El truco fajita: doblar (bien) la chaqueta y que quepa de todo en la maleta
Con estos consejos podr¨¢ llevar su ropa de viaje sin que se arrugue. Y sea ambicioso: cabe calzado, corbatas, ropa interior, port¨¢til...
Un viaje r¨¢pido. De un par de d¨ªas. Pero, ay, tiene que llevar chaqueta y no quiere facturar. C¨®mo transportar esta prenda tan elegante (y con tanta facilidad para que se arrugue) en una maleta de mano. Aqu¨ª tenemos la soluci¨®n: el truco fajita. Tome nota...
1. NO SE PRECIPITE, DEJE LA CHAQUETA REPOSAR EN LA PERCHA
Para que todo salga bien no hay que ir con prisas. Tratar su ropa con mimo y delicadeza le dar¨¢ buenos r¨¦ditos. Si quiere evitar que se arrugue su chaqueta, s¨¢quela del armario, pero todav¨ªa no la doble: d¨¦jela convenientemente colgada en una percha hasta el ¨²ltimo momento.
2. VOLTEAR: EL TOQUE MAESTRO
Seguramente el primer movimiento es el m¨¢s importante. Si no lo hace correctamente puede ser el inicio de un gran fracaso. Y nadie quiere que acabe as¨ª. Atento. Coja uno de los hombros de la chaqueta y dele la vuelta como si se tratase de una prenda reversible, de forma que el hombro doblado quede exactamente al rev¨¦s de su posici¨®n original. ?F¨¢cil, no? Si tiene dudas mire la ilustraci¨®n.
3. EL MOMENTO DE LA SUTILEZA
Bien, ya tiene su chaqueta del rev¨¦s. Ahora, haga coincidir ambos hombros, de modo que uno quede dentro del otro. De este paso depende que la prenda no se arrugue. Aj¨²stelo bien. Cuando finalice este paso, lo que ver¨¢ de su chaqueta ser¨¢ solo el interior de la misma. Es el momento de volver a su armario a por m¨¢s prendas.
4. APROVECHAR EL ESPACIO
Ahora es cuando se va a sorprender. Ac¨¦rquese al armario y coja ropa sin miedo: un par de camisas, unos cuantos calcetines o unas rebecas y unos calzoncillos... No sea t¨ªmido: aproveche, aproveche. P¨®ngalo todo sobre su chaqueta previamente doblada.
5. ENROLLAR COMO SI HICIESE FAJITAS... Y EL MILAGRO
?Alguna vez ha preparado una fajita en la cocina de su casa? Seguro que s¨ª. Bueno, pues esto es algo parecido. Simplemente, enrolle la chaqueta, con cuidado, con las prendas que haya decidido guardar dentro. Ya lo tiene todo.
6. GUARDAR, Y NO PARAR
Una vez cocinada la fajita, gu¨¢rdela en su maleta. Ojo: hablamos de esas maletas peque?as, de las que no hay que facturar. Y a¨²n as¨ª: en efecto, admire el espacio que queda libre. Ahora ya tiene espacio para un calzado de repuesto, el port¨¢til, ese libro que le gusta llevar en papel, su estuche con cosas de aseo...
7. ?SORPRESA!: NO TODO IBA A SER FELICIDAD
Ahora rece para que no le hagan desmontar la fajita en el control de equipajes. Quiz¨¢ alg¨²n agente considere que ese bulto es sospechoso y le haga deshacer su obra maestra.
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