Freno al populismo
Sin la segunda vuelta electoral, los ultras ser¨ªan m¨¢s poderosos en Francia
El cord¨®n sanitario existente en torno al Frente Nacional ha impedido que su amplia cosecha de votos (6,8 millones, el r¨¦cord de su historia) se traduzca en poder efectivo tras la segunda vuelta de las elecciones regionales francesas. Al final funcion¨® el frente republicano, la mezcla de votos de izquierda y derecha que cerr¨® el paso a los extremistas, sobre todo en las dos circunscripciones a cuyas presidencias aspiraban Marine Le Pen, la l¨ªder del partido, y su sobrina Marion Mar¨¦chal Le-Pen. Ambas fueron vencidas por el seguimiento de la consigna socialista de votar a favor de los candidatos de la derecha, mejor situados en esos lugares que los del partido de Fran?ois Hollande.
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La situaci¨®n es frustrante para los electores del Frente Nacional que, elecci¨®n tras elecci¨®n, se quedan sin representaci¨®n pol¨ªtica. Un partido min¨²sculo en las instituciones cada vez es m¨¢s grande entre la poblaci¨®n. Que la maquinaria les haya funcionado a las corrientes centrales de la democracia no implica la desaparici¨®n de los problemas de fondo. Porque el combustible que alimenta ese mecanismo no es otro que el miedo: la izquierda denuncia al populismo y este a la globalizaci¨®n, a Europa, a los inmigrantes, a la precariedad. ?Cu¨¢nto tiempo se puede convivir bajo el cruce de tantos miedos?
Cada vez es m¨¢s frecuente que las campa?as electorales giren en torno a las cuestiones planteadas por la ultraderecha. Esta forma de atraer a los dem¨¢s partidos hacia los temas favoritos del extremismo ¡ªpatente en la campa?a de Nicolas Sarkozy¡ª revela los peligros que subsisten para el futuro. Solo cuando la ultraderecha asusta lo suficiente como para hacer cre¨ªble que pueda ganar las instituciones los abstencionistas se encaminan hacia las urnas y los partidos republicanos se movilizan lo suficiente contra el Frente Nacional.
Por eso, la realidad es que la elecci¨®n francesa ha terminado sin verdaderos vencedores ni vencidos: el extremismo avanza en votos pero queda fuera de las presidencias de regi¨®n, la derecha gana siete regiones ¡ªvarias de ellas con sufragios prestados por la izquierda¡ª y los socialistas conservan cinco.
La movilizaci¨®n de la segunda vuelta contra el Frente Nacional es un hecho pol¨ªtico de primer orden. La ultraderecha sigue siendo una opci¨®n de protesta que atrae a los descontentos, pero la gran mayor¨ªa de los ciudadanos no esperan de esa corriente un Gobierno constructivo. La conclusi¨®n es que all¨ª donde existe el sistema electoral de doble vuelta se dispone de un mecanismo efectivo para corregir los efectos no deseados provocados por la primera votaci¨®n. Pero ese recurso de ¨²ltima hora no evita la necesidad de actuar respecto a los problemas de fondo, antes de que ni siquiera la existencia del freno de socorro sea suficiente para contener la oleada populista.
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