Boaventura de Sousa, el pensador estrella de los movimientos sociales
El soci¨®logo portugu¨¦s de la antiglobalizaci¨®n arrasa all¨¢ donde va. ?Su secreto?
Sucedi¨® de nuevo en la Conferencia Latinoamericana de Ciencias Sociales (CLACSO) celebrada en oto?o en Medell¨ªn (Colombia): las colas para sus conferencias fueron comentadas. ?Un soci¨®logo convertido en estrella? ?Cu¨¢l es su secreto? Se lo preguntamos a bocajarro a Boaventura de Sousa Santos (Co¨ªmbra, 1940). Y ¨¦l, el gran pensador portugu¨¦s de los movimientos sociales ¨C bien elegante, vestido de camisa blanca y pantal¨®n negro¨C, nos mira como a cien mil kil¨®metros de distancia detr¨¢s de sus gafas, mientras por el vest¨ªbulo del hotel Intercontinental de la capital antioque?a desfila el mism¨ªsimo expresidente de Uruguay, Jos¨¦ Mujica.
Se encamina el exdirigente popular a la rueda de prensa de presentaci¨®n de su libro de memorias, Una oveja negra al poder. Pepe Mujica, la pol¨ªtica de la gente, tras a?os de paciente seguimiento por parte de los autores, Andr¨¦s Danza y Ernesto Tulbovitz, que ah¨ª andan, tras ¨¦l, hoy tambi¨¦n. Mujica, que ha llegado sin escolta, ni maletas, ni apenas nada que no sea su persona y la de su esposa, acaba de recibir en audiencia al nuevo alcalde electo de Medell¨ªn, el entusiasta Federico (Fico) Guti¨¦rrez, del partido Creemos, que ha dado la campanada para disgusto de los forofos de Uribe.
Todos se cruzan y/o juntan y/o saludan y/o charlan y/o r¨ªen en este espacio lujoso, coordinados cual escena teatral o plaza de pueblo paisa repleta en estos d¨ªas de profesores universitarios, cient¨ªficos y pol¨ªticos latinoamericanos y mundiales reunidos gracias a la varita m¨¢gica de Pablo Gentili, secretario reelegido de CLACSO. Un ¨¦xito de cr¨ªtica y p¨²blico resultar¨ªa la conferencia de Ciencias Sociales: unos 25.000 participantes, casi un 65% menor de 26 a?os, agolpados durante varios d¨ªas en el centro de congresos Plaza Mayor. Ahora mismo, aqu¨ª, a unos y otros no cesan de interrumpirles para los posados de fotos. Muchos son pol¨ªticos, se prestan. Pero De Sousa es un cient¨ªfico, un analista social, un te¨®rico del Sur y de la transformaci¨®n social. ?l, que gana en popularidad al m¨¢s pintado, no deja de forzar la sonrisa, una pesadez tal que acaba cort¨¢ndola abruptamente para dispararnos su respuesta.
¡ª ¡°?Pero qu¨¦ pregunta me hace usted? Siempre hubo estrellas acad¨¦micas... O igual piensa que porque soy portugu¨¦s no puedo serlo al estilo de otros m¨¢s del Norte¡?¡°.
Ahh. Se impone lo que los alemanes llaman desescalaci¨®n. Apacig¨¹emos. Y apaciguamos al arrellanarnos en un buen sof¨¢ y contemplar tan espectacular trasiego. A De Sousa le gusta la charla. No evita la confrontaci¨®n. Se dir¨ªa que la provoca adrede, buscando respuestas del otro. Un ba?o de masas recibi¨® este hombre durante la semana que dur¨® CLACSO 2015. Una buena parte del tir¨®n de los cientos de debates (apasionados, interesant¨ªsimos) aqu¨ª mantenidos fue de este portugu¨¦s que habla de continuo de una sociolog¨ªa de las ausencias y las emergencias. "Aquello que no se cuenta, que no se nos cuenta, parece que no existiera", dice. Pero existe. Y mucho. As¨ª, De Sousa ha logrado entusiasmar a sus seguidores: cuando se habla de una realidad, ¨¦sta emerge. "Solo a trav¨¦s de la justicia cognitiva global habr¨¢ justicia social global", afirma. Las colas para participar en sus talleres y escuchar sus charlas han sido antol¨®gicas en la capital antioque?a: apenas otros como el citado Jos¨¦ Mujica y Lula da Silva le hicieron sombra.
¡ª ¡°Creo que soy famoso porque tengo un modo de comunicar mis ideas que tiene mucho que ver con mi trabajo junto a los movimientos sociales, en la calle, en el territorio. Mis investigaciones me obligan a pasar gran parte de mi tiempo con ellos y por eso mi contacto con la juventud es m¨¢s f¨¢cil¡±.
Por escrito, asegura, puede ser distinto, "algo m¨¢s complejo". De Sousa se expresa con un lenguaje mel¨®dico, una mezcla de castellano y portugu¨¦s que lo hacen especialmente apto para todo o¨ªdo. ?l y quien esto escribe se encontraron ya hace a?os, en el Foro Urbano Mundial celebrado en Dakar. All¨ª tambi¨¦n brillaba, junto a otros (Chico Whitaker, Naomi Klein, Susan George), como l¨ªder antiglobalizaci¨®n. Ha envejecido, pelo m¨¢s cano, rostro m¨¢s arrugado, pero su entusiasmo y jovialidad al hablar de lo que le importa no ha cambiado ni un ¨¢pice... Uno de esos hombres que con la edad se crece. ¡°Otro elemento que influye es que todo mi trabajo est¨¢ orientado por dos ideas: ser atractivo para los j¨®venes, s¨ª, pero sobre todo, darles esperanza¡±. Afirma que vivimos en sociedades dominadas por el miedo, por el desempleo, la violencia¡ y que eso no significa que en su trabajo sea inconsciente y se dedique a contar p¨¢jaros volando, sino que ¨¦l es un ¡°optimista tr¨¢gico".
"Declaramos invisible lo que no queremos ver. No lo nombramos y parece que no existe. Pero existe"
¡ª¡°Me resisto a resignarme, me resisto a creer que no hay alternativas. Este mundo es feo, es desigual, lo sabemos bien, lo vemos aqu¨ª, pues estamos ahora mismo en Medell¨ªn, una de las ciudades m¨¢s desiguales de Colombia¡ Pero los j¨®venes buscan un pensamiento no solo cr¨ªtico sino tambi¨¦n propositivo¡±.
Buscan c¨®mo y d¨®nde actuar. Y sienten que ¨¦l, en cierto modo, los gu¨ªa.
Un proyecto llamado Alice
Autor de numerosos escritos y libros de referencia sobre la b¨²squeda de conocimiento que otorgue visibilidad a los pueblos y a las clases o grupos hist¨®ricamente oprimidos, De Sousa anda sumergido ahora en una tarea bien ambiciosa. Dirige en el European Research Council, un proyecto de investigaci¨®n muy caro, quiz¨¢ el m¨¢s caro que ha emprendido, asegura, y que lleva nombre de mujer: Alice. Pretende estudiar los aprendizajes globales, identificar iniciativas de innovaci¨®n alrededor de cuatro grandes tem¨¢ticas que as¨ª nos resume:
? modos de refundaci¨®n del Estado
? estudio de otras democracias (locales, tribales¡)
? de otras econom¨ªas (urbanas, campesinas¡) no dominadas por capitales financieros
? de otra concepci¨®n de dignidad humana, de respeto, de di¨¢logo con los Derechos Humanos (presente en culturas ind¨ªgenas, afrodescendientes...)
El proyecto colonial est¨¢ m¨¢s articulado hoy con el capitalismo global que nunca
¡ª ¡°Esta idea de esperanza, de aprendizajes de otros es atractiva para los j¨®venes porque ellos no se reconocen en muchos de los aspectos de la Izquierda o el pensamiento cr¨ªtico de los partidos cl¨¢sicos socialistas. No est¨¢n muy convencidos de que los dos grandes modelos creados en el mundo occidental sean los ¨²nicos posibles. Los j¨®venes est¨¢n politizados s¨ª, pero de otra manera a la nuestra. Lo est¨¢n a trav¨¦s del rap, del hip hop, de la m¨²sica, de las redes sociales. Yo trabajo con ellos y hasta escribo letras de rap¡¡±.
Las Ciencias Sociales, concluye, deber¨ªan asumir este lenguaje, desmonumentalizarse y tornarse accesibles para dialogar as¨ª con las nuevas generaciones. Confiesa estar muy empe?ado con las luchas sociales, pero con militancia "apartidista". ¡°Sin embargo, s¨¦ de qu¨¦ lado estoy; en el de la gente que busca alternativas, que sufre por desigualdad, racismo, xenofobia, en el de los discriminados, el de los que se llevan la peor parte de este mundo que hemos construido¡±.
Pensando en tal mundo, nos vamos recostando m¨¢s y m¨¢s en el sof¨¢ mientras guardias, curiosos, c¨¢maras de prensa, bedeles, taxistas, turistas, empleados trajeados de una convenci¨®n de cemento, electricistas de uniforme y muchos de los expertos participantes en CLACSO siguen dando vueltas sin cesar, cual cuerpo de baile de esa sociedad colonialcapitalista que no para de describir De Sousa. "?Vio usted la participaci¨®n del otro d¨ªa en el gran sal¨®n¡?", nos pregunta. S¨ª, lo vimos: hubo chicos y chicas all¨ª que le dieron al maestro su opini¨®n rapeando y ¨¦l les contest¨® tambi¨¦n en formato l¨ªrico, digamos, sobre su visi¨®n de un mundo m¨¢s equitativo y justo, su visi¨®n m¨¢s pegada a la Tierra, al respeto a la Naturaleza, a la Pachamama, a ese Sur que suele ser met¨¢fora de lo despreciado¡ Y luego abri¨® micr¨®fono y dio la palabra a todos aquellos que quisieran visibilizar sus actividades, hacer emerger sus proyectos, sus iniciativas en pos del cambio social¡ Los hizo protagonistas.
La no existencia
Cita Boaventura de Sousa al fil¨®sofo Walter Benjamin: "Vivimos en un tiempo homog¨¦neo y vac¨ªo. Porque reducimos todo a una sola l¨®gica y forma de vida y olvidamos otras, las anulamos no nombr¨¢ndolas siquiera. Y relata las cinco l¨®gicas de producci¨®n de la no existencia en nuestra sociedad hoy, seg¨²n ¨¦l:
¨C"Vivimos y hemos construido una monocultura del saber y del rigor del saber; una monocultura de tiempo lineal; una l¨®gica de clasificaci¨®n social a gusto de los pa¨ªses avanzados; de escala dominante y seg¨²n la l¨®gica productiva".
Hay, afirma, cinco formas de "no existencia": Lo ignorante, lo residual, lo inferior, lo local, lo improductivo. "As¨ª desperdiciamos, sin siquiera darnos cuenta, toda la ecolog¨ªa de saberes ancestrales, de las distintas temporalidades, de los reconocimientos, de las productividades...". ?C¨®mo contar e informar de la diversidad inagotable del mundo? A ¨¦l esa le parece una tarea apasionante. Romper la dominaci¨®n. "El proyecto colonial est¨¢ m¨¢s articulado hoy con el capitalismo global que nunca. Est¨¢n profundamente entrelazados, aunque las formas de articulaci¨®n hayan variado con el tiempo".
Y fue el no va m¨¢s. Pura comuni¨®n en la sala. Se apuntaron tantos a vocear sus proyectos (desde iniciativas de traducci¨®n para desarrollar pensamiento cr¨ªtico y "hacer caminar las palabras" a escuelas brotadas del empe?o ciudadano en la periferia, pasando por ejemplos de arquitectura marginal, alfabetizaci¨®n desde el rap, proyectos sobre derechos ind¨ªgenas o para contener males mariguaneros que consumen a barrios enteros), tantos, que daba tiempo a dar vuelta por un Medell¨ªn atestado de coches y a¨²n regresar y contemplarle escuchando o dialogando con unos y otros.
He ah¨ª el tercer factor, afirma, que impulsa bastante su popularidad: ¡°Es que busco ser simp¨¢tico tambi¨¦n. La gente de la ciencia se torn¨® muy aburrida en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Perdimos la capacidad de re¨ªr. Y ese es un rasgo de mi epistemolog¨ªa, de mi trabajo m¨¢s te¨®rico, de mi b¨²squeda de di¨¢logo entre el conocimiento cient¨ªfico oficial y el popular, el urbano, el rural, el de las mujeres, los j¨®venes, los ind¨ªgenas¡". Habla De Sousa de c¨®mo existen diferentes tipos de conocimiento aunque vivamos en un mundo en el que se use s¨®lo uno ("especialmente cuando es escrito"). La universidad de la vida lo llama. ?l busca identificar esos otros conocimientos, creando contactos, tendiendo puentes: ¡°Traer a mi trabajo la actividad de los movimientos sociales para incorporarlos a la Sociolog¨ªa. A la juventud le gusta esta idea porque no descalifica a la Ciencia sino que la complementa. Sabemos que hay una ciencia hostil a todo aquello que se salga de su centro pero hay otra que es amiga¡±.
"Me resisto a resignarme, me resisto a creer que no hay alternativas. Este mundo es feo, es desigual, lo sabemos ¡ pero los j¨®venes buscan un pensamiento no s¨®lo cr¨ªtico sino tambi¨¦n propositivo"
No s¨®lo prefiere esta ¨²ltima sino que De Sousa se afana "en abrir nuevos caminos en la investigaci¨®n y la escritura", tal como dec¨ªa de ¨¦l el te¨®logo Juan Jos¨¦ Tamayo. Como ejemplo, el portugu¨¦s cita la alimentaci¨®n, todo lo que se est¨¢ moviendo en Brasil alrededor de los campesinos y de la agricultura familiar, de los agrot¨®xicos que reciben las cosechas a trav¨¦s de barridos de las avionetas. ¡°Hay una ciencia financiada por los monsanto bajo el argumento de que ¨¦sta es fundamental para combatir la desnutrici¨®n, pero la agroecolog¨ªa anda investigando y advirtiendo de c¨®mo se mata la vida alrededor, pero sin tantas publicaciones ni fondos para mostrarlo¡¡±. Lo denomina "la ciencia de las ausencias".
¡ª "No se trata de demonizar el conocimiento oficial, no, sino de considerar que no es el ¨²nico v¨¢lido". ?Y qu¨¦ le mueve a hacer todo esto, a visibilizar lo que otros no cuentan, a dar voz a grupos discriminados para presentar su realidad, a construir en vez de derribar?, le preguntamos para hacer honor al nombre de esta secci¨®n de Planeta Futuro. "La experiencia de campo, sin duda". Se r¨ªe.
¡ª ¡°?Que no lo entiende? Ver¨¢, yo que ya tengo una vida larga... pues hubo varios motivos para empezar a ocuparme de estos temas. Viv¨ª una dictadura, estudi¨¦ en EEUU y luego hice un trabajo de campo en Brasil y me fui a vivir en una favela. Y conoc¨ª as¨ª tanta gente buena, con tanta sabidur¨ªa, en una situaci¨®n tan indigna.... que eso le dio responsabilidad social a mi conocimiento. Ponerlo al servicio de los que menos posibilidades de acceso tienen se convirti¨® en uno de mis objetivos".
Su existencia se dibuja por etapas: ahora le vemos afanado en la favela, luego durante la Revoluci¨®n de los Claveles en su pa¨ªs, m¨¢s tarde trabajando en Mozambique y en Sud¨¢frica, en distintas universidades y, especialmente, en la facultad de Co¨ªmbra donde busc¨® siempre que el pensamiento cr¨ªtico no fuera guetto: "Ciencias Sociales propositivas, de eso se trata en un centro con 130 investigadores para aprendizajes globales...". As¨ª, su pensamiento se fue armando: "Estudiando los conflictos me di cuenta de que en nuestras sociedades el capitalismo hoy se articula con colonialismo, con racismo. Factores que est¨¢n destapando ahora con las migraciones. La colonialidad me impacta. Igual que me interesa que los j¨®venes mestizos e ind¨ªgenas est¨¦n llegando a la universidad, por ejemplo en Brasil, gracias al sistema de cuotas y ver eso qu¨¦ va a representar".
El Sur, lo ecol¨®gico y lo ind¨ªgena, bien presentes. "Hemos dividido siempre a la Naturaleza entre las visiones de Descartes y Spinoza. Triunf¨® el primero, que la considera recurso natural a torturar para que nos d¨¦ todo lo posible... con una voracidad mayor a¨²n en las ¨²ltimas d¨¦cadas, destrucci¨®n, miner¨ªa, extractivismo... Recuperar la ecolog¨ªa de saberes. Eso despert¨® mi inter¨¦s por los pueblos ind¨ªgenas, por la madre tierra, la Pachamama, la Naturaleza que no nos pertenece sino que nosotros le pertenecemos a ella. Ese pensamiento ecol¨®gico es algo que los j¨®venes tambi¨¦n aprecian. Debemos articular los conflictos sociales con esa idea de Naturaleza porque esta es territorio, cultura, memoria, pasado, esp¨ªritu, conocimiento, incluso sentimiento paisaje". Nada de eso cuenta.
Sociolog¨ªa de las ausencias. "Declaramos invisible lo que no queremos ver". Y los medios de comunicaci¨®n no suelen estar a la altura, asegura, en venganza quiz¨¢ por nuestra pregunta inicial: "Cuando un suceso o una iniciativa ocupa un titular pasa de la ausencia a la emergencia". Aquello que est¨¢ ocurriendo, se convierte en vida al ser narrado. "Hay que aceptar y contar la diversidad del mundo. Hay que descolonizar nuestro conocimiento". Tal es su mayor tarea en lo que le resta.
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