El verdadero bienestar en tu hogar

Por Juanjo Mart¨ªnez de Oxfam Interm¨®n

En Navidad nos inundan con mensajes dulces y tiernos que nos hacen creer que a la felicidad se llega desde el consumo. Consumir, ciertamente, no es una maldad. Pero consumir, como tantas otras actividades en la vida, vale la pena que se haga tras aplicar algunos filtros. De otro modo, se convierte en un acto insatisfactorio tan pronto como se ha realizado y por tanto adictivo e irracional. Vale la pena aplicar esos filtros. Por hacerlo sencillo, podemos ver tres tipos de preguntas que nos ayudan a realizar un consumo mucho m¨¢s responsable:

En primer lugar, los filtros de la necesidad: ?Es realmente necesario? ?Puedo vivir sin eso? o ?puedo tenerlo de otra manera? Opciones como el reciclaje, el consumo compartido o las opciones de segunda mano ¨Ctanto dando como adquiriendo¨C cobran sentido a la luz de este cuestionamiento.

Otros filtros importantes son los de la credibilidad que otorgamos al vendedor. ?Me creo lo que me dicen? ?De verdad puedo alcanzar la felicidad con una bebida? ?Tan poco vale? Muchos consumos directamente pueden desaparecer y otros pueden sustituirse con alternativas o m¨¢s baratas o de mejor calidad. En la medida en que m¨¢s consumidores act¨²en as¨ª, las marcas tambi¨¦n van a darse cuenta de que no pueden exagerar o enga?ar en su publicidad.

Y por ¨²ltimo, tendr¨ªamos los filtros que cuestionan c¨®mo se ha producido lo que queremos adquirir. En t¨¦rminos medioambientales y en t¨¦rminos sociales. Cada vez los consumidores vamos teniendo m¨¢s posibilidades de saber sobre la cadena de aprovisionamiento de un producto. Y como antes, las empresas que tratan de vender van a ir responsabiliz¨¢ndose al ritmo que perciban que los consumidores valoran estos aspectos tanto como las dem¨¢s caracter¨ªsticas del producto. Cuando las ventas de un producto aumentan en sus variedades de producci¨®n ecol¨®gica o de comercio justo, los fabricantes convencionales van pens¨¢ndose cada vez m¨¢s a?adir esas versiones a sus gamas o incluso llegan a convertirlas por completo. No es por la sensibilidad de los empresarios, es por la de los consumidores.

Por eso es tan importante que desde el comercio justo propongamos alternativas a cuantos m¨¢s productos mejor. En Navidad, un cl¨¢sico es hacer regalos de productos que nos parece que hacen sentir mejor en el hogar.

Flaco favor har¨ªamos a los productores m¨¢s desaventajados si para vender sus productos tuvi¨¦ramos que apelar s¨®lo a la caridad o a la solidaridad. Ah¨ª no hay sostenibilidad. Pero si sus productos son atractivos y de calidad, habr¨¢ muchas m¨¢s posibilidades de llamar la atenci¨®n de m¨¢s consumidores y satisfacerles al punto de que repitan y que se hagan prescriptores de estas opciones. Por eso el comercio justo cada vez m¨¢s ofrece productos de alta calidad, que permitan un verdadero bienestar en el hogar.