La ministra y sus artistas

Hay personas que creen que el Partido Popular tiene algo contra la cultura, ese caj¨®n de sastre en el que nos incluyen, a efectos de identificaci¨®n cuando menos, a escritores, pintores, m¨²sicos, cineastas y dem¨¢s gente de clasificaci¨®n dif¨ªcil, pero no es verdad. Al Partido Popular la cultura no le importa lo m¨¢s m¨ªnimo en tanto que la considera una actividad productivamente irrisoria y socialmente marginal. Ello no quita para que en su voracidad fiscal y recaudatoria (hay que cumplir con el d¨¦ficit) no olvide ni a uno de esos sectores a la hora de legislar y de ahorrar dinero.

La ¨²ltima de esas actuaciones la protagoniza desde hace tiempo la ministra de Empleo y Seguridad Social, esa mujer que se encomend¨® a la virgen del Roc¨ªo para solucionar el problema del paro, quiz¨¢ pensando que la Blanca Paloma es la ¨²nica capaz de arreglar algo tan majestuoso (nada nuevo bajo el sol: su colega de Interior ya hab¨ªa condecorado a la virgen pensando en resolver la seguridad nacional). Considerando que los escritores, pintores, m¨²sicos y dem¨¢s ralea somos trabajadores normales, algo que no concuerda con su convicci¨®n m¨¢s ¨ªntima, que comparte con sus correligionarios, de que estamos m¨¢s cerca del perroflauta callejero, est¨¢ actuando con decisi¨®n para que, en virtud de una ley que ella misma aprob¨® (apelando a Europa, eso s¨ª, como de costumbre), aquellos que cobren una pensi¨®n del Estado no puedan seguir escribiendo, pintando, componiendo m¨²sica, haciendo pel¨ªculas, etc¨¦tera, salvo que renuncien a cobrar por ello o a su jubilaci¨®n. El argumento es incontestable: si los dem¨¢s pensionistas no pueden trabajar m¨¢s, l¨®gico es que los ¡°trabajadores de la cultura¡±, tampoco.

La equidad en el tratamiento a todos los espa?oles es digna de elogio y hasta de admiraci¨®n en un pa¨ªs tan lleno de privilegios, y yo la aplaudo con aprobaci¨®n. El que no haya escrito lo que ten¨ªa que escribir (o pintado lo que ten¨ªa que pintar, o inventado lo que ten¨ªa que inventar, etc¨¦tera) antes de su jubilaci¨®n legal que no lo haga ya o que renuncie a cobrar por ello. Que los jubilados que, en vez de perder el tiempo escribiendo, pintando o inventando cosas, se dedicaron a invertir en Bolsa o especular en el mercado inmobiliario puedan seguir cobrando sus rentas sin tener que renunciar a su pensi¨®n por ello o que la primera ministra de Trabajo espa?ola de la historia que hasta llegar al ministerio no hab¨ªa cotizado nunca, ni como trabajadora por cuenta ajena ni como aut¨®noma, pueda cobrar su jubilaci¨®n de ministra y a la vez los beneficios de sus empresas familiares no debe parecer discriminatorio. Es la ley, que nos equipara a todos por igual.