Elogio de lo peque?o
La realidad siempre est¨¢ manchada, siempre es precaria y parcial. Lo mejor, entendido como utop¨ªa luminosa, no existe
Entre muchas otras frases memorables, el gran Voltaire dijo esta sentencia tan conocida: Lo mejor es enemigo de lo bueno. En mi adolescencia yo no la entend¨ªa, porque, con el maximalismo propio de la pubertad, me parec¨ªa que lo mejor siempre era mejor y punto. Luego fui asumiendo la naturaleza sucia de la vida, las contradicciones, las paradojas, y comprend¨ª que la realidad siempre est¨¢ manchada, siempre es precaria y parcial. Lo mejor, entendido como utop¨ªa luminosa, no existe. Pensar que la perfecta culminaci¨®n de las cosas es posible conduce a errores sin fin e incluso a espantosas carnicer¨ªas. Los totalitarismos y fanatismos de todo tipo parten justamente de ah¨ª, de la credulidad en los para¨ªsos terrenales.
La frase de Voltaire es la base de una trampa l¨®gica que se conoce como la Falacia del Nirvana y que consiste en rechazar una acci¨®n o una idea con el sucio truco de compararlas con lo mejor, con eso tan ¡°mejor¡± que es inabarcable o imposible. Y lo malo es que muchas personas no son conscientes de la trampa del argumento, sino que se toman en serio la falacia y, cuando la sueltan, se creen estupendas. Son los puros y van por la vida dando lecciones. Seguro que conoces a m¨¢s de uno. Abundan. Es una posici¨®n moral e intelectual muy gratificante: hay que pensar muy poco y adem¨¢s te sientes el rey del mambo.
La lucha por el progreso es muy compleja, el activismo s¨®lo puede llevarse a cabo en campa?as concretas
La Falacia del Nirvana se aviene muy bien con los prejuicios, porque son dos productos mentales que huyen precisamente de la reflexi¨®n. Primero hay que alcanzar la libertad pol¨ªtica absoluta y luego se podr¨¢ luchar por los derechos de la mujer, o¨ª decir a muchos militantes de izquierdas en los ¨²ltimos a?os del franquismo; primero tenemos que conseguir que no haya un solo ni?o con hambre en el planeta y luego podremos reclamar derechos para los animales, escucho repetir tediosamente hoy. En octubre pasado, Malala lanz¨® una campa?a reclamando 12 a?os de educaci¨®n gratuita para las ni?as del mundo. Inmediatamente surgieron airados y escandalizados comentarios del tipo de: ?Y los ni?os no? ?Los ni?os no merecen ser educados? O sea, ven¨ªan a decir que, si no se educa a TODOS los ni?os de la Tierra, no se pueden sacar campa?as parciales como la de Malala. A eso se puede responder de muchas maneras; resulta que el 80% de los analfabetos que hay en el mundo son mujeres; resulta que las chicas son especialmente ninguneadas educativamente; resulta que hay m¨¢s de 60 millones de ni?as que no estudian o bien porque se las relega por su sexo, o bien porque se les proh¨ªbe el acceso al conocimiento; resulta que los integristas ponen bombas en los colegios de ni?as o descerrajan tiros a las colegialas, como le sucedi¨® a Malala. Y, por si todo esto no fuera suficiente, adem¨¢s es que el mundo es amplio e inabarcable, la lucha por el progreso es muy compleja, el activismo s¨®lo puede llevarse a cabo en campa?as concretas. Los campos de batalla son infinitos: que cada cual pelee por las causas en las que se sienta m¨¢s implicado. Cuando todos esos moralistas escandalizados critican cosas como la campa?a de Malala o la ayuda a los animales, siempre me pregunto qu¨¦ estar¨¢n haciendo ellos por el hambre en el mundo o por la educaci¨®n de los varones.
As¨ª que esta es una llamada a la acci¨®n social parcial, delimitada y humilde. Por ejemplo: hay una organizaci¨®n llamada Women¡¯s Link Worldwide que me parece maravillosa. Se dedica al apoyo legal de mujeres con problemas de discriminaci¨®n y a la denuncia de abusos jur¨ªdicos sexistas en todo el mundo. Su campo de trabajo es, pues, muy espec¨ªfico: derecho y discriminaci¨®n femenina (ya me parece escuchar: ?y los hombres maltratados legalmente qu¨¦?), y hacen un trabajo formidable. Me acaban de enviar el caso de Gladys John, una nigeriana que, a los 23 a?os, fue tra¨ªda a Espa?a con enga?o y coacciones por una mafia de trata. Lleg¨® en patera, fue explotada sexualmente en Madrid, le prohib¨ªan usar cond¨®n, qued¨® embarazada. Quer¨ªan que abortara, pero ella se neg¨®. Fue a una comisar¨ªa a pedir la residencia; la polic¨ªa no la reconoci¨® como v¨ªctima de trata y la meti¨® en un centro de internamiento. Women¡¯s Link present¨® una solicitud de medidas cautelares para parar su deportaci¨®n, pero, antes de conseguir respuesta, Gladys fue devuelta a Nigeria con grave riesgo para su vida, porque la colocaron en manos de la mafia. En Women¡¯s Link no se han rendido: ahora intentan que su caso sea admitido en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. No es una historia feliz, pero, gracias a esta ONG, Gladys, y todas las otras Gladys que en la Tierra existen, tienen cierta esperanza, alguien que las defienda y hable por ellas. Gracias a Women¡¯s Link conocemos la humilde historia de esta nigeriana. Basta con conseguir salvar a una Gladys para cambiar el mundo. Viva lo peque?o.
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