Poderosas a los 50
Han roto convenciones. Lo peor de esa edad, dicen, son los mitos que la rodean y las ideas preconcebidas
Ni cincuentonas ni cincuenta?eras. M¨¢s de tres millones de espa?olas, las primeras en disfrutar de manera generalizada del acceso a la Universidad y la libertad sexual, se enfrentan a la madurez en plena forma y dispuestas a dar la batalla. Han roto convenciones y han aprendido que la soledad no depende de tener pareja.
Fueron las primeras en disfrutar de los avances sociales de forma generalizada: acceso a la formaci¨®n universitaria y a las profesiones liberales, control de la natalidad, libertad sexual y de movimiento, ocio y pr¨¢ctica del deporte. Siguen los pasos de las valientes pioneras que las precedieron dando un paso adelante, pero ahora son legi¨®n. En Espa?a hay censadas m¨¢s de tres millones de mujeres entre 50 y 59 a?os, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Representan el 13,24% de la poblaci¨®n femenina y el 6,73% del total de la poblaci¨®n. ¡°Nos encontramos ante un inequ¨ªvoco fen¨®meno global¡±, afirma Rosi Braidotti, catedr¨¢tica en Filosof¨ªa y directora del Centro para las Humanidades de la Universidad de Utrecht, ¡°con ligeras variaciones entre los pa¨ªses europeos, la generaci¨®n cultural y pol¨ªticamente formada por la segunda ola del feminismo ha llegado a la madurez con el suficiente dinero para seguir disfrutando¡±. Se trata de una situaci¨®n sin precedentes y, a pesar de su importancia social y econ¨®mica, poco conocida. Sus testimonios derrumban mitos.
¡°Estamos redefiniendo el concepto de envejecimiento¡±
Susana Garc¨ªa (Madrid, 1963), profesora de Qu¨ªmica en la Universidad Complutense de Madrid, no pudo acudir a la sesi¨®n fotogr¨¢fica conjunta que se realiz¨® en Barcelona. Luc¨ªa un sol brillante cuando Katy McConkey (Nottingham, 1964), oste¨®pata; Martina Noora Mill¨¤ (Barcelona, 1965), responsable de contenidos de la Fundaci¨®n Mir¨®; Mariona Iglesias (Barcelona, 1962), directora de Touchpoint, agencia de marketing y comunicaci¨®n, y Blanca Losada (Vitoria, 1955), m¨¦dica de urgencias en el hospital Mois¨¨s Broggi, llegaron al estudio. Acababan de conocerse, pero aquello pronto se convirti¨® en una reuni¨®n de viejas amigas, charlando sobre la ropa y el cuerpo, sus proyectos personales y profesionales, su filosof¨ªa de la vida, el ¡°carisma¡± de Varoufakis y la pol¨ªtica. Blanca arranc¨® a cantar Mein Herr, de Liza Minelli en Cabaret; sigui¨® con Time Is On My Side, de los Rolling Stones, y al momento todas la acompa?aron a capela. Posan, cantan y bailan. Martina conecta el m¨®vil para que suenen Uptown Funk y Roar, de Katy Perry. Subid¨®n. Son muy diferentes y al mismo tiempo tienen mucho en com¨²n. Surge la inspiraci¨®n para nuevos proyectos y se hacen planes para futuros encuentros. En este universo no caben los mensajes sobre la rivalidad entre mujeres. El ¨²ltimo aire es de los Beatles: With A Little Help From My Friends. Un mensaje intergeneracional.
Blanca Losada
Licenciada en Medicina y Cirug¨ªa por la Universidad de Barcelona. M¨¦dica de urgencias en el hospital Mois¨¨s Broggi. 60 a?os. Separada, tres hijos. ¡°Ahora s¨¦ disfrutar de lo que tengo, vivir sin miedo y confiar. Pero no todo el mundo madura¡±
Cuando la realizadora Nuria Monferrer cumpli¨® los 50, se enfrent¨® al divorcio y al desempleo iniciando un M¨¢ster en Producci¨®n y Realizaci¨®n Art¨ªstica en la Universidad de Barcelona. Se aventur¨® adem¨¢s fuera de su g¨¦nero habitual, el videoclip musical. Con el fin de conjurar su propia incertidumbre, Monferrer entrevist¨® a ocho mujeres de su generaci¨®n, de profesiones liberales, sin pareja, para realizar el filme testimonial Somos malas pero podr¨ªamos ser peores. Sus puntos de vista sobre la sociedad y el mundo profesional, la salud y la menopausia, el sexo y las relaciones revelan una nueva mujer, de mirada muy l¨²cida y nada pesimista, con esp¨ªritu de lucha y posicionamiento. El p¨²blico heterog¨¦neo que vision¨® el filme en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona vio reflejados sus prejuicios y se empez¨® a borrar una barrera generacional. Sin embargo, o¨ªrlas hablar sin tapujos result¨® tan explosivo que las entrevistadas exigieron cl¨¢usula de confidencialidad y la cinta no puede ser exhibida p¨²blicamente.
¡°Estamos redefiniendo el concepto de envejecimiento, igual que ya hicimos con otras cosas¡±, afirma una de las chicas malas protagonistas. En 1967, en la pel¨ªcula El graduado resultaba escandaloso que Mrs. Robinson, una ociosa dama madura interpretada por Anne Bancroft, sedujera al joven Benjamin, interpretado por Dustin Hoffman. Hoy d¨ªa resulta inimaginable percibir a una se?ora de esa edad como madura, aunque todav¨ªa pueda resultar chocante que se muestren en toda su plenitud vital.
?Los 50 son los nuevos 30? Aunque todas las etiquetas son reductoras ¨Cno existe un solo modo de tener 50, al igual que no existe un solo modo de tener 20¨C, desde diversos frentes se ensayan f¨®rmulas que permitan definir a este colectivo. No resulta f¨¢cil, pues lo cierto es que rompen moldes. El clich¨¦ de la cincuentona con s¨ªndrome del nido vac¨ªo parece definitivamente obsoleto. Para la consultora Anna Cab¨®, exdirectora de proyectos en la Oficina de Pol¨ªticas de Igualdad y Derechos Civiles de la Diputaci¨®n de Barcelona, ¡°la noci¨®n de cincuenta?era conlleva cierta infantilizaci¨®n, nos trata de ni?atas obviando nuestra experiencia. Prefiero ser una se?ora estupenda, un concepto amplio, sin estrecheces mentales, ni de edad, ni de talla¡±.
Tienen tiempo. Todav¨ªa son j¨®venes, activas y con poder adquisitivo
La b¨²squeda de una identidad social en ocasiones se da de una forma po¨¦tica y creativa. Mientras que la mayor¨ªa de webs dirigidas a esta franja de edad se enfocan al consumo, el blog Mujeres Transparentes persigue otro objetivo: expresar en libertad, a trav¨¦s de dos blogueras an¨®nimas, reflexiones sobre la vida, la cotidiana y la trascendente, desde una ?perspectiva femenina, con sentido del humor y referencias a libros o pel¨ªculas. Hacen suyas las palabras de la escritora brasile?a Clarice Lispector (1920-1977): ¡°Conf¨ªe en mi transparencia. Soy enteramente expl¨ªcita. Si no me gusta, no finjo. Duela a quien duela, mi sinceridad y bienestar los pongo en primer lugar, no lo niego¡±. El blog de las mujeres transparentes, que no invisibles, resulta toda una declaraci¨®n de principios. Afirman encontrarse en la edad de la magnificencia, proclaman la autenticidad como un valor y declaran ser ¡°transl¨²cidas, di¨¢fanas, l¨ªmpidas, cristalinas y, sobre todo, claras. De cabeza, de actuaci¨®n. Por dentro y por fuera¡±.
Mariona Iglesias
Licenciada en Ciencias Empresariales y M¨¢ster en Direcci¨®n de Empresa en ESADE. Socia fundadora y directora estrat¨¦gica de Touchpoint, agencia de 'marketing' y comunicaci¨®n. 53 a?os. Casada, dos hijas.? "Nos lo tenemos
que creer m¨¢s. A los 40 estaba en el l¨ªmite, me sent¨ªa mayor en el trabajo. A los 50 estoy de vuelta"
Sara Berbel, doctora en Psicolog¨ªa Social y directora de la consultora Empowerment Hub, cree que estamos ante un ¡°conato de rebeld¨ªa colectivo¡±. Actualmente, las mujeres de entre 50 y 60 a?os ¡°parecen dispuestas a dar la batalla y no dejarse desaparecer como pasaba hasta ahora cuando se abandonaba la edad f¨¦rtil¡±. La lucha por el reconocimiento y la visibilidad no afecta exclusivamente a las mujeres de este grupo de edad. Se libra en todos los frentes. En 2015, Megan Smith, directora de tecnolog¨ªa del Gobierno estadounidense, denunci¨® la desaparici¨®n de 4 mujeres clave del equipo de 11 personas de Steve Jobs en el filme de 2013 protagonizado por Ashton Kutcher sobre los inicios de Apple. Este tipo de extrav¨ªos est¨¢ muy extendido, como acaba de demostrar la campa?a viral #WheresRey, desencadenada a ra¨ªz de la desaparici¨®n de Rey, personaje femenino protagonista de El despertar de la fuerza, en los juguetes de Star Wars. La empresa juguetera ya ha anunciado que va a rectificar, pero resulta inevitable preguntarse en qu¨¦ galaxia viven.
En Espa?a tienen un empleo 2.179.300 mujeres de entre 50 y 59 a?os. Constituyen el 10,3% de la poblaci¨®n activa y su tasa de paro es del 19,75%. Los porcentajes de estudios superiores revelan con claridad la progresiva llegada de las mujeres a la universidad, pues pasan del 18% en la generaci¨®n entre 55 y 64 a?os al 30% en la de 45-54, hasta llegar al 47% en las de 35-44, que ya superan a la poblaci¨®n mascu?lina (38,6%). ¡°En general, la aportaci¨®n profesional de las mujeres est¨¢ muy poco valorada, de acuerdo a los datos objetivos (un 18% de alcaldesas, un 14% de catedr¨¢ticas, un 16% de mujeres en consejos de administraci¨®n), porque existe el prejuicio de que los hombres son mejores en el ¨¢mbito p¨²blico y de toma de decisiones¡±, se?ala Berbel.
?Es la tiran¨ªa de la juventud la contrapartida de los logros profesionales y la capacidad de aprendizaje e innovaci¨®n? ?Estamos ante una lucha denodada por no envejecer, alentada por la moda y los medios de comunicaci¨®n, que nos impulsa a perseguir una eterna minor¨ªa de edad y a convertir a Espa?a en el primer pa¨ªs de Europa en operaciones est¨¦ticas? Nuestro reto generacional deber¨ªa ser ¡°lograr un envejecimiento digno y el reconocimiento del saber y belleza que comporta la edad¡±, a?ade Berbel.
Susana Garc¨ªa
Doctora en Qu¨ªmica por la Universidad Complutense, investigadora y profesora titular de Qu¨ªmica en esta universidad de Madrid. 52 a?os. Casada, un hijo. ¡°Me siento mucho mejor ahora que cuando ten¨ªa 40. Tengo m¨¢s independencia de pensamiento y valoraci¨®n¡±
En la franja de edad de los 50 tambi¨¦n se rompen moldes sobre la salud. Todas las entrevistadas cuidan su alimentaci¨®n y hacen ejercicio f¨ªsico. Uno de los mitos que han derrumbado con estr¨¦pito es el de la menopausia. No lo consideran una enfermedad ni una se?al de retirada de la vida p¨²blica. Las que han llegado a ella la desdramatizan sin ambages, porque no han notado grandes cambios, y las que todav¨ªa no ya saben que ¡°hay mucho de mito¡±, proclama Martina. Como remate, Mar¨ªa Jes¨²s Balb¨¢s, ginec¨®loga, obstetra y autora de Bueno chicas, esto se acab¨®. Una gu¨ªa para desdramatizar la menopausia (Ediciones B), apostilla que ¡°con la menopausia se acaba la regla y la capacidad de gestar, pero aumenta la capacidad de realizar un sue?o o nutrir un proyecto. A cada p¨¦rdida le sucede una ganancia, y la de la menopausia es fabulosa. Se mejora en intuici¨®n, madurez y serenidad¡±. Balb¨¢s ofrece otras pistas: ¡°Todos los procesos fisiol¨®gicos normales de las mujeres est¨¢n medicalizados, como si su cuerpo estuviera mal hecho y hubiera que corregir la naturaleza. Regla, embarazo, parto, puerperio, crianza y menopausia son tratados como enfermedades que necesitan asistencia m¨¦dica y f¨¢rmacos. La cosm¨¦tica se presenta como la soluci¨®n para que no se vea y no se note la edad. Parece que nuestra existencia sea una pena, y ser mujer, algo muy precario. Este patr¨®n de valores descalifica y desvaloriza a las mujeres, y las multinacionales farmac¨¦uticas sacan ping¨¹es beneficios de nuestra maltrecha existencia¡±. La percepci¨®n en relaci¨®n con la menopausia y su papel en la sociedad est¨¢ variando a toda velocidad gracias a las propias mujeres, que no solo no la temen, sino que la viven como un cambio positivo, que comporta resistirse a la pasividad y no claudicar ante las presiones sociales.
Uno de los mitos que ellas han derrumbado con estr¨¦pito es el de la menopausia
Esta generaci¨®n, la primera en acceder a los anticonceptivos y en poder vivir con su novio sin casarse, est¨¢ versada en el enfrentamiento a las convenciones. Ahora han aprendido que ¡°la soledad no depende de tener pareja ni del s¨ªndrome del nido vac¨ªo, que ya ni se menciona¡±, resume Mariona. Muchas formaron su familia a una edad superior a la de la generaci¨®n anterior. Cuando sus hijos crecen y abandonan el hogar (o no), las que vuelan son ellas. En 2014 tramitaron el divorcio en Espa?a 16.389 mujeres entre los 50 y 59 a?os, un 76% de las cuales llevaban m¨¢s de veinte a?os de matrimonio. Un porcentaje importante vuelve a casarse, si se tiene en cuenta que hay divorciadas en el 57,99% de los enlaces que las estad¨ªsticas contabilizan en 2013.
En l¨ªneas generales, este colectivo ha cumplido en parte sus deseos y aspiraciones, se ha divertido y tiene la percepci¨®n de no haberse perdido ninguna fiesta. ¡°S¨¦ d¨®nde se encuentra mi sitio: es la calma tras la tempestad¡±, dice Blanca. Por lo que respecta a la sexualidad, esta generaci¨®n ha tirado por la borda dos mitos: la p¨¦rdida de libido y la preferencia por hombres j¨®venes. Les sigue apeteciendo el sexo, aunque de un modo m¨¢s libre, pues desvinculan sus necesidades er¨®ticas de las sentimentales porque ya no buscan una pareja para formar familia. ¡°La procreaci¨®n no est¨¢ en la agenda¡±, afirma Mariona. Pero no descartan volverse a enamorar porque ser¨ªa como renunciar a disfrutar de la vida. Una de las entrevistadas en Somos malas pero podr¨ªamos ser peores declar¨®: ¡°Cuando empez¨® la menopausia comenc¨¦ a perder el deseo sexual, y de hecho estaba viviendo en pareja. Del aburrimiento que ten¨ªa de vivir en esa relaci¨®n se me acab¨® la regla y se me quit¨® el deseo. Mi ginec¨®logo me dijo: ¡®No pasa nada, esto vuelve¡¯. Y volvi¨®¡ de una manera adolescente. El sexo y el amor me devolvieron a la pubertad¡±. Les siguen tirando los tejos y a la mayor¨ªa no les interesa el sexo con jovencitos, prefieren la madurez. ¡°El mito del hombre joven no me pone. Prefiero uno de 70 que uno de 30. Me aportar¨¢ m¨¢s. Un joven me durar¨ªa dos d¨ªas¡±, a?ade Mariona. Coinciden en que la seducci¨®n va m¨¢s all¨¢ del puro sexo. En el amor y en la amistad aprecian mucho el sentido del humor, lo consideran una se?al de inteligencia y condici¨®n para la supervivencia y la felicidad. La revoluci¨®n contin¨²a.
Katy McConkey
Licenciada en Biolog¨ªa por la Universidad de Sussex y en Osteopat¨ªa por la European School of Osteopathy de Maidstone. Oste¨®pata en el centro Osteopat¨ªa del Mar, en Barcelona. 51 a?os. Soltera, sin hijos.
"?Lograr que se d¨¦ m¨¢s importancia a la personalidad y los logros de las mujeres que a su f¨ªsico? Ser¨ªa un cambio cultural que nuestra generaci¨®n puede aportar"
Sobre la mesa del hotel barcelon¨¦s donde me encuentro con Martina reposa la revista de estilo del diario The New York Times con Charlotte Rampling en portada, magn¨ªfica y sin retocar a sus 70 a?os. Actriz de car¨¢cter, la dignidad con la que envejece es admirable. ¡°Deber¨ªamos ver nuestra propia belleza y aprender a apreciarla. A partir de los 50 has de saber estar por encima, mostrarte segura de ti misma y pasar¡±, asegura Martina.
Las cinco protagonistas del reportaje ¡°se ven estupendas¡± y est¨¢n orgullosas de su aspecto. No sienten haber perdido gran cosa, excepto la frescura de la piel. No pactar¨ªan con ning¨²n diablo para conseguir la eterna juventud, porque su aspiraci¨®n ya no es parecer m¨¢s joven, como la generaci¨®n inmediatamente anterior, sino sentirse bien. Con orgullo y generosidad, Katy afirma: ¡°Las personas saludables est¨¢n guapas¡±. Blanca cita a Oscar Wilde para definir el secreto para mantenerse joven: ¡°Un desmedido placer por la pasi¨®n¡±. Ninguna ha alterado sustancialmente su estilo. Algunas han aparcado las minifaldas, excepto en ambientes playeros. Katy no ha cambiado de talla en 25 a?os, sigue luciendo vestidos y vaqueros y, como las dem¨¢s, reh¨²sa la noci¨®n de ¡°vestir su edad¡±. Blanca, que recientemente ha posado como modelo para una marca intergeneracional, comparte ropa con sus hijas.
Pese a su impronta social, no se sienten representadas. ?Por qu¨¦ no vemos a m¨¢s mujeres de m¨¢s de 50 en publicidad, exceptuando las p¨¦rdidas de orina o problemas con la dentadura postiza, que, dicho sea de paso, son cuestiones que afectan en igual grado a los hombres? La industria est¨¢ rezagada con respecto a la sociedad y a las mujeres de m¨¢s de 50 no se las reconoce como target. ¡°La noci¨®n que se tiene de la edad no guarda ninguna relaci¨®n ni conmigo ni con mis amigas. Lo peor de esta edad son las ideas que otra gente tiene sobre esta etapa¡±, dice Katy. Como publicista, Mariona reconoce que ¡°la publicidad maltrata a hombres y mujeres. Simplifica mucho y usa un lenguaje poco profundo¡±.
Tambi¨¦n a ellas les preocupan las hipersexualizadas y jovenc¨ªsimas lolitas que copan la publicidad y la moda. Rechazan las armas del marketing tradicional, pues no soportan ni la condescendencia ni que se trate de hacerlas sentir inadecuadas. ¡°Estamos en edad, posici¨®n y experiencia de educar a los hombres. Sin embargo, en clase tengo que ser muy seria para que me respeten¡±, afirma Susana, profesora de Qu¨ªmica en la Complutense. De alg¨²n modo, ellas mismas est¨¢n empezando a convertirse en modelos para mujeres m¨¢s j¨®venes, alertadas ante la insuficiente visibilidad de las mujeres en general y el ¨¦nfasis en una juventud que nunca es eterna. Susana es muy consciente de la influencia que ejerce entre su alumnado: act¨²a como referente para las chicas y como ejemplo de autoridad femenina para los chicos.
Martina Noora Mill¨¤
Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona y M¨¢ster en Historia del Arte por la Universidad de Nueva York. Programadora de exposiciones y responsable de contenidos de la Fundaci¨®n Joan Mir¨®. 50 a?os. Casada, una hija y un hijo. ¡°No encajo en la idea de una abuelita de 50. Voy en patinete y deportivas¡±
Gemma Cernuda, CEO de Ellas Deciden y consultora en Marketing Femenino, aporta datos de Boston Consulting Group que demuestran que las mujeres toman un 80% de las decisiones de compra en el mercado, especialmente en los hogares con ni?os. A este segmento de profesionales e independientes, con estudios e hijos crecidos, las denomina prime time women, mujeres en la c¨²spide. Han llegado a su plenitud con gran vitalidad y se sienten renacer: tienen tiempo, todav¨ªa son j¨®venes, activas y con poder adquisitivo. Seg¨²n Cernuda, ellas son quienes deciden gastar en coches, ocio, viajes, salud, belleza e indumentaria. Bajo esta luz, el sector comercial deber¨ªa abandonar la hegemon¨ªa cultural del cuerpo joven y explorar perfiles no tan minoritarios. Ante el bombardeo medi¨¢tico, encontrarse bien con una misma se ha convertido en un acto subversivo. No van a desaparecer aunque se las ignore.
Dado que su esperanza de vida en Espa?a es de 86 a?os, estas mujeres saben que tienen por delante una buena etapa. Su lema suena como ¡°el momento es ahora¡±. Y como el 50% trabajan o han trabajado fuera del hogar, son ¡°m¨¢s receptivas a pol¨ªticas de igualdad, defienden la conciliaci¨®n de la vida personal y laboral, y tambi¨¦n los servicios p¨²blicos de atenci¨®n a la infancia y la dependencia¡±, apunta Berbel. Art¨ªfices y herederas de la revoluci¨®n de la segunda mitad del siglo XX, creen, como Martina, que ¡°ahora existe suficiente masa cr¨ªtica, de hombres y mujeres, para erradicar falsos valores. Hay mucha gente con una nueva consciencia y sin miedo. No son tiempos para la comodidad, sino para la lucha¡±.
Estupendas, transparentes, revolucionarias y abiertas a los retos. Como la aviadora Tracey Curtis-Taylor, que a sus 53 a?os acaba de finalizar el trayecto de Reino Unido a Australia (21.000 kil¨®metros) en el Esp¨ªritu de Artemisa, un biplano Boeing ?Stearman de 1942 con cabina descubierta, emulando la proeza que Amy Johnson realiz¨® en 1930. A su llegada a S¨ªdney el pasado 9 de enero, despu¨¦s de tres meses de viaje, declar¨® que el vuelo hab¨ªa ido sensacional, que lo m¨¢s dif¨ªcil hab¨ªa sido lidiar con las condiciones clim¨¢ticas y las gestiones pol¨ªticas precisas para aterrizar en 23 pa¨ªses. Y que necesitaba ?tomarse una copa!.
elpaissemanal@elpais.es
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