La fuerza que acompa?a a una buena historia
Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, el estreno de ¡®Star Wars: el despertar de la Fuerza¡¯, la s¨¦ptima pel¨ªcula de la saga, sigue siendo un fen¨®meno planetario
En 1977, la primera cadena de TVE (por entonces hab¨ªa dos) comenz¨® a emitir toda su programaci¨®n en color. Solo algunos anuncios conservaron el a?ejo blanco y negro. Fue el a?o en que Jimmy Carter tom¨® posesi¨®n como presidente en Estados Unidos y un momento tr¨¢gico y a la vez decisivo para la transici¨®n espa?ola: tras el asesinato en enero de cinco abogados laboralistas en un despacho de la calle de Atocha de Madrid, fue legalizado el Partido Comunista en plena Semana Santa. Los vuelos supers¨®nicos del Concorde surcaban el Atl¨¢ntico, un viaje cercano a la ciencia-ficci¨®n. Los peri¨®dicos s¨®lo se editaban en papel; los tel¨¦fonos eran fijos, estaban casi siempre en las cocinas de las casas y ten¨ªan extra?as formas y colores. Las series de televisi¨®n se titulaban La casa de la pradera o Mazinger Z. El a?o 1977 parece que tuvo lugar hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana, pero hay algo que no ha cambiado en estas cuatro d¨¦cadas, una fantas¨ªa espacial de robots, princesas y h¨¦roes reluctantes que parecen salidos de un western.
El primer filme de la saga de La guerra de las galaxias se estren¨® en Espa?a el 7 de noviembre de aquel a?o y se convirti¨® en un acontecimiento descomunal. Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, el estreno de Star Wars: el despertar de la Fuerza, la s¨¦ptima pel¨ªcula de la serie, sigue siendo un fen¨®meno planetario, incluso en unos tiempos en los que el cine ha perdido un enorme protagonismo frente a las numerosas pantallas que inundan y ordenan nuestra vida. Las entradas para el estreno del 18 de diciembre se han puesto a la venta con meses de antelaci¨®n, cada nuevo tr¨¢iler es un acontecimiento, cuyos detalles m¨¢s insignificantes son estudiados con lupa. Da igual que el orden de la saga sea tremendamente enrevesado y que en la segunda trilog¨ªa ¨Cque en realidad es la primera¨C los efectos especiales devorasen a los personajes: La guerra de las galaxias tiene una fuerza, nunca mejor dicho, que muy pocas pel¨ªculas han alcanzado.
Cuando George Lucas present¨® el proyecto original a la 20th Century Fox no hab¨ªa cumplido los 30 a?os, pero ten¨ªa en su curr¨ªculum una gran pel¨ªcula: American Graffiti. Alan Ladd Jr., que entonces presid¨ªa el estudio, decidi¨® darle una oportunidad, aunque la confianza en el proyecto era tan d¨¦bil que los actores principales fueron contratados a porcentaje de taquilla: nadie cre¨ªa que aquel cuento para adultos fuese a dar beneficios. Los veteranos, como Alec Guinness, no pararon de protestar durante el rodaje porque frases como ¡°que la fuerza te acompa?e¡± les parec¨ªan rid¨ªculas. Sin embargo, el filme no s¨®lo rompi¨® la taquilla, sino que cambi¨® la historia del medio. Junto a otros realizadores, como Steven Spielberg, Lucas rompi¨® la barrera entre el cine para ni?os y para adultos, transform¨® las reglas de Hollywood, que empez¨® una nueva edad de oro en aquellos a?os. El encanto de las letras amarillas que se pierden en el horizonte con la m¨²sica de John Williams sigue intacto, quiz¨¢ porque Lucas fue capaz de combinar la memoria de historias tan viejas como la humanidad ¨Ch¨¦roes inesperados, princesas valientes, rebeldes idealistas que luchan contra fuerzas mal¨¦volas¨C con elementos que miran hacia el futuro ¨Crobots parlanchines, naves espaciales, viajes a la velocidad de la luz¨C. Ni el pasado ni el futuro son ahora los mismos que en 1977, pero la saga de La guerra de las galaxias sigue ah¨ª para recordarnos que no hay nada tan irresistible como una buena historia.
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