Que el 2016 nos traiga mucha agua (potable)
Brindar acceso a servicios de agua y saneamiento de calidad a poblaciones cada d¨ªa m¨¢s urbanas no ser¨¢ tarea f¨¢cil en Am¨¦rica Latina y El Caribe
Am¨¦rica Latina y el Caribe albergan m¨¢s del 30% de agua dulce del planeta, desde los glaciares de las monta?as de los Andes, hasta los bosques de los volcanes en Centroam¨¦rica. Sin embargo, un cuarto del territorio de la regi¨®n est¨¢ cubierto por zonas ¨¢ridas. Y aunque solo seamos un 6% de la poblaci¨®n mundial, los efectos del cambio clim¨¢tico a trav¨¦s de inundaciones y sequias han aumentado en intensidad y frecuencia, afectando peligrosamente las fuentes de agua, tanto en los pueblos como en las ciudades. Por ende, brindar acceso a servicios de agua y saneamiento de calidad a poblaciones cada d¨ªa m¨¢s urbanas no ser¨¢ tarea f¨¢cil.
En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, la regi¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe ha estado a la altura de los desaf¨ªos en t¨¦rminos de acceso: entre 1990 y el 2015, m¨¢s de 220 millones de personas (de un total de 600 millones) se incorporaron a los servicios de agua y saneamiento. El porcentaje de personas con acceso a mejores servicios de agua pas¨® del 85% al 95% y en saneamiento adecuado el porcentaje aument¨® del 67% al 83%.
Pero no podemos quedarnos ah¨ª. Hoy todav¨ªa quedan 34 millones de personas sin acceso a agua, y las cifras son m¨¢s alarmantes para saneamiento: 106 millones no cuentan con acceso a uno adecuado y 19 millones defecan al aire libre. Como es de esperar, las estad¨ªsticas son a¨²n m¨¢s alarmantes para los m¨¢s vulnerables y las zonas m¨¢s remotas del continente. La gran disparidad urbana-rural, se traduce en una cobertura de los servicios de agua y saneamiento rural en el 2015 (84% y 64%, respectivamente) semejante a la cobertura del sector urbano 25 a?os atr¨¢s.
?Por qu¨¦ persisten estas brechas en cobertura? Podr¨ªamos pensar que se trata de un tema de financiamiento. En efecto, como regi¨®n, en los ¨²ltimos 25 a?os, hemos invertido menos de medio punto porcentual de nuestro producto interno bruto en nueva infraestructura de agua y saneamiento. Enfrentamos tambi¨¦n un reto en el mantenimiento de nuestras redes existentes. Por ejemplo, del total del agua producida, aproximadamente la mitad se pierde en las redes debido a fugas, principalmente, f¨ªsicas.
A este panorama se a?ade el desaf¨ªo de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, adoptados a finales de septiembre en la 70 Asamblea General de Naciones Unidas, que plantean una agenda de desarrollo sostenible ambiciosa para 2030. El Objetivo 6, se centra en asegurar la disponibilidad y el manejo sostenible del agua y saneamiento para todos. Lo que implica que los gobiernos no solo deben trabajar para garantizar la calidad del servicio. Tambi¨¦n deben reducir la contaminaci¨®n de las aguas residuales, reforzar la gobernanza del agua, incrementar la eficiencia en el uso de nuestros recursos h¨ªdricos y proteger nuestro capital natural.
Para lograr acceso universal en agua en 2030, la regi¨®n necesitar¨ªa invertir, como m¨ªnimo, 28.000 millones de d¨®lares
?De cu¨¢nto financiamiento estamos hablando para lograr este objetivo en los pr¨®ximos 15 a?os? Aqu¨ª algunas cifras: solo para lograr acceso universal en agua, la regi¨®n necesitar¨ªa invertir, como m¨ªnimo, 28.000 millones de d¨®lares, y la inversi¨®n en saneamiento necesitar¨ªa ser a¨²n mayor: 49.000 millones. Esto implicar¨ªa un ritmo de inversi¨®n de unos 5.100 millones de d¨®lares al a?o.
En tratamiento de aguas residuales a¨²n estamos muy rezagados: a nivel regional se estima que solo se trata el 18% de las aguas negras generadas, en comparaci¨®n al 60%, en promedio, en pa¨ªses de altos ingresos. Para el 2030, necesitar¨ªamos reducir el porcentaje de aguas no tratadas a la mitad, lo que requerir¨ªa una inversi¨®n, solo en los grandes centros urbanos, de otros 30.000 millones de d¨®lares.
Adem¨¢s de lograr el acceso universal, tenemos el reto de mejorar la calidad del servicio para los que ya est¨¢n conectados a la red. Se estima que unas 200 millones de personas reciben un servicio discontinuo de menos de 24 horas por d¨ªa. Salvo excepciones, la regi¨®n tampoco cuenta con datos sobre calidad/potabilidad del agua.
?C¨®mo puede entonces Am¨¦rica Latina y el Caribe implementar, medir y monitorear efectivamente este nuevo Objetivo 6? Por fortuna, contamos con experiencias de ¨¦xito de las que aprender, como en el caso de Medell¨ªn y otras grandes ciudades como Montevideo, Monterrey, Quito, San Pablo o Santiago, donde se ha venido trabajando exitosamente en garantizar acceso sostenible y de calidad a todos los ciudadanos.
La clave est¨¢ en reforzar las instituciones del sector para asegurar una buena provisi¨®n de servicios y conservaci¨®n del agua, adem¨¢s de asegurar fuentes de financiamiento tanto p¨²blicas como privadas, nacionales e internacionales. El reto al cual nos enfrentamos es grande, pero no se puede hablar de desarrollo sostenible sin garantizar agua y saneamiento de calidad para todos.
Sergio I. Campos G es jefe de la Divisi¨®n de Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo.
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