Cambia, todo cambia
El cambio es lo que est¨¢ sucediendo en Espa?a
Si levantamos la mirada del foco que impone la coyuntura, podemos darnos cuenta de la envergadura que adquieren las transformaciones que est¨¢ viviendo Espa?a. Llev¨¢bamos mucho tiempo esperando que algo pasara en nuestra sociedad, que algo se levantara contra una suma excesiva de factores inasumibles: desigualdad, paro y falta de perspectivas de futuro; sistema de gobierno indistinguible de la corrupci¨®n; una extremadamente d¨¦bil democratizaci¨®n de nuestro sistema pol¨ªtico e institucional, donde se confunden Estado y Gobierno, bajo un permanente uso partidista de las instituciones (medios p¨²blicos de comunicaci¨®n, modelo de justicia, instituciones econ¨®micas¡); una fallida articulaci¨®n de los distintos pueblos y territorios del Estado que trunca cualquier forma de proyecto com¨²n¡
En mayo de 2011 la sociedad forz¨® que algo sucediera. De todo ese sustrato cultural y pol¨ªtico que removi¨® los cimientos de nuestra lectura de la crisis y sus posibles salidas, naci¨® un instrumento pol¨ªtico llamado Podemos. La percepci¨®n hab¨ªa cambiado, las preocupaciones hab¨ªan tomado otra tonalidad y eso, que parec¨ªa haberse diluido con la victoria electoral del PP en 2011, fermentaba a lo largo y ancho de la sociedad para, finalmente, condicionar todo el sistema de partidos y los equilibrios pol¨ªticos que nacieron de las Cortes de 1978.
Nac¨ªa una nueva fuerza pol¨ªtica impulsada por nuevos anhelos que no se ve¨ªan reconocidos en ninguna de las organizaciones hasta ese momento existentes (unas intentando convencernos en vano de la necesidad de las decisiones tomadas, otras esperando a que la dureza de la crisis les diera la raz¨®n). Podemos fue capaz de conseguir aquello que el fil¨®sofo William James entend¨ªa como una "hip¨®tesis viva", como una posibilidad capaz de "resonar en el alma de las personas".
Se abre una nueva etapa donde si bien no se ha podido cambiar todo, ya nada ser¨¢ como antes. En menos de dos a?os de historia Podemos y las fuerzas del cambio se han quedado a menos de un 2% de votos del PSOE, que queda en cuarta posici¨®n en Madrid y tercera en Galicia, Pa¨ªs Vasco, Valencia y Catalu?a. Mientras las grandes maquinarias de partido no dejan de retroceder, el cambio se abre paso con m¨¢s fuerza cada vez que se abren las urnas: mayo de 2014 un 8%; mayo de 2015 un 15%; 20D casi un 21%. Unos cada vez se conforman con menos, otros cada vez quieren y pueden m¨¢s: PP y PSOE sumaban en 2011 el 80% de los votos, hoy no superan el 50%. Nunca antes el partido que m¨¢s esca?os consigue hab¨ªa sacado un resultado tan bajo. El PP ha perdido 4 millones de votos desde 2011: 123 esca?os, muchos menos que los 156 que logr¨® en 1996, el suelo hist¨®rico.
En menos de dos a?os de historia Podemos y las fuerzas del cambio se han quedado a menos de un 2% de votos del PSOE
El PSOE pierde 1,5 millones de votos desde 2011, lo que presenta a Pedro S¨¢nchez como el l¨ªder que m¨¢s ha hundido al PSOE. Pero los problemas intestinos por los que atraviesa no deber¨ªan nublar la tarea crucial que tiene por delante este pa¨ªs, y que la ciudadan¨ªa ha dejado clara, sobre todo donde Podemos supera a los dos partidos del turnismo, y que precisa de una soluci¨®n a la altura de los desaf¨ªos planteados: lejos de c¨¢lculos t¨¢cticos cortoplacistas, necesitamos mirada larga y la valent¨ªa necesaria para asumir la irreversibilidad del cambio que ha sucedido en Espa?a, y la necesidad de que la fuerza de la uni¨®n se encuentra en la diversidad. La plurinacionalidad debe ser la masa madre de la receta llamada Espa?a.
Si Podemos, a pesar de la hostilidad sufrida y de enfrentar una marat¨®n de elecciones, ha construido en menos de a?o y medio una maquinaria organizativa capaz no solo de dise?ar la m¨¢s audaz campa?a electoral de estos comicios, sino de llevarla a la pr¨¢ctica en todos los rincones del pa¨ªs sin obst¨¢culo alguno, contando con miles de voluntarios, de gente corriente haciendo pol¨ªtica, es porque estaba conectando con un deseo de cambio mayoritario en las formas de hacer y decir que desborda las l¨ªneas ideol¨®gicas e identitarias del pasado.
Como ocurri¨® en las elecciones europeas de 2014 y en las auton¨®micas de 2015, Podemos ha demostrado ser la fuerza pol¨ªtica m¨¢s eficiente sin dejar de ser la m¨¢s democr¨¢tica: la que m¨¢s esca?os tiene gastando menos dinero, sin financiaci¨®n de los bancos, solo con las aportaciones de la ciudadan¨ªa. Tambi¨¦n, y esto es sustantivo, obteniendo los esca?os con el mayor ratio de mujeres de todos los partidos que se incorporan al Congreso.
Entendimos que la confluencia y la construcci¨®n popular se hac¨ªa lejos de lecturas mecanicistas basadas en la mera suma de siglas, y que ahora se tornan hip¨®tesis retrospectivas acerca de qu¨¦ hubiera pasado alineando fuerzas en funci¨®n de viejos ¨ªndices de supuesta afinidad ideol¨®gica. Es decir, ignorando que, en pol¨ªtica, no existe la suma simple, que la complejidad de los escenarios pol¨ªticos hace que haya sumas que restan. Y que las sumas son siempre de proyectos y de gentes que desbordan lo que somos, no de siglas o de herencias.
La irrupci¨®n de Podemos y las fuerzas del cambio es fruto de esa lectura acertada del momentun por el que atraviesa nuestro pa¨ªs, y se ha forjado gracias a una pol¨ªtica de alianzas que ha sabido combinar la geometr¨ªa variable de escenarios con el encaje de identidades diversas y plurinacionales, todo ello dentro de un marco de fortaleza en torno a una particular adaptaci¨®n de lo nacional-popular: la democracia y la fraternidad como fundamentos de la identidad, no la identidad como l¨ªmite de la democracia.
Singularidad, derechos y libertad son las tres l¨ªneas de alianza que se anudar¨¢n sobre un proyecto s¨®lido de futuro compartido. Toman cuerpo en los cinco ejes o l¨ªneas maestras que trasladan los nuevos consensos sociales al campo constitucional: blindaje de los derechos sociales, justicia independiente, derecho a decidir, democratizaci¨®n real de las instituciones, fin de la corrupci¨®n. Esto es lo que est¨¢ sucediendo, el cambio es lo que est¨¢ sucediendo en Espa?a.
Jorge Lago y Jorge Moruno son, respectivamente, responsables de Cultura y Discurso en Podemos
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