Risas y sonrisas
Richard Brautigan era un ser marginal y considerado enfermo mental hasta que la literatura le llev¨® al centro de la contracultura
No busquen un h¨¦roe: en el nuevo libro que Blackie Books recupera de Richard Brautigan no hay una sola p¨¢gina, frase, l¨ªnea o palabra en la que el protagonista no nos d¨¦ rabia, pena, tristeza o unas ganas inmensas de pegarle un guantazo. Y no como a Peter Sellers en El guateque, que tambi¨¦n nos irrita, pero a la vez te contagia una cierta ternura que le hace ganarse el perd¨®n, no.
Autor de culto
Richard Brautigan (1935-1984), abandonado por su madre a los nueve a?os y nunca reconocido por su padre, era un ser marginal y considerado enfermo mental hasta que la literatura le llev¨® al centro de la contracultura. Autor de culto en los sesenta, en los setenta cay¨® en el olvido. Se peg¨® un tiro y su cuerpo fue encontrado semanas despu¨¦s. Blackie Books est¨¢ recuperando sus libros en una meritoria Biblioteca Brautigan que ahora a?ade ¡®Un detective en Babilonia¡¯. Para adeptos al humor visible con inteligencia invisible.
Card es machista, vago, in¨²til y fracasado, y para colmo vive atontado a partir de un pelotazo que recibi¨® en la cara y que le hace refugiarse mentalmente en un universo particular llamado Babilonia. Pero semejante personaje ¨Cindecente, indeseable e incapaz de valorar a una secretaria por alg¨²n criterio distinto al de si se deja meter mano¨C logra producir el chasquido oportuno en el pedernal para prender la doble hoguera de la risa y la sonrisa.
Porque risa no es lo mismo que sonrisa. Y porque la graduaci¨®n del relato y la aparente simpleza narrativa de Brautigan nos van tensando y destensando las comisuras de los labios de forma distinta seg¨²n avanzamos. La carcajada es producto del absurdo convertido en algo divertido. La sonrisa, de la iron¨ªa inteligente y fina en la que reconocemos las fisuras, los errores, los defectos. A cu¨¢l m¨¢s dif¨ªcil.
El protagonista es soez como la realidad de un mundo sin piedad y sin embargo es capaz de imaginar y recrear su heroicidad dentro de su refugio mental. ?No es envidiable? Babilonia es el lugar de sus ¨¦xitos, sue?os cumplidos y conquistas, pero tambi¨¦n de su perdici¨®n, como lo fue para Alejandro Magno.
Brautigan escribi¨® Un detective en Babilonia en 1977, en la etapa de decadencia y olvido de sus a?os finales. En esos d¨ªas oscuros, qui¨¦n sabe si ¨¦l mismo crey¨® vivir y triunfar en Babilonia ya que no lo lograba en el mundo, o no al menos en estado de sobriedad. En realidad, qui¨¦n tuviera una Babilonia donde respirar cuando no lo conseguimos en la realidad.
elpaissemanal@elpais.es
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