La gran coalici¨®n
Una alianza PP-PSOE 'a la alemana' traer¨ªa m¨¢s problemas que soluciones
Desde que se conocieron los resultados electorales del 20-D, algunos c¨ªrculos de opini¨®n proponen la creaci¨®n de una ¡°gran coalici¨®n¡± a la alemana entre PP-PSOE. El objetivo de esa propuesta es evitar la inestabilidad pol¨ªtica y asegurar la gobernabilidad de nuestro pa¨ªs en una situaci¨®n calificada de emergencia nacional por quienes la plantean. Por bien intencionada que sea, creo que no ser¨ªa la soluci¨®n, ya que provocar¨ªa m¨¢s problemas que soluciones.
Antes de explicar mis razones, es preciso aclarar que cuando se habla de una ¡°gran coalici¨®n¡±, se hace referencia a un gobierno constituido por los dos grandes partidos que forman el arco parlamentario. Hay otras coaliciones que no reciben el calificativo de ¡°gran coalici¨®n¡±, al darse entre un partido mayoritario y otro minoritario (como la que form¨® el mayoritario Partido Conservador brit¨¢nico de Cameron y el minoritario Liberal Dem¨®crata, o la que permiti¨® que gobernara el socialdem¨®crata alem¨¢n Schr?der con Los Verdes de Fischer). Tampoco lo son las coaliciones de multipartidos a la italiana.
Las razones por las que estoy en contra de una ¡°gran coalici¨®n¡± PP-PSOE no se basan en una supuesta falta de cultura de pacto en Espa?a, ya que no es verdad. Prueba de ello son los numerosos cogobiernos municipales y auton¨®micos que funcionan razonablemente bien, y los grandes pactos que se dieron a nivel nacional en los primeros a?os de la transici¨®n democr¨¢tica. Mis razones no son, por tanto, culturales, sino de eficacia pol¨ªtica, pues considero que no se dan las condiciones para que esta f¨®rmula sea un medio eficaz de gestionar los graves problemas que tenemos por delante.
Para que funcione una ¡°gran coalici¨®n¡±, es necesario que los dos grandes partidos que se coaligan agreguen un porcentaje tan significativo de votos y esca?os, que fuera de ellos quede un panorama pol¨ªtico cuantitativamente poco relevante. Por ejemplo, en Alemania, que suele utilizarse como referencia, el cogobierno de la CDU-CSU (democristianos) y el SPD (social-dem¨®cratas) re¨²ne en el Bundestag el 80% de los diputados (503 de los 631 que forman el parlamento alem¨¢n) y casi el 70% de los votos, seg¨²n datos de las ¨²ltimas elecciones (septiembre 2013). Los partidos que no forman parte de la ¡°gran coalici¨®n¡± (Los Verdes y La Izquierda) se reparten el resto de los esca?os (un 10% cada uno y algo m¨¢s del 8% de los votos). Eso significa que, en Alemania, fuera de la gran coalici¨®n, queda un panorama pol¨ªtico de muy poca relevancia en votos y esca?os, y eso hace que dicha f¨®rmula se imponga por razones de eficacia pol¨ªtica. Adem¨¢s, es necesario que ninguno de los partidos que formen la ¡°gran coalici¨®n¡± salga fuertemente perjudicado de ella, ya que, en ese caso, ser¨ªa el propio sistema pol¨ªtico el que acabar¨ªa resinti¨¦ndose. De ah¨ª el equilibrio que mantienen Angela Merkel (CDU-CSU) y Sigmar Gabriel (SPD) para que ninguno de los dos grandes partidos se debilite por formar parte de la ¡°gran coalici¨®n¡±.
No se dan las condiciones para que esta f¨®rmula sea un medio eficaz de gestionar los graves problemas que tenemos
Hagamos la simulaci¨®n en Espa?a con los resultados del 20-D, dando por supuesto que hubiera voluntad por parte del PP y PSOE de formar esa ¡°gran coalici¨®n¡±. Entre los dos partidos s¨®lo re¨²nen el 60% de los esca?os (213 de un total de 350) y s¨®lo el 50% de los votos, con lo que fuera de ese gran pacto quedar¨ªa un panorama de mucho peso pol¨ªtico (casi un 40% de esca?os y un 50% de votos). Con esos n¨²meros es dif¨ªcil que una ¡°gran coalici¨®n¡± PP-PSOE pueda ser eficaz, ni para garantizar la estabilidad ni para asegurar la gobernabilidad.
Continuando con la simulaci¨®n, y suponiendo que Ciudadanos apoyara a esa posible ¡°gran coalici¨®n¡±, entre los tres partidos (PP-PSOE-Cs) agregar¨ªan algo m¨¢s del 70% de los esca?os y casi el 65% de los votos, con lo que ciertamente se aproximar¨ªa a la realidad del caso alem¨¢n. Sin embargo, seguir¨ªa habiendo una diferencia sustancial respecto al Bundestag, y es que los partidos que quedar¨ªan fuera de la ¡°gran coalici¨®n¡± son grupos de peso y relevancia pol¨ªtica.
De ellos, destacar¨ªa Podemos que, junto a UP-IU (posible alianza parlamentaria), concentrar¨ªan m¨¢s del 20% de los esca?os (71). Son grupos que est¨¢n muy bien organizados en t¨¦rminos de movilizaci¨®n y que expresan el deseo de cambio y regeneraci¨®n democr¨¢tica de un amplio sector de la sociedad espa?ola que no puede ser ignorado al representar m¨¢s de seis millones de votos entre ambas fuerzas pol¨ªticas. Formar una ¡°gran coalici¨®n¡± implicar¨ªa que Podemos (con UP-IU y los grupos independentistas) se erigir¨ªa en la ¨²nica fuerza de oposici¨®n parlamentaria, con sensaci¨®n de ser excluida y gozando adem¨¢s de una fuerte capacidad de movilizaci¨®n social. Se crear¨ªa una situaci¨®n de potencial inestabilidad, que es justo lo contrario de lo que se pretende con la f¨®rmula de la ¡°gran coalici¨®n¡±.
Adem¨¢s, en esa situaci¨®n, ser¨ªa el PSEO el partido m¨¢s perjudicado por formar parte de la ¡°gran coalici¨®n¡±, dadas las divergencias entre sus dirigentes sobre este asunto y el escaso apoyo que esta f¨®rmula tiene entre sus votantes. En esas condiciones, el riesgo de salir debilitado y ser superado por Podemos ser¨ªa muy alto, ocurri¨¦ndole lo mismo que al PASOK en Grecia, cuya alianza con Nueva Democracia le debilit¨® hasta convertirlo hoy en un partido irrelevante. El resultado ser¨ªa una mayor polarizaci¨®n pol¨ªtica al perder espacio la opci¨®n de centro izquierda que representa el PSOE.
En definitiva, no veo la utilidad de la ¡°gran coalici¨®n¡± en t¨¦rminos de eficacia pol¨ªtica. Veo m¨¢s eficaz que uno de los dos grandes partidos consiga la mayor¨ªa para gobernar, que busque acuerdos con los dem¨¢s grupos parlamentarios para sacar adelante los presupuestos y aprobar los proyectos de ley, y, sobre todo, que se muestre receptivo para abordar las reformas constitucionales que necesita nuestro pa¨ªs.
Eduardo Moreno Estrada es profesor de investigaci¨®n del IESA-CSIC
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