Lo que importa un empuj¨®n al salir huyendo
Un experimento cient¨ªfico mide por primera vez c¨®mo influye la presi¨®n entre las personas a la hora de evacuar una habitaci¨®n. Ya se hab¨ªa medido en ovejas
"Salid sin empujar" es una advertencia obvia de cualquier maestro a sus alumnos. Se basa en el sentido com¨²n, pero a partir de ahora, gracias a un estudio de la Universidad de Navarra, tambi¨¦n ser¨¢ una recomendaci¨®n apoyada por la ciencia. Un grupo de f¨ªsicos y arquitectos ha medido el tiempo que tardan en evacuar una sala 100 personas si lo hacen sin empujarse, si se rozan entre ellas y si salen a empujones.
El estudio, publicado en la revista Physical Review E, establece que el n¨²mero de atascos de m¨¢s de un segundo se multiplican por 10 cuando existe presi¨®n en una marabunta. Los resultados deber¨ªan influir en el dise?o de las puertas de evacuaci¨®n, seg¨²n sus autores. Creen que la suya es la primera ocasi¨®n en que se ha tenido en cuenta la variable de la presi¨®n en un experimento para medir la din¨¢mica de los grupos al pasar por una puerta.?
El estudio parte de una limitaci¨®n de base: no se pueden reproducir con precisi¨®n las condiciones de p¨¢nico
El experimento ha reproducido las condiciones de un gran volumen de personas que tienen que salir r¨¢pido de una estancia a trav¨¦s de unas puertas relativamente estrechas, como las de un cine o una discoteca, aunque las empleadas aqu¨ª fueron m¨¢s peque?as (68 y 75 cent¨ªmetros de ancho) que las est¨¢ndares.
Los investigadores escogieron a 100 voluntarios y los hicieron pasar 30 veces por una puerta para analizar c¨®mo se comportaban. "Les dijimos a la gente que en las diez primeras 10 evacuaciones no se pod¨ªan tocar (aunque fue imposible que no se tocaran en absoluto). En las siguientes 10, pod¨ªan tocarse y empujar muy suavemente. En las ¨²ltimas 10 pod¨ªan empujarse, pero con moderaci¨®n". As¨ª lo explica?Iker Zuriguel, director del Departamento de F¨ªsica y Matem¨¢tica Aplicadas y uno de los autores de la investigaci¨®n.?
El prop¨®sito de la prueba era detectar y medir los atascos. Por suerte para todo el mundo menos para los investigadores en el estudio, ocurren menos de lo que cabr¨ªa imaginar: "Si queremos ver atascos, necesitamos observar grandes vol¨²menes de personas, porque una cosa es calcular el flujo medio (el n¨²mero de personas dividido por el tiempo) y otra, mucho m¨¢s dif¨ªcil, medir los atascos", comenta Zuriguel, miembro tambi¨¦n del Laboratorio de Medios Granulares de la universidad navarra.?El equipo solo detect¨® un atasco de un segundo aproximadamente una de cada dos evacuaciones y sus miembros no se atreven, de momento, a experimentar con m¨¢s personas: "Aunque ser¨ªa muy interesante, ahora mismo no sabemos predecir lo que puede pasar si hay 1.000 personas que se empujan unos a otros; podemos poner en riesgo a los participantes del experimento".
Curiosamente, si hay un objeto interpuesto adecuado, se facilita la salida sin empujones
Los investigadores reconocen tambi¨¦n que el estudio parte de una limitaci¨®n de base: no se pueden reproducir con precisi¨®n las condiciones de p¨¢nico. "Imitar exactamente unas condiciones reales es imposible porque solo se dan en una situaci¨®n real y no se puede influir la psicolog¨ªa de las personas", explica Zuriguel.
Aun as¨ª, considera que este es un primer paso. Aunque no se haya incluido el terror entre los ingredientes el experimento, por primera vez se han instalado sensores de presi¨®n en la jamba de la puerta, una variable constatable y cuantitativa. Ha sido esencial para sacar conclusiones pr¨¢cticas. El investigador considera que las medidas establecidas para fabricar las puertas de evacuaci¨®n no han tenido en cuenta ese factor: "Habr¨ªa que aumentarlas o buscar alternativas para que la gente no se empuje", recomienda.
De las ovejas a los humanos
El estudio es una extensi¨®n de otros anteriores que investigaron el comportamiento de objetos y de seres animados al pasar por una apertura o una puerta: "Venimos de estudiar part¨ªculas inertes, como el grano, para la descarga de silos y todo esto empez¨® porque vimos que con un obst¨¢culo delante de una puerta mejoraba mucho su flujo de salida, se evitaban los atascos". Tras obtener esa primera evidencia, se animaron a testarla tambi¨¦n en animales de granja: quer¨ªan comprobar c¨®mo mejorar el flujo de un reba?o de ovejas que pasa por una puerta para comer. Curiosamente, si hay un objeto interpuesto adecuado, se facilita la salida.
La idea de que un obst¨¢culo favorezca la circulaci¨®n de un grupo suena contraintuitiva y as¨ª lo reconoce Iker Zuriguel, pero se entiende mejor si se ve al obst¨¢culo como un alivio a la presi¨®n: "La gente empuja contra ¨¦l, en lugar de unos contra otros", se?ala. Y, a menor presi¨®n, menor riesgo de atasco y de las peligrosas ca¨ªdas. En el caso del experimento con ovejas, realizado en colaboraci¨®n con veterinarios de la Universidad de Zaragoza, ubicaron un cilindro de un metro de di¨¢metro para que lo sortearan los animales. El siguiente paso es estudiar c¨®mo influir¨ªa en humanos. Ser¨¢ en breve, una vez consigan unas condiciones de observaci¨®n que no supongan un riesgo para los participantes.
El riesgo de ser b¨ªpedo
En el caso de los experimentos con ovejas, los investigadores usaron como ?motivaci¨®n para que pasaran por una puerta la comida. En el caso de las personas, escapar (fingidamente) de un edificio para no morir.
Al menos a la hora de huir r¨¢pido de un lugar, la anatom¨ªa de los humanos corre en su contra. "Los seres humanos somos b¨ªpedos y, con presi¨®n, podemos caernos, algo que rara vez ocurre con cuadr¨²pedos como las ovejas", ilustra el investigador de la Universidad de Navarra Iker Zuriguel. Esas ca¨ªdas son esenciales para la evacuaci¨®n. "Queremos estudiarlas, pero necesitamos financiaci¨®n".
No es la ¨²nica diferencia entre humanos y animales a la hora de huir. Los comportamientos de las ovejas son muy iguales entre s¨ª, pero entre los humanos hay una gran variedad de actitudes y perfiles ("quienes quieren ponerse delante del grupo enseguida, a quienes les cuesta menos empujar"). Estas diferencias, a pesar de su inter¨¦s, no se han podido incluir en el objeto de an¨¢lisis del estudio.
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