El truco para presentar a dos amigos (y m¨¢s secretos de anfitri¨®n perfecto)

?Para qu¨¦ sirve el protocolo en el siglo XXI? La preguna es pertinente pero no del todo acertada. El protocolo no sirve para nada, es s¨®lo que su ausencia suele ser algo terrible. El protocolo no es exigirle a quienes tenemos en la mesa formas y afectaciones hasta hacer de sus vidas un c¨ªrculo del Infierno lleno de personajes de Downton Abbey. M¨¢s bien es un arte silencioso y ninja: el de mirar a tu alrededor en la mesa, ver lo que la gente est¨¢ haciendo mal y saber reaccionar para que parezca que lo est¨¢n haciendo bien.

A diferencia de la moda, las normas del protocolo est¨¢n escritas en piedra. La semana pasada, en una cata del men¨² de Navidad del Majestic Hotel & Spa de Barcelona, la experta en esta materia B¨¢rbara de Senillosa explic¨® algunas de ellas. Estaba ante un grupo de personas que ten¨ªan, alrededor de su plato, m¨¢s tenedores, cuchillos y cucharas que en el caj¨®n de la cuberter¨ªa de una mansi¨®n.

All¨ª, De Senillosa record¨® que decir ¡°que aproveche¡± antes de comer es de muy mala educaci¨®n (porque hubo un momento en el que la mayor parte de la poblaci¨®n no com¨ªa para que le aprovechara, sino para sobrevivir) y que s¨®lo se brinda con bebidas espumosas, nunca con vino, porque el chinch¨ªn tiene como finalidad liberar las burbujas del champ¨¢n. El uso del cuchillo debe de estar muy limitado: no debe llevarse jam¨¢s a la boca y, en realidad, todo lo que puede comerse sin ¨¦l (croquetas, huevos, etc.), se come sin ¨¦l.

Incluso si estas navidades uno s¨®lo quiere reunir a unos amigos y pasar un buen rato, hay normas de protocolo menos pomposas y m¨¢s pr¨¢cticas. A la hora de presentar a gente que no se conoce, por ejemplo, conviene buscar alg¨²n dato en com¨²n al decir sus nombres para que pueda brotar una conversaci¨®n. Tambi¨¦n es interesante considerar que el anfitri¨®n siempre tiene que estar presente entre los invitados: salir corriendo cada dos por tres para ver c¨®mo est¨¢ el pollo en el horno o para terminar de preparar una guarnici¨®n hace m¨¢s mal que bien. Tambi¨¦n viene bien hacer un m¨ªnimo de tres o cuatro aperitivos mientras la gente va llegando y sent¨¢ndose.

Pero la clave, record¨® De Senillosa, es no obsesionarse por el protocolo. No siempre est¨¢ a uno al nivel de de preparar un suquet de pescado como el de Nandu Jubany, chef de Can Jubany, o un solomillo Wellington como se vio aquella noche en el Majestic Hotel & Spa de Barcelona. Lo dicho: todo es cuesti¨®n de actuar con honestidad. Y tener un par de trucos para que todo salga un poco mejor.