Maniobra desesperada para resucitar a la sonda ¡®Philae¡¯

Hoy, a m¨¢s de 200 millones de kil¨®metros de la Tierra, hay una nave en apuros y esta puede ser la ¨²ltima oportunidad para salvarla. Se trata de Philae, que en noviembre de 2014 entr¨® en la historia al convertirse en la primera sonda que aterriz¨® en un cometa. La haza?a fue de todo menos dulce: tres impactos con el suelo, dos rebotes, y todo para acabar al borde del precipicio de un oscuro y fr¨ªo cr¨¢ter. A pesar de todo el artefacto pudo captar luz en sus paneles solares y enviar los primeros datos cient¨ªficos a la Tierra.

Philae es parte de la misi¨®n Rosetta de la Agencia espacial Europea.El dispositivo, que aterriz¨® en la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, lleva sin dar se?ales de vida desde verano, antes de que el cometa pasase cerca del Sol. Ahora el 67P se est¨¢ alejando del astro y a finales de este mes la luz ser¨¢ tan escasa y las temperaturas tan bajas que la sonda morir¨¢ para siempre.

El domingo, los ingenieros de la Agencia Espacial Alemana (DLR) que participan en la misi¨®n Rosetta van a mandar un comando por radio a Philae para activar su volante de estabilizaci¨®n. Es la primera vez que se intenta esta maniobra. ¡°En el mejor de los casos, sacudir¨¢ el polvo que hay en los paneles solares y har¨¢ que se alineen mejor con el Sol¡±, ha explicado Koen Geurts, responsable t¨¦cnico de la misi¨®n, en un comunicado de prensa de la DLR, que lidera el consorcio a cargo de la nave.

La situaci¨®n es desesperada y los ingenieros no saben en qu¨¦ estado se encuentra la sonda. Creen que uno de sus transmisores de radio y uno de sus receptores se han perdido para siempre. Y probablemente el otro juego de estos dispositivos no funciona del todo. El reciente paso del 67P por la parte de su ¨®rbita m¨¢s cercana al Sol convirti¨® la superficie del cometa en un infierno de gas y polvo. Los ingenieros cruzan ahora los dedos para que la nave no volcase tras la tormenta o est¨¦ ya totalmente enterrada.

¡°El tiempo se nos acaba y queremos probarlo todo¡±, reconoce Stephan Ulamec, jefe del proyecto, y a?ade que "el silencio de la Philae no augura nada bueno". Antes de que acabe enero pueden alcanzarse los 51 grados bajo cero, el l¨ªmite al que Philae puede funcionar.