La libertad de ense?anza
Un pa¨ªs no puede ser verdaderamente libre sin opciones educativas independientes
La Constituci¨®n Espa?ola de 1978 reconoce, en su art¨ªculo 27, dos derechos fundamentales en materia educativa: el derecho a la educaci¨®n y la libertad de ense?anza. Con este doble reconocimiento se garantiza, de un lado, la educaci¨®n a todos los ciudadanos y, de otro, se preserva el mayor pluralismo educativo posible, al permitir la creaci¨®n de centros con car¨¢cter propio al margen de la escuela p¨²blica. Es decir, como en otros pa¨ªses libres, en Espa?a la educaci¨®n no se circunscribe exclusivamente a la que da el Estado.
Entendemos, pues, que una sociedad libre y avanzada como la espa?ola tiene la obligaci¨®n de respetar la libertad de ense?anza y favorecer las iniciativas educativas realmente privadas, dot¨¢ndolas de una autonom¨ªa ampliada y diferenciada respecto a la educaci¨®n sostenida con fondos p¨²blicos. La mayor¨ªa de los colegios realmente privados en Espa?a ofrecen proyectos educativos con elementos diferenciadores y con una marcada personalidad. Muchos de ellos son pioneros en diferentes innovaciones pedag¨®gicas y en la aplicaci¨®n de distintas metodolog¨ªas. Colaboran en la conformaci¨®n de una ense?anza de calidad desde la libre empresa. De ah¨ª que sean muy celosos de su autonom¨ªa.
Tiene sentido, pues, que se les permita un mayor grado de libertad a la hora de organizar sus centros, de promover m¨¦todos diferentes, de definir los contenidos de sus ense?anzas e, incluso, de controlar sus propios rendimientos. Es preciso que dispongan de un espacio en libre competencia, m¨¢s a¨²n cuando son las familias las que sufragan directamente los gastos de ense?anza de sus hijos, ahorrando al Estado todo el coste que estar¨ªa obligado a soportar para prestar a esos alumnos la ense?anza obligatoria.
Cada vez hay menos espacio para los centros privados
Sin embargo, la utilizaci¨®n pol¨ªtica de la educaci¨®n desde el ¨¢mbito auton¨®mico (que ha favorecido el modelo de titularidad privada sostenido con fondos p¨²blicos por diferentes intereses: ling¨¹¨ªsticos, ideol¨®gicos o econ¨®micos), la fuerte crisis econ¨®mica y el descenso de la natalidad han dado lugar a un escenario en el que la iniciativa privada verdaderamente independiente tiene cada vez menos espacio. Y eso no es un buen s¨ªntoma para el progreso de un pa¨ªs en libertad. Los datos no pueden ser m¨¢s reveladores. En varias comunidades aut¨®nomas (Pa¨ªs Vasco, Navarra, Cantabria, La Rioja y Extremadura) y en las ciudades aut¨®nomas de Ceuta y Melilla ya no existe ning¨²n centro educativo realmente privado de ense?anzas medias de curr¨ªculo espa?ol. En otras, su presencia, aunque de calidad, es casi testimonial, como en Castilla y Le¨®n, Castilla-La Mancha, Murcia, Arag¨®n, Baleares y Asturias. Las ¨²nicas que mantienen un n¨²mero significativo son Andaluc¨ªa, Canarias, Comunidad Valenciana, Catalu?a, Galicia y Madrid, aunque muchos de los centros en estas regiones imparten exclusivamente curr¨ªculos extranjeros.
Por otra parte, el favorecimiento de la libertad de elecci¨®n de los padres respecto al tipo de educaci¨®n que desean para sus hijos tendr¨ªa mucho m¨¢s fundamento y l¨®gica si estuviera basado en la ayuda directa, en lugar de en un sistema de conciertos o subvenciones con fondos p¨²blicos; que, unido a los pagos a los que se ven obligadas las familias, oculta una doble financiaci¨®n p¨²blico-privada de dudosa legalidad, escasa transparencia y dif¨ªcilmente controlable.
Los colegios privados independientes, a los que representamos, no entienden que se asuma sin ning¨²n reparo que en determinadas circunstancias haya centros que puedan solicitar y ser incluidos en el modelo concertado por falta de demanda de plazas o, incluso, por buscar una mayor rentabilidad gracias a esa doble financiaci¨®n, sin el requisito de transformarse en entidades sin af¨¢n de lucro, como fija claramente la ley. No se deben hacer negocios privados con dinero p¨²blico.
Optamos por mantenernos en una v¨ªa dif¨ªcil, pero honesta, y no ser ventajistas
Que no se piense que estamos contra los centros concertados. Respetamos profundamente a aquellos que cumplen las condiciones bajo las que se defini¨® el sistema de ense?anza p¨²blica impartida por entidades de car¨¢cter privado. Colaboramos con muchos de ellos y compartimos experiencias y aprendizajes, porque entendemos el valor del servicio que brindan a la sociedad y porque sabemos que contribuyen a la mejora de la calidad de la ense?anza y han permitido garantizar la universalizaci¨®n de la educaci¨®n b¨¢sica.
Sea como fuere, las instituciones educativas privadas m¨¢s prestigiosas y con m¨¢s antig¨¹edad de Espa?a optamos por mantenernos en una v¨ªa dif¨ªcil, pero honesta, y no ser ventajistas. Preferimos colaborar en la construcci¨®n de una ense?anza de excelencia desde la libre empresa, desde proyectos pedag¨®gicos con una fuerte personalidad y contrastados resultados. Estamos convencidos de que un pa¨ªs no puede ser verdaderamente libre si no dispone de opciones educativas independientes.
Gabriel Castellano y Enrique Maest¨² son, respectivamente, presidente y vicepresidente de la Asociaci¨®n de Colegios Privados e Independientes. C¨ªrculo de Calidad Educativa (CICAE), que agrupa a casi medio centenar de centros privados en Espa?a.
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