Un Rey (muy) prudente
Felipe VI elude referencias directas a los principales temas de controversia
El Rey ten¨ªa dos opciones para afrontar su mensaje de Navidad de 2015 (el segundo desde que fue proclamado jefe del Estado espa?ol): dar un paso al frente para poner en valor su papel constitucional como ¨¢rbitro y moderador de la pol¨ªtica espa?ola o mantenerse en una l¨ªnea prudente de defensa de la unidad de Espa?a y hacer un nuevo llamamiento al di¨¢logo y la concertaci¨®n sobre la base de los principios democr¨¢ticos de la Monarqu¨ªa parlamentaria. Fiel a su estilo, Felipe VI opt¨® por esa l¨ªnea de prudencia a la que nos tiene acostumbrados desde que el 19 de junio de 2014 asumi¨® la Corona.
Es cierto que el discurso del Monarca afront¨® los dos grandes asuntos que preocupan hoy a los espa?oles: el secesionismo de Catalu?a y el nuevo mapa pol¨ªtico, pero incidi¨® m¨¢s en el primero que en el segundo. Basta echar un vistazo a las palabras m¨¢s repetidas en el texto ¡ªEspa?a y espa?oles¡ª para deducir que Felipe VI considera la cuesti¨®n catalana como el primer problema pol¨ªtico en nuestro pa¨ªs.
El Rey se ha referido al movimiento independentista catal¨¢n en sus ¨²ltimas intervenciones en Estrasburgo, Oviedo y Madrid (¡°La Constituci¨®n prevalecer¨¢¡±, dijo hace unos meses), y lo ha querido remachar en su discurso de Navidad con mensajes en los que destaca ¡°lo que nos une¡± dentro de la diversidad que siempre recuerda en sus intervenciones.
En esta ocasi¨®n, sin citar expresamente a Catalu?a, fue m¨¢s all¨¢ en la reivindicaci¨®n de la legalidad, de los valores constitucionales y de la voluntad democr¨¢tica de los espa?oles. En esa defensa de la cohesi¨®n nacional, el Rey lanz¨® un mensaje claro: ¡°La ruptura de la ley, la imposici¨®n de una idea o un proyecto de unos sobre la voluntad de los dem¨¢s espa?oles, solo nos ha conducido en nuestra historia a la decadencia, el empobrecimiento y al aislamiento¡±. Sus palabras en defensa de una Espa?a unida concluyeron con un mensaje ¡°de serenidad, de tranquilidad y confianza en la unidad y continuidad de Espa?a¡± y otro de ¡°seguridad en la primac¨ªa y la defensa de la Constituci¨®n¡±.
El Monarca pidi¨® un esfuerzo ¡°para asegurar lo conseguido y adecuar el progreso a la realidad¡±
La firmeza y la claridad frente al secesionismo contrasta con un planteamiento m¨¢s general respecto a la gobernabilidad en Espa?a tras las elecciones del 20 de diciembre. El Rey es consciente de que la Constituci¨®n limita enormemente sus funciones pol¨ªticas, pero no se le escapa que dentro de algunas semanas iniciar¨¢ la fase de consultas con los principales l¨ªderes pol¨ªticos y deber¨¢ designar al candidato para ser investido presidente del Gobierno para los pr¨®ximos cuatro a?os.
En este tiempo nuevo de la pol¨ªtica espa?ola, con una enorme fragmentaci¨®n de partidos y muchas dificultades para llegar a acuerdos que garanticen un Gobierno estable, don Felipe ha optado por un llamamiento a la acci¨®n, evitando entrar en el debate coyuntural y asegur¨¢ndose llegar a la fase de consultas de enero con una imagen contrastada de neutralidad. Es su estilo, aunque quiz¨¢ se le pueda pedir que se acerque m¨¢s a la raya que le marca la Constituci¨®n.
¡°La ruptura de la ley solo nos ha conducido en nuestra historia a la decadencia y el aislamiento¡±
De cualquier forma, el Rey situ¨® en las Cortes, ¡°como depositarias de la soberan¨ªa nacional¡±, el centro de la decisi¨®n pol¨ªtica, y fue claro a la hora de reclamar ¡°una forma de ejercer la pol¨ªtica basada en el di¨¢logo, la concertaci¨®n y el compromiso, con la finalidad de tomar las mejores decisiones que resuelvan los problemas de los ciudadanos¡±. Un llamamiento habitual en los mensajes de Felipe VI, heredado de su padre, el rey Juan Carlos.
Al referirse a la nueva legislatura, hizo un llamamiento a emplear todos los esfuerzos, todas las energ¨ªas y todas las voluntades de las instituciones democr¨¢ticas ¡°para asegurar y consolidar lo conseguido a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas y adecuar nuestro progreso pol¨ªtico a la realidad de la sociedad espa?ola de hoy¡±, antes de insistir en el ¡°camino del entendimiento, la convivencia y la concordia en democracia y libertad¡±.
Don Felipe se refiri¨® tambi¨¦n a la situaci¨®n econ¨®mica y al papel de Espa?a en el contexto internacional. Sobre la econom¨ªa dijo que el crecimiento sostenido es una prioridad para seguir creando empleo (¡°y empleo digno¡±, enfatiz¨®) y fortalecer los servicios p¨²blicos esenciales, como la sanidad y la educaci¨®n, y reducir las desigualdades. Estos mensajes forman parte de la doctrina del nuevo Rey, cercana a los problemas sociales de los espa?oles. Y sobre la Uni¨®n Europea, reclam¨® que la voz de Espa?a se haga o¨ªr.
En su discurso del a?o pasado, el Rey se refiri¨® a la corrupci¨®n, sin citar la imputaci¨®n de su hermana, la infanta Cristina, por el caso N¨®os, y que se sentar¨¢ en el banquillo el pr¨®ximo 11 de enero. En esta ocasi¨®n igualmente se ha echado en falta una alusi¨®n directa a ese episodio. Por el contrario, se ha limitado a pedir que las instituciones ¡°sean sensibles con las demandas de rigor, rectitud e integridad que exigen los ciudadanos para la vida p¨²blica¡±.
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