Carrusel
La vida p¨²blica nacional est¨¢ adquiriendo por momentos una espesa capa cochambrosa
La an¨¦cdota es mucho m¨¢s interesante que la pel¨ªcula. En 1962, cuando El balc¨®n de la luna estaba a punto de estrenarse, sus productores se enfrentaron a un problema peliagudo. Despu¨¦s de haber logrado reunir en un solo reparto a las tres m¨¢ximas estrellas de la copla espa?ola ¡ªPaquita Rico, Carmen Sevilla y Lola Flores¡ª, no supieron en qu¨¦ orden anunciarlas. Optaron por una soluci¨®n imaginativa, emprendedora, posmoderna avant la lettre. En los cines donde se proyect¨®, y en los cr¨¦ditos de la pel¨ªcula, los tres nombres giraban en un luminoso carrusel sin fin, donde ninguna de las tres estaba ni m¨¢s arriba ni m¨¢s abajo que las otras dos. A Artur Mas no le va a gustar nada la comparaci¨®n, pero lo cierto es que las ¨²ltimas propuestas con las que ha intentado seducir a la CUP para formar Gobierno, ha devuelto esa imagen a mi memoria. La soluci¨®n de las folcl¨®ricas sirve tambi¨¦n para ilustrar los debates electorales de los que Rajoy se ha zafado para evidenciar que ¨¦l no acepta carruseles, que s¨®lo participa en foros donde est¨¢ muy claro qui¨¦n es el que manda. Sus corifeos aclaran que no est¨¢ para debates porque tiene que trabajar mucho por este pa¨ªs ¡ªs¨®lo falta que alguien cuente que de noche se ve una lucecita encendida en su despacho¡ª, pero le vemos a diario haciendo campa?a mientras sigue callado, posando de perfil, ante las crisis que requerir¨ªan a un estadista con criterios propios. En conjunto, la vida p¨²blica nacional est¨¢ adquiriendo por momentos una capa cochambrosa de tal espesor que muy pronto no se podr¨¢ comparar ni con el carrusel de las folcl¨®ricas. Como narradora, aprecio el espect¨¢culo. Como ciudadana, me parece una intolerable tomadura de pelo. Como dijo el otro d¨ªa I?aki Gabilondo, s¨®lo nos falta balar.
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