La cumbre m¨¢s crucial del siglo

Detr¨¢s de la cumbre de Par¨ªs sobre cambio clim¨¢tico (COP21) hay mucho m¨¢s de lo que parece. Durante las dos pr¨®ximas semanas, Francia acoger¨¢ la m¨¢s decisiva (aunque infravalorada) cumbre mundial de este siglo. No se trata solo del clima y el medio ambiente. Un reducido n¨²mero de negociadores est¨¢n llamados a adoptar un acuerdo sobre un nuevo modelo econ¨®mico que mantenga el calentamiento global por debajo de dos grados cent¨ªgrados.

Han pasado 21 a?os, y el mismo n¨²mero de cumbres, desde la entrada en vigor de la Convenci¨®n Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Clim¨¢tico all¨¢ por 1994, pero todav¨ªa no hemos logrado ponernos de acuerdo sobre un r¨¦gimen mundial que garantice un futuro para nosotros y para nuestro planeta. No lo conseguimos en la cumbre del clima de Copenhague de 2009, cuando las discrepancias entre China y Estados Unidos acabaron por echar por tierra las negociaciones.

?Por qu¨¦ es tan dif¨ªcil llegar a un acuerdo sobre algo en lo que aparentemente todo el mundo coincide? Estas son las cuatro claves para entender la conferencia de Par¨ªs COP21, sus retos, y sus repercusiones m¨¢s amplias para la sociedad en general.

1. Par¨ªs es nuestra ¨²ltima oportunidad para limitar el calentamiento global

Las ciencias del clima lo dice claramente: la cumbre del clima de Par¨ªs es nuestro ¨²ltimo recurso para dar al mundo una oportunidad aceptable de que el calentamiento global permanezca por debajo de dos grados cent¨ªgrados. Para que esto ocurra, tenemos que hacer que nuestras emisiones acumulativas sigan siendo inferiores a un bill¨®n de toneladas de di¨®xido de carbono. Es lo que se conoce m¨¢s com¨²nmente como nuestro presupuesto de carbono. Bas¨¢ndose en las tendencias de las emisiones a lo largo de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, Trillionthtonne prev¨¦ que, para el 31 de octubre de 2038, lo habremos consumido.

2. Es el momento de eliminar gradualmente los combustibles f¨®siles

El cambio clim¨¢tico depende sobre todo del di¨®xido de carbono producido por la quema de combustibles f¨®siles (carb¨®n, petr¨®leo y gas), la mayor parte del cual procede del sector el¨¦ctrico. Lo sabemos muy bien y, sin embargo, empleamos una cantidad considerable de dinero del contribuyente en subvencionar este tipo de combustibles. Seg¨²n la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, las subvenciones a los combustibles f¨®siles se elevan a unos 548.000 millones de d¨®lares anuales. De ellos, 452.000 millones los gasta el G-20 cada a?o. Lo que es a¨²n m¨¢s sorprendente es que los pa¨ªses de la OCDE tambi¨¦n subvencionen centrales el¨¦ctricas de carb¨®n en pa¨ªses en desarrollo... por un importe de 4.300 millones de d¨®lares anuales.

Tenemos que acabar con el mito de los combustibles f¨®siles ¡°baratos¡±. Hay una creencia generalizada de que es m¨¢s barato construir una central alimentada con combustibles f¨®siles que una con energ¨ªas renovables. Es cierto que los costes iniciales lo son, pero los costes reales de las tecnolog¨ªas con altas emisiones de carbono est¨¢n dictados principalmente por los de los combustibles. Una vez construida, una central el¨¦ctrica nos tiene atrapados para todo su ciclo de vida (entre 20 y 30 a?os, dependiendo de la tecnolog¨ªa). En otras palabras, si construimos una central el¨¦ctrica que utilice combustibles f¨®siles, tendremos que comprarlos (o extraerlos del subsuelo en el caso de los pa¨ªses que posean ellos mismos esos recursos).

Les pondr¨¦ un ejemplo: Grecia importa el 99% de sus combustibles f¨®siles, lo cual genera una factura de entre 7.000 y 9.000 millones de d¨®lares al a?o aproximadamente. El reciente rescate de 86.000 millones equivaldr¨ªa a la factura de unos 10 a?os de importaciones de esta clase de combustibles. Con 100.000 millones, Grecia podr¨ªa pasarse para siempre a un sistema energ¨¦tico bajo en carbono. El sol y el viento son gratis, no necesitamos importarlos.

La buena noticia es que las cosas est¨¢n cambiando poco a poco. El denominado movimiento global Divest-Invest [Desinvierte en f¨®siles-Invierte en negocios verdes], fundado en septiembre de 2014, se ha multiplicado por 50 en solo un a?o, con m¨¢s de 2.600.000 millones de d¨®lares en activos dedicados a la desinversi¨®n de combustibles f¨®siles. Esto es solo el principio.

3. La tecnolog¨ªa de bajo carbono est¨¢ lista

Tenemos que acabar con el mito de las energ¨ªas renovables caras. Desde la cumbre del clima de Copenhague, la tecnolog¨ªa ha experimentado avances espectaculares. Los m¨®dulos solares fotovoltaicos cuestan tres cuartas partes menos que en 2009, mientras que los precios de las turbinas e¨®licas bajaron un tercio en el mismo per¨ªodo. Adem¨¢s, son cada vez m¨¢s eficientes.

Hoy en d¨ªa, sumadas, las energ¨ªas solar y e¨®lica constituyen la segunda mayor fuente de electricidad del mundo. En diversos pa¨ªses de todo el planeta, la electricidad procedente de las renovables ha ido aumentando su competitividad con la de los combustibles f¨®siles. El carb¨®n sigue siendo la fuente de electricidad m¨¢s barata, aunque los responsables pol¨ªticos olvidan demasiado a menudo los costes adicionales originados por la miner¨ªa o la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica. En 2010, la poluci¨®n producida por el carb¨®n caus¨® casi dos millones de muertes prematuras en China e India juntas.

Junto con la eficiencia energ¨¦tica, la energ¨ªa solar es la que m¨¢s potencial sin explotar tiene. En India, la electricidad procedente de la energ¨ªa solar fotovoltaica es ya m¨¢s barata que la que procede del carb¨®n importado, y se espera que se convierta en una amenaza para el carb¨®n local de aqu¨ª a 2018. Seg¨²n la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, en 2050 el sol podr¨ªa ser la mayor fuente mundial de electricidad, lo cual ahorrar¨ªa m¨¢s de 6.000 millones de toneladas de di¨®xido de carbono al a?o, es decir, el equivalente a todas las emisiones de Estados Unidos relacionadas con la energ¨ªa.

4. El acuerdo de Par¨ªs deber¨ªa crear las condiciones adecuadas para dar un impulso a la financiaci¨®n en favor del clima

La lucha contra el cambio clim¨¢tico exige el desplazamiento de flujos de inversi¨®n de las tecnolog¨ªas de altas emisiones de carbono a las de bajas emisiones. El cambio ya ha empezado. Desde 2013, el mundo est¨¢ a?adiendo cada a?o m¨¢s capacidad instalada a la electricidad renovable que al carb¨®n, el gas natural y el petr¨®leo juntos. No hay vuelta atr¨¢s.

Pero, ?podremos cambiar lo bastante r¨¢pido como para evitar la crisis clim¨¢tica? Esta es la verdadera pregunta que la cumbre COP21 de Par¨ªs tiene que responder. Se prev¨¦ que, de aqu¨ª a 2035, las econom¨ªas emergentes y otros pa¨ªses en r¨¢pido desarrollo sean los responsables de la totalidad del aumento de las emisiones mundiales anuales.

Los fondos para luchar contra el cambio clim¨¢tico alcanzaron los 391.000 millones de d¨®lares en 2014, y los pa¨ªses desarrollados se comprometieron a proporcionar 100.000 millones al a?o a los pa¨ªses en desarrollo para 2020. De aqu¨ª a 2035 necesitaremos 54.000.000 millones de d¨®lares para cubrir la creciente demanda mundial de energ¨ªa con tecnolog¨ªas de bajo carbono.

La tecnolog¨ªa est¨¢ lista, y cada vez es m¨¢s barata y eficiente. El mercado se est¨¢ volviendo verde. Ahora tenemos que darle las se?ales pol¨ªticas correctas con el fin de estimular la financiaci¨®n de la lucha contra el cambio clim¨¢tico; es la ¨²nica manera de acelerar la transici¨®n a una econom¨ªa baja en carbono y mantenernos por debajo de dos grados cent¨ªgrados de calentamiento global.

?C¨®mo podemos hacerlo? Necesitamos que en Par¨ªs se llegue a un acuerdo con fuerza legal suficiente como para exigir que en todos los pa¨ªses haya una legislaci¨®n interna sobre el clima coherente y sistem¨¢tica. Esto contribuir¨¢ a crear un entorno favorable para atraer inversiones, sobre todo en los pa¨ªses en desarrollo. Tambi¨¦n tenemos que proporcionar una financiaci¨®n p¨²blica a favor del clima que sea adecuada y predecible. Cuanto m¨¢s s¨®lido sea el acuerdo, m¨¢s lo ser¨¢n las se?ales a los inversores privados. De este modo, se reducir¨¢n los riesgos de las inversiones, lo cual har¨¢ que aumente la financiaci¨®n privada para combatir el cambio clim¨¢tico.

Esto abre un gran interrogante acerca de la voluntad de China y Estados Unidos de alcanzar un acuerdo firme en Par¨ªs. En China, los insoportables niveles de contaminaci¨®n del aire hacen que la pol¨ªtica clim¨¢tica sea una prioridad. Pek¨ªn se beneficiar¨ªa considerablemente de un acuerdo legalmente vinculante, ya que necesita atraer cada vez m¨¢s inversi¨®n privada en tecnolog¨ªas bajas en carbono. La postura del pa¨ªs sigue siendo poco clara a este respecto. En Estados Unidos, la administraci¨®n de Barak Obama sabe claramente que el Congreso no ratificar¨¢ nunca un tratado que suponga una obligaci¨®n legal como el protocolo de Kioto.

En el mejor de los casos, es posible que en la COP21 de Par¨ªs se adopte un acuerdo legalmente vinculante con objetivos de mitigaci¨®n no vinculantes espec¨ªficos para cada pa¨ªs. El enviado especial de China, Xie Zhenhua, ha dicho que Par¨ªs podr¨ªa resultar ¡°monumental¡± para el cambio clim¨¢tico. Crucemos los dedos y transmitamos un mensaje claro. Estimados negociadores del clima: est¨¢n ustedes ante la cumbre m¨¢s crucial de este siglo.

Luigi Carafa es investigador del CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs).