El tiempo no est¨¢ loco: lo hemos vuelto loco
2015 termina con alteraciones extra?as del clima y una profusi¨®n de fen¨®menos extremos que causan graves da?os
Narcisos en los jardines de Londres, rosas rojas y retama amarilla a orillas del Mediterr¨¢neo, almendros en flor en Alemania... son algunas de las muestras de la desorientaci¨®n en la que se encuentra sumida la naturaleza por las temperaturas anormalmente altas de este mes de diciembre. El a?o 2015 ¡ªque se ha ganado ya el t¨ªtulo (provisional) de haber sido el a?o m¨¢s caluroso desde que se hacen mediciones¡ª termina con el tiempo revuelto en todo el mundo. Un fin de a?o tan extra?o que Mosc¨² se despierta con cinco y hasta diez grados positivos, cuando deber¨ªa estar a 15? bajo cero, y los term¨®metros de Times Square de Nueva York se enfilan hasta los 18 ?C cuando deber¨ªa estar cubierta de nieve.
?Casualidad? No lo parece. Estas manifestaciones no dejar¨ªan de ser un buen motivo para la conversaci¨®n si no fuera porque, en opini¨®n de los expertos en clima, forman parte del mismo fen¨®meno que ha intensificado los efectos de El Ni?o en Sudam¨¦rica y ha provocado una ola de tornados sin precedentes en una zona de Estados Unidos donde no se les esperaba en todo caso hasta marzo y en absoluto tan fuertes como los que estos d¨ªas se han cobrado la vida de m¨¢s de 40 personas. El mismo fen¨®meno que ha anegado una extensa zona del norte de Inglaterra por unas lluvias interminables, apenas unas semanas despu¨¦s de que otras inundaciones arruinaran la zona de Lancaster. Y el mismo fen¨®meno que ha dejado en los bosques del norte peninsular espa?ol una masa de hojas secas que ha prendido con facilidad y ha hecho que el fuego se expandiese, azuzado por fuertes y c¨¢lidos vientos.
Todo eso, mientras una masa de aire caliente se desplazaba ayer desde la zona del Golfo en direcci¨®n a Noruega. Se espera que entre hoy y ma?ana llegue al Polo Norte y haga remontar las temperaturas hasta niveles incre¨ªbles. En este tiempo, en el Polo Norte se alcanzan los 40 grados bajo cero. Pues bien, para ma?ana y pasado se esperan temperaturas de entre -4 y 0 ?C, es decir, justo por debajo del umbral de congelaci¨®n.
Hace tiempo que los expertos advierten de que el cambio clim¨¢tico no se expresar¨¢ solo en un progresivo calentamiento del planeta ¡ªahora ya estamos de media un grado por encima de la ¨¦poca preindustrial¡ª sino en forma de fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos, m¨¢s intensos, m¨¢s frecuentes y en cualquier parte del mundo. Lo que ocurre estos d¨ªas encaja con esa definici¨®n.
El negacionismo clim¨¢tico lo tiene cada vez m¨¢s dif¨ªcil, porque cada vez hay m¨¢s evidencias de que algo va muy mal en la atm¨®sfera. Durante la Cumbre sobre el Clima celebrada este mes de diciembre en Par¨ªs se ha discutido sobre los elevados costes de las medidas necesarias para evitar que la temperatura suba por encima de los dos grados a final de siglo. Pero esa no es la ¨²nica cuenta que debe hacerse. Antes hay que calcular tambi¨¦n el coste, en t¨¦rminos econ¨®micos y de vidas, que estos fen¨®menos extremos nos suponen y nos van a suponer en el futuro si no ponemos remedio.
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