El petr¨®leo y la estabilidad geopol¨ªtica cotizan a la baja
El mercado sigue afectado por un exceso de oferta y una demanda ¨¢tona que deber¨ªan mantener los precios en niveles bajos
Los precios del petr¨®leo han comenzado el a?o en el entorno de los 30 d¨®lares por barril, en m¨ªnimos de doce a?os. La estrategia de Arabia Saud¨ª consistente en mantener cuota de mercado y forzar que el ajuste de producci¨®n recaiga sobre los productores con costes de extracci¨®n m¨¢s altos sigue su curso. Y parece estar funcionando, pues los bajos precios comienzan a pasar factura a los productores no OPEP, especialmente en lo que respecta a los costosos recursos en aguas ultraprofundas, las arenas bituminosas y el tight oil estadounidense obtenido por fracking. La producci¨®n no OPEP ha pasado de crecer 2,2 millones de barriles diarios (mbd) a principios de 2015 a s¨®lo 0,3 mbd en noviembre pasado, y la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE) prev¨¦ una reducci¨®n de 0,6 mbd para 2016, b¨¢sicamente debido a la contracci¨®n del tight oil estadounidense. No obstante, la producci¨®n estadounidense se ha mostrado relativamente resiliente a la ca¨ªda de precios, y el levantamiento de la prohibici¨®n de exportar petr¨®leo por parte de Estados Unidos a finales de 2015 supone un factor adicional de relajaci¨®n de precios por el lado de la oferta.
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En cambio, en 2015 la OPEP aument¨® su producci¨®n en 1,6 mbd porque Arabia Saud¨ª e Irak han estado produciendo a niveles r¨¦cord, y todo apunta a que esta pol¨ªtica se mantendr¨¢ en 2016. Arabia Saud¨ª y sus aliados del Golfo P¨¦rsico tienen costes de extracci¨®n todav¨ªa muy por debajo de los precios actuales y aunque la ca¨ªda de precios est¨¢ minando con mayor rapidez de lo anticipado su espacio fiscal y oblig¨¢ndoles a emprender reformas y ajustes impensables hace poco, todav¨ªa cuentan con abundantes reservas de divisas y activos en el exterior para sostener sus presupuestos durante varios a?os. Irak, que est¨¢ fuera de la disciplina OPEP, necesita aumentar su producci¨®n para afrontar el desaf¨ªo del Estado Isl¨¢mico (ISIS, en sus siglas en ingl¨¦s), y adem¨¢s buena parte de su producci¨®n se canaliza por el Kurdist¨¢n de manera aut¨®noma.
A esto se suma el regreso de Ir¨¢n al mercado, una vez que la Agencia Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica ha confirmado que el pa¨ªs ha limitado su programa nuclear a usos civiles. Las sanciones comenzar¨¢n a levantarse en las pr¨®ximas semanas, antes de lo previsto, y afectan tanto a las exportaciones de petr¨®leo como a operaciones relacionadas como las de flete, seguro y reaseguro, los pagos y la financiaci¨®n y, a m¨¢s largo plazo, a las inversiones en el sector energ¨¦tico iran¨ª con los fondos hasta ahora congelados en Occidente por las sanciones o por un eventual retorno de los inversores extranjeros. Ir¨¢n, que posee las cuartas reservas mundiales de petr¨®leo y produce casi tres mbd, contempla ambiciosos proyectos energ¨¦ticos para aumentar la producci¨®n en otros dos mbd, lo que agravar¨ªa la sobreoferta que ya padece el mercado. Aunque se trate de un proceso m¨¢s a medio plazo, s¨ª es previsible que en 2016 cantidades moderadas pero crecientes de crudo iran¨ª vayan llegando al mercado.
En paralelo se prev¨¦ una ralentizaci¨®n en el aumento de la demanda de petr¨®leo, que crecer¨ªa unos 1,2 mbd, por debajo del crecimiento de 2015. Por tanto, el mercado sigue afectado por un exceso de oferta y una demanda ¨¢tona que deber¨ªan mantener los precios en niveles bajos. Una constante es la evoluci¨®n de las previsiones a la baja en los ¨²ltimos meses. Por ejemplo, Moody¡¯s ha rebajado sus previsiones para el Brent en casi 10 d¨®lares, para situarlas en 43 d¨®lares, pero no se descartan precios inferiores de manera coyuntural. Los pa¨ªses productores tambi¨¦n han comenzado a ajustarse al nuevo entorno de precios: Rusia ha anunciado que sus planes se basan en un precio del crudo situado en una banda entre 40 y 60 d¨®lares hasta 2022 (muy por encima de los actuales); Arabia Saud¨ª ha planteado ajustes presupuestarios importantes, y algo semejante ocurre con Argelia y los restantes productores.
Muchos pa¨ªses est¨¢n ya experimentando serias dificultades para ajustar sus cuentas p¨²blicas sin aumentar el malestar social
Esta ca¨ªda de precios supone un claro dividendo econ¨®mico y geopol¨ªtico para los pa¨ªses consumidores, en la medida en que supone una menor transferencia de rentas hacia los pa¨ªses productores y, en consecuencia, tambi¨¦n un debilitamiento de sus capacidades geopol¨ªticas. M¨¢s all¨¢ del plano general, es importante analizar el impacto sobre actores concretos cuyo debilitamiento econ¨®mico puede acarrear complicaciones geopol¨ªticas de primera magnitud. Por ejemplo, Europa puede sentirse aliviada por una Rusia menos asertiva, por un retorno a la comunidad internacional de Ir¨¢n que a los precios actuales no parece tan preocupante, o por las dificultades de los Gobiernos bolivarianos para mantener su agenda en Am¨¦rica Latina.
Pero la ca¨ªda de precios tambi¨¦n afecta a la capacidad de algunos pa¨ªses para mantener la estabilidad pol¨ªtica en ausencia de ingresos para mantener cierta legitimidad econ¨®mica. Pa¨ªses como Argelia o Nigeria, importantes suministradores de hidrocarburos a Espa?a, o proveedores relevantes para Europa, como los pa¨ªses de Asia Central, est¨¢n ya experimentando serias dificultades para ajustar sus cuentas p¨²blicas sin aumentar el malestar social. Parece evidente que los pa¨ªses consumidores se ver¨¢n obligados a reasignar parte de esos dividendos econ¨®micos y geopol¨ªticos a gestionar el impacto de la ca¨ªda de precios sobre algunos productores sensibles si se quiere evitar que la bajada de precios se traduzca en inestabilidad geopol¨ªtica. Siendo ¨¦sta una tarea compleja, deber¨ªa ser m¨¢s manejable que cuando en a?os pasados la causalidad discurr¨ªa a la inversa y era la volatilidad geopol¨ªtica la que impulsaba los precios al alza.
Gonzalo Escribano es responsable del programa Energ¨ªa y Cambio Clim¨¢tico del Real Instituto Elcano. @g_escribano
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