El ¡®cortapega¡¯ gen¨¦tico revierte una enfermedad en animales vivos
Las aplicaciones de la t¨¦cnica CRISPR para curar enfermedades hereditarias comienzan a tomar forma
Tres estudios publicados esta semana en la revista Science muestran c¨®mo la nueva t¨¦cnica de edici¨®n gen¨®mica CRISPR podr¨ªa usarse para revertir enfermedades para las que no hay cura. Los tres trabajos se centran en una distrofia muscular causada por defectos en un solo gen, pero aportan una prueba de concepto que muy probablemente valga para muchas otras dolencias similares.
Con CRISPR, el ser humano ha ganado la capacidad de manipular su propio c¨®digo gen¨¦tico y el de cualquier otro ser vivo con una facilidad sin precedentes. Copiado del sistema inmune de las bacterias, la t¨¦cnica permite cortar fragmentos defectuosos de ADN. Esto abre la puerta a la posible curaci¨®n de un sinf¨ªn de enfermedades, incluso a evitarlas antes de que aparezcan, pero tambi¨¦n desencadena conflictos ¨¦ticos sobre hasta d¨®nde se puede llegar por este camino. Los tres trabajos actuales estar¨ªan en el lado menos pol¨¦mico de la ecuaci¨®n, pues buscan una aplicaci¨®n directa a pacientes que no requerir¨ªa manipular embriones.
En el primer trabajo, un equipo de investigadores de EE UU aplican CRISPR a ratones que tienen un defecto gen¨¦tico que produce la distrofia muscular de Duchenne (DMD). Esa mutaci¨®n ocasiona un debilitamiento progresivo de los m¨²sculos que suele manifestarse en la ni?ez, deja a los pacientes en una silla de ruedas sobre los 10 a?os y reduce de forma dr¨¢stica su esperanza de vida. Uno de cada 3.500 ni?os la sufre.
En el estudio, los investigadores inyectaron CRISPR primero directamente en los m¨²sculos de los ratones enfermos y posteriormente tambi¨¦n a su flujo sangu¨ªneo. Los resultados muestran una mejora significativa de la fuerza muscular de los ratones en todo el cuerpo. El estudio resalta especialmente la mejora en el coraz¨®n y los pulmones, ¨®rganos claves para evitar la muerte prematura tan asociada a esta dolencia. El tratamiento tambi¨¦n hace aumentar un 8% la producci¨®n de distrofina, la prote¨ªna cuya escasez desencadena la dolencia. Estos niveles, aunque modestos, parecen suficientes para recuperar la funci¨®n muscular.
La t¨¦cnica permite cortar fragmentos defectuosos de ADN. Esto abre la puerta a la posible curaci¨®n de un sinf¨ªn de enfermedades, incluso a evitarlas antes de que aparezcan
Terapia en humanos
Otro de los estudios, dirigido tambi¨¦n por investigadores de EE UU, demuestra que la misma t¨¦cnica puede revertir la enfermedad antes del nacimiento. Si se aplica CRISPR al esperma o los ¨®vulos de ratones, el 80% de los individuos nacen sin el defecto gen¨¦tico que desencadena la dolencia. Pero en este caso se trata m¨¢s de una prueba de efectividad que de un posible tratamiento, dados los problemas ¨¦ticos que despierta la manipulaci¨®n gen¨¦tica de embriones humanos. No obstante, los mismos investigadores tambi¨¦n demuestran que CRISPR mejora la funci¨®n muscular si se inyecta a animales reci¨¦n nacidos. El tercer trabajo, dirigido por investigadores de la Universidad de Harvard, comprueba que la misma t¨¦cnica repara c¨¦lulas musculares j¨®venes lejos del lugar de la inyecci¨®n, lo que refuerza la idea de que el tratamiento perdurar¨ªa en el tiempo.
Esta es la primera vez que se corrige parcialmente una enfermedad gen¨¦tica en un mam¨ªfero vivo, seg¨²n ha resaltado la Universidad de Duke, uno de los centros participantes, en un comunicado de prensa. Hasta ahora se hab¨ªa demostrado la efectividad de CRISPR con c¨¦lulas aisladas de pacientes, pero no hab¨ªa una estrategia clara para lograr una posible terapia. ¡°Estos resultados son muy estimulantes¡±, comenta Charles Gersbach, coautor del primer estudio, aunque reconoce que queda bastante camino por delante antes de llegar a los pacientes. ¡°A partir de ahora optimizaremos la forma de administrar el tratamiento, lo probaremos en formas m¨¢s severa de distrofia y evaluaremos su eficacia y seguridad en animales m¨¢s grandes con el objetivo final de llevarla a ensayos cl¨ªnicos en humanos¡±, ha a?adido.
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