Miguel ?ngel Silvestre, la reinvenci¨®n del gal¨¢n
El Duque de ¡®Sin tetas no hay para¨ªso¡¯ le dio fama y fortuna. Tambi¨¦n el anhelo de buscar desaf¨ªos que le ayudasen a desprenderse de ese personaje Su papel en la serie ¡®Sense 8¡¯ puede ser el definitivo. En este proyecto de los hermanos Wachowski, Silvestre encarna a un actor homosexual que se resiste a salir del armario
Existe un truco que utilizamos muy a menudo los periodistas para hacernos los importantes. Se trata de recordar la ¨²ltima ocasi¨®n en que el entrevistador se encontr¨® con el entrevistado y contar alg¨²n tipo de suced¨¢neo de an¨¦cdota que coloque al lector en la posici¨®n de pensar que estos dos humanos mantienen una relaci¨®n cordial. Casi de amistad. Es un truco vago.
La ¨²ltima vez que quien esto escribe se encontr¨® con Miguel ?ngel Silvestre (Castell¨®n, 1982) fue hace justo un a?o en Barcelona. Al actor le hab¨ªan invitado a ser el protagonista del encendido de las luces de Navidad de una c¨¦ntrica calle de la ciudad. Pero ¨¦l no se encontraba para nada en modo festivo. Acababa de descubrir que casi todos los esfuerzos acometidos ¨Cpel¨ªcula con Almod¨®var incluida¨C por deprenderse del Duque, el personaje de la serie Sin tetas no hay para¨ªso que le hab¨ªa dado fama y fortuna, hab¨ªan resultado no solo in¨²tiles, sino que muchos de ellos le hab¨ªan creado problemas nuevos. La inseguridad era tal que dudaba incluso de su capacidad para darle al interruptor y encender esas luces que iban a hipnotizar a miles de barceloneses hasta lograr que compraran m¨¢s de lo que pod¨ªan permitirse.
¡°Sali¨® bien. Hac¨ªa como que le daba a un bot¨®n y alguien, escondido en alg¨²n lugar, lo encend¨ªa. Ni siquiera era real. Ya ves¡±, recuerda hoy el actor, sentado en un sal¨®n del madrile?o hotel Villa Magna, donde ha llegado como parte del enorme ej¨¦rcito que ha desembarcado en la ciudad para escenificar el lanzamiento de Netflix, la plataforma de contenidos audiovisuales que ha revolucionado en medio mundo el modo en que consumimos televisi¨®n. ?l forma parte del reparto de Sense 8 (se ha confirmado ya una segunda temporada), la serie de los hermanos Wachowski, los creadores de Matrix. Andrew y Lana (anteriormente conocida como Larry) han creado un monstruo intercontinental en el que ocho personajes repartidos por ocho puntos del globo conectan entre ellos de forma m¨¢gica en lo que resulta una ensalada de ciencia-ficci¨®n, drama y lubricidad. El personaje de Miguel ?ngel Silvestre es Lito Rodr¨ªguez, un actor homosexual de pel¨ªculas de acci¨®n que a tiro limpio trata de hacer suficiente ruido como para que nadie se fije en el hecho de que vive su sexualidad dentro de un peque?o armario.
He intentado demostrar mi val¨ªa. Hacer pel¨ªculas m¨¢s dram¨¢ticas, ganar 20 kilos, dejarme barba, y que el director me pida que me afeite y adelgace¡±
¨C?Entendi¨® algo de la serie cuando le lleg¨® el guion? No es por infravalorarle, pero¡
¨CSolo le¨ª los tres primeros cap¨ªtulos y me enter¨¦ de muy poco, la verdad. Imaginar por d¨®nde iba a ir tras leer tres cap¨ªtulos era subestimar las mentes de los Wachowski. Mi cabeza sigui¨® la trama y fue a un lugar muy obvio. La suya acab¨® en un sitio mucho m¨¢s cool.
¨CSi usted entra en Google y teclea su nombre y el t¨ªtulo de la serie, la primera p¨¢gina da pr¨¢cticamente solo resultados que hablan de sexo. ?Le molesta?
¨CHay una ¨²nica escena de sexo, lo que pasa es que es muy potente. Ellos ruedan muy bien la violencia y el sexo. Es una secuencia fuerte en la que hay ocho personajes conectando a la vez con su sexualidad. Me encanta c¨®mo est¨¢ rodada esa escena y fue un placer hacerla.
¨CAdem¨¢s, fue lo primero que rod¨®, ?no?
¨CS¨ª, fue muy fuerte. Todo mi vestuario era una funda para mi miembro. Lana Wa?chowski me daba indicaciones y yo no la entend¨ªa nada, pero supon¨ªa que cuando o¨ªa su voz me estaba diciendo que deb¨ªa besar a una y luego a otra, y as¨ª¡ hasta que me encontr¨¦ con la mano de Lana que me tiraba del pie para sacarme de la cama porque deb¨ªa salir yo y entrar otro. Iba a proponer que pod¨ªa volver y besar mejor a la chica, pero me cort¨¦.
¨C?Le cuesta m¨¢s rodar una escena en la que debe disparar una pistola o una en la que debe retozar en una cama enfundado en un calcet¨ªn color carne?
¨C?Es mucho m¨¢s complicado disparar una pistola! No s¨¦ qu¨¦ demonios me pasa, pero cada vez que disparo una se me cierran los ojos. Y viene la script y me dice que no los cierre porque dejo de parecer un tipo duro y doy aspecto de estar acojonado. Y mira que soy de Castell¨®n: ah¨ª tiramos masclet¨¢s. Pero es que no puedo. Luego, este problema m¨ªo lo utilizaron para el personaje, porque ¨¦l es un tipo que quiere celebrar su masculinidad, va de h¨¦roe, pero a la hora de la verdad cierra los ojos.
¨CTeniendo en cuenta la facilidad de Hollywood para estereotipar todo lo que no sea estadounidense, ?le daba miedo que la serie se convirtiera en una pasarela de t¨®picos?
¨CUn poco, s¨ª. He de decir que esta serie propone ocho culturas distintas y parte de ocho colores distintos. Hay algo en los estereotipos que te pone en situaci¨®n para luego hacerte ver realmente de d¨®nde viene esa cultura. El primer d¨ªa que nos conocimos todos los actores se mont¨® un karaoke en casa de Lana y me hicieron cantar y bailar a Ricky Martin. ?C¨®mo le contaba yo a esta gente que antes me cantar¨ªa un flamenquito, una de El Cigala? Tampoco me voy a hacer el guay, que de peque?o me he bailado todas las de Ri?cky Martin, es de donde vengo. Al final, claro, bail¨¦ y cant¨¦ a Ricky Martin.
¨CA veces resulta m¨¢s f¨¢cil cumplir con lo que se espera de uno que convencer de que aquello es un lugar com¨²n¡
¨CPues s¨ª. Hab¨ªa d¨ªas en los que pensaba: ¡®?C¨®mo les demuestro ahora que soy ese espa?ol que ellos esperan?¡¯. Ve¨ªa que me miraban y no les encajaba la idea de espa?ol que ten¨ªan. Todos los d¨ªas al llegar les daba un abrazo para que vieran que soy pasional.
¨CEllos ten¨ªan sus estereotipos, pero ?tra¨ªa usted de casa tambi¨¦n los suyos?
¨CLa verdad es que, f¨ªjate, a m¨ª no me gusta estereotipar. No creo en eso, pero es cierto que al chaval de Berl¨ªn, Max, con el que he hecho muy buena amistad, se le nota que es alem¨¢n, que ah¨ª hace fr¨ªo, que hablan menos y que, cuando lo hacen, usan tal determinaci¨®n que parece que se cagan en todo. Desde que empec¨¦ en este proyecto trat¨¦ de ser frente a ellos ese personaje que me hab¨ªan asignado. Hoy ya me parece que piensan que soy un poco as¨ª, hasta el punto de que en estos d¨ªas de promoci¨®n me encuentro con los compa?eros y no me reconocen.
¨C?Cu¨¢l es el mayor riesgo ante los compa?eros de mostrarse todo el rato como el personaje que interpreta?
¨CEs divertido. Yo le dec¨ªa a Lana cuando entraba en el set: ¡®Avisa al equipo de que, finalmente, hay un actor en la sala¡¯. Y pod¨ªa sonar chulesco, porque, pobres, estaban todos actuando, pero mi personaje es un actor, el m¨¢s cutre del planeta, pero actor. Me gustaba jugar a eso.
¨C?Un proyecto es otra muesca en el cu?rr¨ªcu?lo o se debe afrontar cada uno como un fin en s¨ª mismo?
¨CEs que los proyectos nunca te llevan donde te deben llevar. El que valoras menos es el que te da m¨¢s gratas sorpresas. Ya no intento hacer encaje de bolillos.
¨C?Tiene la sensaci¨®n de que en el pasado ha deseado tanto las producciones en las que se involucraba que lleg¨® a pasarse de frenada?
¨CYo lo he intentado haciendo las pel¨ªculas m¨¢s dram¨¢ticas, ganando 20 kilos y dej¨¢ndome barba, para llegar el primer d¨ªa al rodaje y que el director me diga que adelgace y me afeite. He intentado demostrar y demostrar. Al final, ?demostrar qu¨¦ y a qui¨¦n? Si, tarde o temprano, nos vamos a ir todos a la caja.
¨CCuando uno entra en una serie, ?siente que saldr¨¢ cuando quiera o cuando le echen?
¨CLana me pregunt¨® cu¨¢ntas temporadas quer¨ªa hacer. A m¨ª no me gusta hacer m¨¢s de dos. Seg¨²n qu¨¦ proyectos, la cosa se repite y cansa. Yo le respond¨ª que har¨ªa tres temporadas que pudi¨¦ramos disfrutar. Crecer al lado de ellos me puede hacer bien.
¨C?C¨®mo se relaciona hoy d¨ªa usted con los directores?
¨CNo creo que el director sea alguien con quien debas medirte. ?l tiene la pel¨ªcula en la cabeza e ir en contra de su visi¨®n es un error. Si te empe?as, luego se desdibuja tu personaje cuando la montan. Eso me ha ?pasado porque me he esforzado en mostrar algo que yo ve¨ªa en el personaje, pero que al director se la pelaba. El resultado fue una patata. Al final, yo lo que hago es lo que me piden. Incluso en el caso de Sense 8, cuando no entend¨ªa muchas de las indicaciones, pero iba probando hasta acertar. Y as¨ª con todo en la vida.
elpaissemanal@elpais.es
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