pronto a los dos significados que sus miembros se arrogan. Mientras tanto, no estar¨¢ de m¨¢s guardar cierta distancia con ese nombre, y llamar al EI ¡°el autodenominado Estado Isl¨¢mico¡±, ¡°el mal llamado Estado Isl¨¢mico¡± o ¡°el falso Estado Isl¨¢mico¡±. Y, de paso, devolver la voz ¡°Isis¡± a la famosa diosa egipcia, que sigue ajena a todo esto.
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