Formalidad
Salvo por el cobarde pu?etazo contra Rajoy en su tierra natal, la campa?a ha sido disputada pero muy respetuosa
Salvo por el cobarde pu?etazo contra Rajoy en su tierra natal, la campa?a ha sido disputada pero muy respetuosa. Los j¨®venes airados de Podemos, atentos a las encuestas y la afabilidad que imponen los medios, optaron hace tiempo por la formalidad. De hecho, todo el mundo hab¨ªa afilado la lengua para, despu¨¦s del ¨²nico debate al que se sentar¨ªa Rajoy contra su rival socialista de turno, caricaturizarles como esa vieja casta conchabada a los que solo les faltaba besarse y asegurar que pasara lo que pasara ambos eran perdedores. Si se mordieron m¨¢s de la cuenta fue precisamente porque se saben fuera de moda, igual que a Alberto Garz¨®n y Andr¨¦s Herzog los han castigado a estar fuera de foto. Es lo que tiene que ahora los medios alimenten cuatro bocas, con Podemos y Ciudadanos ejerciendo un sano reformismo a izquierda y derecha.
A menos que se declare una enfermedad o un accidente, los analistas pol¨ªticos se contagian de la relaci¨®n de superioridad que se establece entre el cient¨ªfico y el microbio. No quieren aceptar que la ciudadan¨ªa est¨¢ sedienta de ideas-marca y el pol¨ªtico les vende humo, en consecuencia. Establecida la competici¨®n, se obliga a los pol¨ªticos a ser juzgados por los votos que sacan, no por la dignidad de sus palabras. No se conoce a un perdedor tan estupendo al que la cr¨ªtica pol¨ªtica haya elevado a presidente por m¨¦ritos ajenos al escrutinio. En una campa?a donde se ha insistido demasiado en decir que los triunfadores de todo debate eran los que no acud¨ªan, algo que Rajoy ya sabe y por eso ha sido remiso a debatir prefiriendo la entrevista cordial, hubiera sido bueno dejar claro que no se trata tanto de una opci¨®n estrat¨¦gica como de una obligaci¨®n para con el sistema.
La democracia necesita los debates aunque sean toscos, mal rodados y peor decorados. Aunque sean torpes los contendientes y zafios sus argumentos. Y aunque siempre seamos m¨¢s listos los analistas del d¨ªa despu¨¦s, como las cr¨ªticas de cine son siempre mejores que las pel¨ªculas. Pero en un pa¨ªs donde el partido en el Gobierno se ha pagado la reforma millonaria de la sede con dinero negro y ha destruido el ordenador del contable corrupto a martillazos antes de entregarlo al juzgado, criticar que esto se trate en el debate es bastante raro. A veces es mejor parecer maleducado que mal informado. Tampoco la campa?a en Andaluc¨ªa pas¨® de puntillas por los ERE ilegales o en Catalu?a se evit¨® nombrar el expolio de los Pujol. No hay que tenerle miedo a la verdad, aunque sea menos fotog¨¦nica.
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