Nada por all¨¢
El votante espa?ol no castigar¨¢ la incomparecencia de Rajoy, porque nadie culpa a lo invisible sino a lo visible
No ha merecido la multa a Iberdrola por inducir a su favor los precios de la electricidad el mismo despliegue que otros esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, aunque en este caso, seg¨²n la Comisi¨®n, la v¨ªctima es cada hogar espa?ol. Esto nos invita a considerar los t¨¦rminos de visibilidad e invisibilidad como algo m¨¢s que elementos de la ciencia-ficci¨®n y los cuentos para ni?os. Porque la invisibilidad no es un efecto especial ni una invenci¨®n literaria, sino un estado de ¨¢nimo inducido. El presidente Rajoy, por ejemplo, ha optado por la invisibilidad en los primeros debates de estas re?idas elecciones. No acudir, enviar a un subalterno y preferir la entrevista en solitario, el masaje pagado o la actividad propagandista en entornos favorables, le reporta m¨¢s beneficios que perjuicios. El votante espa?ol, algo fatigado a estas alturas de la campa?a, no castigar¨¢ la incomparecencia, porque nadie culpa a lo invisible sino a lo visible, como bien saben las marcas comerciales, que solo se hacen presentes cuando traen la Navidad, la felicidad o el triunfo de tu equipo. En la derrota y la decrepitud solo hay soledad y ausencia de patrocinador.
Lo visible y lo invisible son tambi¨¦n condiciones econ¨®micas. Alberto Garz¨®n o Andr¨¦s Herzog, por ejemplo, batallan a destajo por ser invitados a alg¨²n debate en el que poder lucir sus siglas. En este caso su invisibilidad no es producto de la prepotencia y el desprecio, sino de la crueldad de los vaticinios y la escasez de m¨²sculo. Parecen contendientes que molestan en la foto y por lo tanto son marginados. Es una injusticia que tampoco corregir¨¢n los electores. Rajoy no ejerce de novio con los espa?oles, sino de marido. El novio quiere invitar, hacerse ver, perfilarse en guapo, gastar alguna gracia y seducir. El marido lo que quiere es pasar inadvertido y que nadie le haga bajar la basura ni recoger la mesa, porque ya se ha puesto las pantuflas y est¨¢ viendo el partido.
Pero si a¨²n a estas alturas no est¨¢n convencidos de que la invisibilidad no es un truco de magia, sino una habilidosa manipulaci¨®n, p¨®nganse a buscar en los medios de comunicaci¨®n alg¨²n rastro del mill¨®n de refugiados sirios que fueron portada, foto dram¨¢tica y causa de reuniones urgentes de la UE. No queda nada, se han esfumado. Est¨¢bamos habituados a ver desaparecer una azafata o una moneda en la chistera del prestidigitador, pero un mill¨®n de refugiados desaparecidos es toda una haza?a. Para motivar esta patra?a, hemos entregado 3.000 millones de euros al Gobierno turco, que ofrece la primera alfombra continental para meterlos debajo.
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