El genocidio espa?ol en Am¨¦rica y otros mitos
En el continente americano conquistado por Espa?a no hubo mantanzas masivas. La cat¨¢strofe demogr¨¢fica que sufri¨® la poblaci¨®n nativa despu¨¦s de 1492 se debi¨® a la gran mortalidad causada por el contagio de enfermedades tra¨ªdas por los espa?oles
Con motivo de la Fiesta Nacional espa?ola, algunos locuaces pol¨ªticos espa?oles se han llenado la boca con la palabra ¡°genocidio¡±. Cuentan con innumerables votantes que comparten ¨Cal igual que no pocos creadores de opini¨®n- la err¨®nea idea de que Espa?a cometi¨® un genocidio en Am¨¦rica. Es esta una visi¨®n basada en la ignorancia de los hechos hist¨®ricos debida al p¨¦simo tratamiento que la historia de la Am¨¦rica espa?ola recibe en los manuales de ense?anza.
La ¡°leyenda negra¡± tiene mucho de anticatalana en su origen italiano medieval, cuando el Reino de Arag¨®n contaba con un imperio mediterr¨¢neo. Mutar¨ªa en antiespa?ola tras la conquista de Am¨¦rica y el ascenso, en el siglo XVI, de la Monarqu¨ªa Hisp¨¢nica a la condici¨®n de potencia dominante en Europa Occidental. Aunque, sorprendentemente, cinco siglos despu¨¦s sigue vivita y coleando. Ciertamente en Espa?a, pero tambi¨¦n en Am¨¦rica, donde personajes de la talla intelectual de Morales, Maduro y otros semejantes se encargan de seguir difundi¨¦ndola¡ a falta de cosas mejores que hacer por sus ciudadanos.
De esa ¡°leyenda negra¡± forma parte tambi¨¦n una supuesta explotaci¨®n despiadada de la poblaci¨®n aborigen. Esta habr¨ªa contribuido sustancialmente al genocidio y se mantendr¨ªa hasta la Independencia. De su car¨¢cter m¨ªtico da cuenta la frecuentemente utilizada imagen de que podr¨ªa construirse un puente de plata entre Potos¨ª y Madrid con la plata extra¨ªda del ¡°Cerro rico¡±. ?Se imaginan?
Cuando el ep¨ªtome de ese pensamiento, Las venas abiertas Am¨¦rica Latina, llevaba ya d¨¦cadas como emblem¨¢tico best seller internacional, su recientemente fallecido autor hizo un inusual alarde de honestidad. Reconoci¨® que ¡°no ten¨ªa la formaci¨®n necesaria¡± cuando escribi¨® ese pretendido ensayo y que no ¡°ser¨ªa capaz de leerlo de nuevo¡± pues ¡°caer¨ªa desmayado¡± (EL PA?S, 05/05/2014). Ojal¨¢ el ejemplo de Eduardo Galeano tuviese m¨¢s seguidores: ?zapatero, a tus zapatos!
Eduardo Galeano reconoci¨® que cuando escribi¨® su libro ¡°no ten¨ªa la formaci¨®n necesaria¡±
La RAE define genocidio como ¡°exterminio o eliminaci¨®n sistem¨¢tica de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religi¨®n, de pol¨ªtica o de nacionalidad¡±. Por tanto, en la Am¨¦rica espa?ola, ?no hubo ning¨²n genocidio! La cat¨¢strofe demogr¨¢fica que sufri¨® la poblaci¨®n nativa en las d¨¦cadas que siguieron a 1492 tuvo como causa fundamental la gran mortalidad causada por el contagio de enfermedades tra¨ªdas por los espa?oles. La mortandad, de la que se compadecieron y que intentaron atajar algunos espa?oles contempor¨¢neos, se explica principalmente por la falta de resistencia inmunol¨®gica de unos grupos humanos que llevaban miles de a?os aislados del resto del mundo y que carec¨ªan de la protecci¨®n ofrecida a euroasi¨¢ticos y norteafricanos por un prolongado contacto con una amplia variedad de animales dom¨¦sticos y una relativamente intensa vida urbana. ?Que hubo, adem¨¢s, violencia? Pues claro, al igual que en la expansi¨®n militar del Imperio Mexica (azteca) o del Tahuantinsuyo (Imperio incaico).
El ¡°genocidio espa?ol¡± dista de ser excepcional. Se observa igualmente en Norteam¨¦rica. Tambi¨¦n en otras partes del mundo cuando concurren circunstancias semejantes a las de Am¨¦rica. En las islas del Pac¨ªfico, sin necesidad de violencia, mortandades espectaculares segu¨ªan al primer contacto entre occidentales y nativos en los siglos XVIII y XIX. Pero tambi¨¦n antes en la propia Europa. En 1241, la llegada de la viruela por vez primera a Islandia se cobr¨® las vidas de una gran parte de los escasos habitantes de la isla.
Lo cierto es que, para la poblaci¨®n aborigen que se salv¨® del hundimiento demogr¨¢fico y sus descendientes, la probabilidad de que mejorasen sus vidas en el plano material es m¨¢s alta que la de lo contrario. La llegada de nuevas especies animales ¨Cr¨¢pidamente adoptadas por los ind¨ªgenas- mejor¨® la dieta al aumentar la oferta de prote¨ªnas. Los animales de tracci¨®n redujeron el enorme esfuerzo laboral realizado previamente en el transporte de mercanc¨ªas y la construcci¨®n de monumentos tan espectaculares como los que todav¨ªa hoy vemos. Ese derroche de energ¨ªa ha dejado huellas indelebles en los esqueletos de la poblaci¨®n prehisp¨¢nica. A la reducci¨®n de ese desgaste f¨ªsico contribuyeron igualmente la rueda, los instrumentos de metal, la gr¨²a y otros tantos componentes del cambio t¨¦cnico sin precedentes en Am¨¦rica que sigui¨® a la conquista espa?ola. Todos ellos no pudieron tener sino efectos positivos sobre la productividad del trabajo y los niveles de vida. Pruebas del grado extremo de desigualdad alcanzado por las principales sociedades prehisp¨¢nicas no faltan. Tampoco de que, en alguna de ellas, la poblaci¨®n ejerc¨ªa ya una presi¨®n excesiva sobre los recursos agrarios disponibles.
Y, adem¨¢s, se acab¨® con el generalizado tributo en sangre en forma de sacrificios humanos masivos. Algunos autores dan cifras escalofriantes. Uno de los conquistadores de M¨¦xico dice haber visto en las afueras de la ciudad un ¡°expositor¡± con casi 150.000 cr¨¢neos. Tal vez exagere, pero si se toman la molestia de indagar acerca del t¨¦rmino ¡°tzompantli¡±, se quedar¨¢n aterrados de su finalidad. En alg¨²n caso, tambi¨¦n de sus dimensiones. En los Andes, unos 4.000 sirvientes de variado rango y concubinas habr¨ªan ¡°acompa?ado¡± al Inca Huayna Capac en su viaje al m¨¢s all¨¢. De nuevo ?exageraci¨®n? Quiz¨¢, dej¨¦moslo en varios centenares¡
La llegada de nuevas especies animales mejor¨® la dieta al aumentar la oferta de prote¨ªnas
Rafael Dobado Gonz¨¢lez es catedr¨¢tico de Historia e Instituciones Econ¨®micas y acad¨¦mico correspondiente de la Real Academia de la Historia
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