Informaci¨®n y morbo

El Ministerio de Hacienda ha difundido la lista de morosos con la hacienda p¨²blica con la m¨¢s que evidente intenci¨®n de presentar al Gobierno como un defensor a ultranza de la transparencia administrativa. Pero un juicio de intenciones no aclara el alcance de una decisi¨®n; hay que prestar atenci¨®n a la utilidad de la lista, es decir, preguntarse si permite a los contribuyentes avizorar el alcance real del fraude fiscal o que los ciudadanos tomen conciencia de los esfuerzos del aparato fiscal para reducir el dinero negro. Pues bien, la atenci¨®n resulta defraudada. La lista recoge los nombres (algunos de ellos de relumbr¨®n pol¨ªtico o econ¨®mico) que deben dinero a Hacienda pero que, por razones diversas, desde la quiebra hasta el estar incursos en tr¨¢mites judiciales, no pueden pagar o el pago est¨¢ demorado por razones legales.

Se trata pues de informaci¨®n con valor pr¨®ximo a cero en t¨¦rminos pol¨ªticos. El contribuyente estar¨ªa mejor informado con una relaci¨®n de empresas o declarantes que, pudiendo pagar, no lo hacen, o una lista con las bases imponibles ocultas. Hacienda deber¨ªa explicar cumplidamente por qu¨¦ Espa?a figura entre los pa¨ªses europeos con mayor volumen de deuda tributaria impagada y por qu¨¦ esta deuda crece a?o tras a?o.

Hacienda ha gestionado la informaci¨®n al contribuyente con frivolidad. Confunde informaci¨®n con morbo; al ciudadano le interesan menos los nombres (aunque quiera que se castigue a los defraudadores) que la satisfacci¨®n de comprobar que el fraude se reduce ejercicio tras ejercicio. Los funcionarios de Hacienda est¨¢n obligados a custodiar la informaci¨®n tributaria y, por tanto, tienen limitaciones estrictas para difundir los datos que tienen en dep¨®sito. Si Hacienda quiere ser transparente, que explique si se ha filtrado informaci¨®n desde la Agencia Tributaria al ministro y a otros funcionarios del ministerio.