El regreso de la melancol¨ªa

Hace mucho que dejamos de pensar en la melancol¨ªa como el atributo insigne del genio, o, incluso, como un punto de vista ventajoso desde donde observar el mundo ¨Cun punto de vista, dice el escritor h¨²ngaro L¨¢szl¨® ?Krasznahorkai, que representa un dique contra la locura del mundo y una callada resignaci¨®n a ella. Nada parece m¨¢s adecuado que volver a mirar las cosas desde la lupa magnificadora, enrarecedora, de la melancol¨ªa.

Autor de obras maestras como Melancol¨ªa de la resistencia, Tango sat¨¢nico, y Guerra y guerra, sus lectores sabr¨¢n que leerlo es como ser arrojados a un r¨ªo majestuoso cuyo caudal se puede tratar de resistir, pero resulta tan potente que es imposible no dejarse arrastrar. Krasznahorkai ense?a a leer de nuevo. En el sentido m¨¢s literal: siguiendo el delicado mecanismo de sus frases perfectas, que se extienden a veces a lo largo de p¨¢ginas enteras, los m¨²sculos del ojo aprenden otra vez a deslizarse por la hoja impresa. Pero tambi¨¦n en un sentido m¨¢s profundo: conectando las inquietantes im¨¢genes que recurren a lo largo de su flujo narrativo, el cerebro experimenta una tormenta el¨¦ctrica; el alma, una sacudida brutal.

El mundo de Krasznahorkai es un sistema de pensamiento completo, como el de Kafka o Lorca, con sus reglas y met¨¢foras fundacionales. Para entenderlo hay que abandonar el razonamiento dualista y entrar a un espacio de correspondencias m¨¢s sutiles, cuyos significados se ramifican y multiplican. No sirve preguntarse qu¨¦ significan sus libros. Hay que preguntar qu¨¦ es lo que hacen.

Krasznahorkai, como s¨®lo pueden hacerlo los escritores de verdad, nos ense?a a leer de nuevo, que tambi¨¦n es decir: nos ense?a a mirar el mundo otra vez. Su mirada es una lupa para verlo en todo su esplendor y rareza. Hay que leer a Krasznahorkai, el ¨²ltimo de los melanc¨®licos.

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