Adam Sandler o el arte de sobrevivir
Pese al desprecio de la cr¨ªtica y sus numerosos detractores, el actor sigue estando entre los mejor pagados de Hollywood y le llueven las ofertas
Adam Sandler vuelve a estar de actualidad. Otra vez. El actor estrena en Netflix la pel¨ªcula The Ridiculous 6, en la que se rodea de sus habituales colegas, en otra de esas comedias donde los losers, cincuentones que actuan como j¨®venes de instituto, ganan. Adam Sandler lleva haciendo la misma pel¨ªcula desde los a?os noventa. A sus fans les chiflan sus chistes naif con pinceladas de humor grueso, pero sigue acumulando detractores que, a pesar de todo, llenan los cines para ver sus mamarrachadas. ?C¨®mo es posible esto? ?Estamos ante un fen¨®meno similar al de Torrente pero al otro lado del charco? ?stas son las razones por las que no podemos aguantar a Adam Sandler pero no nos perderemos The Ridiculous 6.
Porque se rodea de los mismos colegas, pero logra cameos locos.
Adam Sandler siempre trabaja con los mismos, 'megasecundarios' que no encontrar¨ªan otro curro si no fuera por ¨¦l, estereotipos todos. Muchos de ellos de su nost¨¢lgica etapa del Saturday Night Live, como su inseparable Rob Schneider. En lo positivo, su camarilla improvisa y le da vidilla a la trama y a ¨¦l mismo, que nunca se queda solo (a no ser que sea para ligar o para transmutarse en h¨¦roe). Pero, no, no sois los Monty Python, pandilla. Sin embargo, todo lo que se ahorra en sueldos lo invierte en megaestrellas que se dan el capricho de desfasar por una vez en sus carreras, aunque sea en forma de cameo. Y eso s¨ª que nos da material del bueno para darles ca?a.
Porque se r¨ªe de los tontos, pero en realidad parece buen tipo.
Va de tranquilote y bonach¨®n, ¨¦l que no se mete con nadie. Parece querer dar pena con ese gesto de angustia, para que le perdonemos de antemano los previsibles chistes malos. De tan bueno, Sandler parece tonto y se aprovecha de esa idiotez para suscitar la broma. Sin embargo, sucede algo en la trama que le convierte de pronto en el tipo m¨¢s listo del mundo, aunque no lo busque. Un loser con suerte que sabe torear el mal rollo atrayendo la buena fortuna. A su manera, es pol¨ªticamente incorrecto, ¨¦l que parece no haber roto un plato en su vida.
Porque ¨¦l se lo guisa, ¨¦l se lo come, pero ?su m¨¦rito tiene!
Ser el n¨²mero 51 de las celebrities mejor pagadas de 2015 no es moco de pavo (siempre se ha mantenido en el top y eso que ha bajado posiciones). Adam Sandler lo controla todo, y como no dirige, le endi?a siempre sus desvar¨ªos al director Dennis Dugan, otro m¨¢s de la cuadrilla. Con Netflix ha firmado por cuatro pel¨ªculas, ahorr¨¢ndose, adem¨¢s, en distribuci¨®n y promoci¨®n, y dirigi¨¦ndose a un p¨²blico m¨¢s objetivo, el suyo, no los que le atacan con palos cual pi?ata. Vamos, que si estabas cansado de Adam Sandler y sus bufonadas, ?prep¨¢rate! Si esto no es mont¨¢rselo bien¡
Porque liga con las m¨¢s guapas, pero sigue con su novia de toda la vida.
Fue el pionero, luego llegar¨ªa Judd Apatow, Seth Rogen y compa?¨ªa. Ambiguo siempre, es un h¨¦roe para los chavales. Sin ning¨²n atributo f¨ªsico memorable sabe encandilar a todo pib¨®n que se le cruza. Eso s¨ª, con gui¨®n de por medio y cierto tufillo machista -la m¨¢xima de La Bella y la Bestia: ¡°la belleza est¨¢ en el interior¡±, solo se aplica aqu¨ª a ¨¦l-. Lo m¨¢ximo lo vivimos en S¨ªgueme el rollo, cuando pudo elegir nada menos que entre la top Brooklyn Decker y la atractiva Jennifer Aniston, que se marcaba un bikinazo de quitar la respiraci¨®n. Sandler se recrea en los t¨ªpicos chistes de loser de instituto que acaba llev¨¢ndose a la m¨¢s guapa. Le pas¨® en la vida real- est¨¢ casado con?la tambi¨¦n actriz y modelo Jackie Titone- as¨ª que sabe muy bien c¨®mo manejar el tema de las fantas¨ªas sexuales¡ de los dem¨¢s.
Porque tiene un humor infantiloide, pero no hace da?o.
Nos dan igual sus ideales pol¨ªticos, religiosos o de cualquier ¨ªndole. Es militante republicano, pero suele hacer declaraciones pol¨¦micas y la pol¨ªtica casi nunca asoman en sus gags. Parece pasar por la vida sin mojarse por nada. Sandler es el m¨ªster Proper del humor, blanqu¨ªsimo y a?ejo, se ha quedado atrapado en el tiempo. Con sus 49 palos ya no cuela ser peterpanesco, pero a ¨¦l no le importa, de ah¨ª que siga llevando ese look de adolescente virgen, con su gorra de los New York Mets, camiseta, pantalones cortos y zapatillas. Por eso se junta con los de siempre y acaba creando tramas alrededor de ni?os con problemas o familias disfuncionales. Pero, ?nos quita el sue?o? No. La peor pesadilla que podr¨¢s tener ser¨¢ imagin¨¢rtelo como mujer gracias a Jack y su gemela.
Porque repite el mismo personaje, pero los gags le funcionan.
En su f¨¢brica de hacer dinero, Sandler apuesta sobre seguro. M¨¢s valen los chistes malos conocidos que los buenos por conocer. Su afamado doblaje al castellano ha evitado su peculiar tonillo de voz original, con el que puede desquiciar al hater m¨¢s curtido, pero, por lo dem¨¢s, el ni?o grande con licencia para tomarnos el pelo parece vivir atrapado en el tiempo. Es un pap¨¢ genial o un chico ideal o un desmadre de padre siempre. Lo intent¨® en el drama, y le aplaudimos por ello. Con Embriagado de amor, de Paul Thomas Anderson, fue nominado al Globo de Oro. Fue su particular Show de Truman, la unica vez que la cr¨ªtica pareci¨® aplaudirle, pero pronto volvi¨® a las andadas. No le pidas a Little Nicky que se escape de su propio infierno. Su evoluci¨®n pasa por no perder las viejas costumbres, marca de la casa.
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