C¨®mo se define un disparo en la alcald¨ªa de Nueva York

Hace a?os que Nueva York se quit¨® de ese estigma de Fort Apache que reflej¨® el cine de los ochenta, con una controvertida mano dura de los alcaldes mediante, pero las ¨²ltimas estad¨ªsticas sobre disparos han abierto la pol¨¦mica sobre si la seguridad en la ciudad est¨¢ mejorando en los ¨²ltimos tiempos tanto como se dice.

Hay singularidad en la forma de contar los sucesos con armas: si los disparos no producen v¨ªctimas ni traspasan la ropa de nadie, no se registran como disparos. Es m¨¢s, si alguien resulta herido en un tiroteo, pero la causa de ese da?o no es la bala, sino, por ejemplo, los cristales rotos, tampoco cuenta como tal.

Esto es lo que ha llevado al anterior comisario del cuerpo, Ray Kelly, a plantear recientemente que las estad¨ªsticas no reflejan fielmente la realidad. No deja de sorprender, dijo, que las autoridades cuenten menos disparos, pero m¨¢s muertes por armas. Adem¨¢s, advierte de que los casos pendientes de investigaci¨®n no se registran como homicidios.

El actual comisario jefe de la polic¨ªa de Nueva York, William Bratton, replica que la metodolog¨ªa utilizada por el cuerpo est¨¢ en vigor desde 1994 y, por tanto, fue tambi¨¦n la usada en el ¨²ltimo mandato de Ray Kelly (de 2002 a 2013). Aunque no cuenten como disparos, adem¨¢s, s¨ª forman parte de la categor¨ªa de ¡°agresiones graves¡±, que es la oficial del FBI.

Los disparos son un apartado dentro de esa gran categor¨ªa que se empez¨® a desagregar en los noventa, cuando Nueva York a¨²n era un incendio permanente. Bratton saca pecho: en 1993 hubo 5.200 sucesos con disparos, en 1998 baj¨® a 3.500 y en 2015 ha quedado en 1.130. En global, los delitos han menguado un 1,7% respecto a 2014. Un 5,8% en dos a?os.

Pero la vieja pol¨¦mica que sigue escociendo en la Gran Manzana es si los m¨¦todos para lograrlo se han suavizado, tal y como el nuevo alcalde, Bill de Blasio, prometi¨® en su momento.