Daesh presenta...
El ¨¦xito de los terroristas pasa por imponer su programaci¨®n en las televisiones europeas
Puede que a muchos no les llamara la atenci¨®n la euforia con que los medios informaron sobre la mujer islamista que se hab¨ªa inmolado durante el asalto policial a un piso en Saint Denis donde se refugiaban algunos de los terroristas causantes de las matanzas en Par¨ªs. Desde el primer instante, la joven de 26 a?os fue recibida por los comentaristas como ¡°la primera mujer integrista que se inmola en Europa¡±. Y eran tantas veces las que se repet¨ªa esa coletilla, que parec¨ªa quererse generar una reverencia casi ol¨ªmpica, como si su acci¨®n fuera comparable a la de la primera mujer en cruzar a nado el canal de la Mancha o la de baj¨® la marca de los cien metros femeninos. Hay algo de rancia necesidad de contar la vida cotidiana como si fuera tambi¨¦n una competici¨®n. Ser¨¢ seguramente fruto de la incapacidad de hablar de nada sin rebajarlo a medidores deportivos. Para coronar la absurda distinci¨®n, a los pocos d¨ªas la polic¨ªa francesa inform¨® de que no era la mujer quien se hab¨ªa inmolado, sino otro de los varones terroristas el que hab¨ªa accionado el dispositivo mort¨ªfero, al modo de los culpables de la matanza en los trenes de Madrid, cuando se inmolaron en un piso de Legan¨¦s tratando de llevarse a m¨¢s v¨ªctimas por delante en su final.
Este asomo de trascendencia informativa a la manera de un carrusel deportivo invade las tertulias, brazo dial¨¦ctico de cada conflicto en Espa?a. En muchas de ellas sorprende que de fondo visual se utilizan las im¨¢genes que estos grupos integristas graban de la puesta en escena en la que someten a martirio y vejaci¨®n a los inocentes que han logrado capturar. Los v¨ªdeos de las salvajes atrocidades han experimentado una mejora t¨¦cnica que habla a las claras del aumento de presupuesto y medios. La voladura de monumentos hist¨®ricos tambi¨¦n sirve para ilustrar las discusiones de tanto experto con chispas y hay un momento en que alguien deber¨ªa poner freno a la vulgarizaci¨®n de im¨¢genes tan perturbadoras. El ¨¦xito de los terroristas pasa por imponer su programaci¨®n en las televisiones europeas y es notable c¨®mo logran que se difundan sus filmaciones sin que nadie se pregunte si eso es necesario y saludable. Igual que las armas norteamericanas nutren su arsenal despu¨¦s de tomar ciudades iraqu¨ªes, tambi¨¦n el peor cine norteamericano de los grandes estudios, esas pel¨ªculas tan caras como cortas mentalmente, fija la manera de rodar estos cr¨ªmenes y la tan eficaz estrategia de expansi¨®n propagand¨ªstica en la que colaboran nuestros medios sin tampoco querer reparar en ello. Emitir ese material a destajo es una afrenta.
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