Familia o mafia
Ninguna de las actuaciones financieras de los Pujol tuvo respaldo legal
El auto de la Audiencia Nacional convocando a declarar como imputados al expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y su esposa Marta Ferrusola, como presuntos implicados en delitos de blanqueo de capitales, resulta escalofriante. La novedad absoluta sobre anteriores resoluciones del proceso es que el juez atribuye a la actuaci¨®n financiera de los Pujol -Ferrusola todas las marcas de una organizaci¨®n criminal -como pretend¨ªa el fiscal, aunque sin calificarla a¨²n de tal.
El juez detecta ¡°pautas comunes de actuaci¨®n¡±, ¡°coordinaci¨®n de actividades¡±, ¡°asignaci¨®n de roles¡±, ¡°distribuci¨®n o reparto de cantidades multimillonarias entre todos ellos¡± y un ¡°particular sistema de rendici¨®n de cuentas existente para controlar esos repartos de fondos¡±. Indicios que configurar¨ªan a los Pujol como un clan mafioso.
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En esa suerte de familia-organizaci¨®n, como la denomina el juez, el patriarca ser¨ªa el nexo de todos sus componentes, y su hijo Jordi (j¨²nior) el brazo ejecutor. Todo su edificio financiero se construye, indica el auto, sobre un enga?o continuado. No ya el de haber ocultado a sus electores durante 34 a?os su fraude fiscal y su dinero en para¨ªsos fiscales, como reconoci¨® Pujol Soley en su confesi¨®n del 25 de julio de 2014. Sino el enga?o adicional de que esa misma declaraci¨®n fue un ¡°mero relato sin contenido determinante¡± pues ¡°no consta la realidad del legado¡± presuntamente dejado por su padre, el estraperlista Florenci Pujol. Todo apunta, pues, a que aquella confesi¨®n fue un gran teatro que pretend¨ªa esconder monta?as de dinero de origen incierto, probablemente il¨ªcito.
Quiz¨¢ sea a¨²n m¨¢s grave el hecho de que del manejo de la fortuna multimillonaria amasada en secreto por la familia -y movida en para¨ªsos fiscales-no se detecta ni una sola operaci¨®n honorable. Ninguno de los mencionados negocios derivados del oscuro patrimonio inicial o de los emprendidos por su gestor fue ortodoxo: los pagos a presuntos proveedores fueron por ¡°trabajos ficticios¡±; estos carec¨ªan de los informes y facturas pertinentes; los acuerdos con los presuntos sobornantes eran ¡°verbales¡±, los fondos de que se apropiaron eran de ¡°origen il¨ªcito¡±, o ¡°desconocido¡±, o directamente ¡°criminal¡±, que ¡°no se pueden justificar¡±, y en buena parte provenientes de empresas adjudicatarias de la Generalitat que presid¨ªa el propio patriarca.
De esa operativa, y de las cantidades ileg¨ªtimamente acumuladas, se infiere la eventualidad no ya de una actividad fraudulenta continua, sino de un saqueo sistem¨¢tico, planeado al mil¨ªmetro. Por eso, sea cual sea la decisi¨®n judicial definitiva, todos quienes creyeron a los corifeos del pujolismo cuando entonaban el repugnante lema de Espa?a nos roba har¨¢n bien en preguntarse qui¨¦n era el sujeto del desm¨¢n.
Al asumir la Audiencia las averiguaciones de la jueza instructora, concretar la fecha de declaraci¨®n y preverla en sede judicial, adquiere m¨¢s relieve. Esta vez Pujol Soley deber¨¢ personarse en vez de declarar a domicilio, como en el caso Banca Catalana. Y le ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil enternecer, seducir o amparar a jueces, a lo que tan aficionado era su corrupto y condenado abogado, Juan Piqu¨¦ Vidal.
Por supuesto que hasta que haya sentencia firme impera la presunci¨®n de inocencia, y que el derecho penal es garantista, y que entre el indicio y la prueba media un trecho y que incluso puede haber absoluciones por prescripci¨®n temporal.
Pero todo ello se refiere al ¨¢mbito penal, y ya se ver¨¢. De momento, los efectos pol¨ªticos de los hechos descubiertos son ya, calificaci¨®n jur¨ªdica aparte, pol¨ªticamente demoledores. Con raz¨®n el Parlament de Catalunya despoj¨® de sus t¨ªtulos y deshonr¨® al antiguo honorable. Qu¨¦ asco.
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